VIRGEN DE BEGOÑA, PATRONA DE BILBAO Y DE VIZCAYA


 

 

Conocida popularmente como La Amatxu, se trata de una talla gótica fechable en el siglo XIV, de aproximadamente 1 m de altura, sedente sobre un sencillo sitial y labrada en madera de tilo policromada. Al igual que otras muchas efigies marianas de su época fue parcialmente mutilada para ser vestida con ropas naturales, dando la impresión además que la efigie se encuentra erguida y su altura es mucho mayor. La mano derecha, semicerrada para portar el cetro, es también superpuesta, hallándose la original con los dedos extendidos y sosteniendo un fruto.

En 1990 fue objeto de una admirable intervención por parte del equipo de restauradores Equipo Siete, quienes eliminaron gran cantidad de repintes y barnices para rescatar el aspecto original de una talla cuyos cabellos, al igual que ocurrió con la Virgen de la Capilla de Jaén, no eran oscuros sino dorados y realizados a base de pan de oro. Asimismo, se descubrieron las claras carnaciones de María y el pequeño Jesús que porta en su regazo, y se confirmó que la primitiva corona de tipo mural, tallada en la madera, había sido cercenada para ser reemplazada por un casquete que recibiera otra de metal precioso.

Su espléndida basílica fue proyectada por Sancho Martínez Arengo (1511), quedando terminada un siglo después con algunas variaciones. Saqueada en un par de ocasiones, los percances más graves se produjeron durante la Primera Guerra Carlista; entre otros daños, quedaron destrozadas la fachada y la torre, las cuales tuvieron que ser reconstruidas a principios del siglo XX. La imagen de la Patrona, Coronada Canónicamente en 1900, se venera en un retablo de 1869 que sustituyó a uno de estilo barroco, destruido igualmente en la Primera Guerra Carlista. 

 

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