CIRCUMCISIO (IV)
JEAN SOULAS

20/12/2019


 

 

Por tanto, al hilo de la anterior entrega, a los 40 días, siempre que fuera posible dadas las condiciones físicas y económicas de la madre, se procedía al rito de su purificación. Seguramente José optó por la entrega de un par de pichones o tórtolas como sacrificio por el "pecado", ya que la ofrenda del cordero parece que había caído en desuso. Y aunque nada se dice al respecto, tal vez debió añadir por la ceremonia de presentación la nada despreciable cantidad de 5 siclos, lo que suponía en la época el jornal de un obrero.

Respecto al rito de la presentación del primogénito en el templo -establecido en memoria de la libertad de Israel a costa de los primogénitos egipcios-, aunque no se consideraba de estricto cumplimiento en tiempos de Jesús, se cree que la Sagrada Familia lo llevó a cabo al estar bien visto por las personas piadosas.

Ambos rituales no solían ocurrir en el mismo recinto sagrado del templo. La ceremonia de la purificación debía tener lugar en la puerta de Nicanor, en el llamado "atrio de las mujeres", mientras que la presentación hubo de suceder en el "atrio de los sacerdotes", al menos lo concerniente al sacrificio de las aves.

 

 

El 2 de enero de 1519, a propuesta del arquitecto Jehan de Beauce, el capítulo de la Catedral de Notre-Dame de Chartres contrata con el afamado escultor parisino Jean Soulas la escultura y colocación de cuatro relieves para el "cierre del coro" del templo, también llamado "torre del coro". En 1520 le fueron encargadas a Soulas tres escenas más, que se instalaron en 1521. Por último, se le atribuyen otras cinco escenas -entre ellas, la Circuncisión- que habría realizado entre 1521 y 1535, probable año de su marcha de Chartres. Los contratos para estos últimos trabajos han desaparecido. El resto de las 40 escenas totales, cuyo fin era decorar el cerramiento del coro litúrgico a los laicos, fue realizado por diversos escultores en los siglos XVI, XVII y XVIII.

El relieve de la Circuncisión se halla dispuesto, como los otros del grupo, en una especie de nicho u hornacina. Jesús, tiernamente sostenido por San José, se retuerce de dolor mientras el sumo sacerdote, vestido con ropas litúrgicas, realiza la intervención asistido por un acólito. Medio acostada en el suelo, una anciana usa su traje de matrona y estira su velo para recibir al Niño. Por tanto, hablamos de una pieza ajustada a la realidad en cuanto a la ausencia de la Virgen María por hallarse todavía "impura" cuando su hijo es circuncidado ocho días después de su nacimiento, recibiendo el nombre de Jesús durante la ceremonia.

La escena ha sido resuelta por Soulas con gran viveza, adoptando casi totalmente el estilo renacentista frente al goticismo de sus primeras piezas. Es por tanto un arte de transición, lleno a su vez de delicadeza y realismo. La decoración y el vestuario dan testimonio de la vida en Francia durante el reinado de Francisco I.

La sangre derramada en la circuncisión de Cristo adquiere, al igual que en la pintura analizada en la anterior entrega, una notable importancia. Aquí es recogida en un gran recipiente con forma de cáliz colocado en el altar, adoptando el ritual un carácter de primer sacrificio de Cristo. Erróneamente, algunos autores consideran también la circuncisión como el primero de los Siete Dolores de María, cuando ello en realidad se produjo con la profecía de Simeón durante la Purificación y Presentación de Jesús en el templo.

Recientemente, el referido conjunto escultórico fue objeto de un tratamiento de conservación y restauración (en la fotografía inferior, tomada por Patrick Monchicourt, el relieve de la Circuncisión tras ser restaurado) que consistió, sobre todo, en su limpieza, pues presentaba mucha suciedad acumulada. Dicha limpieza, realizada esencialmente mediante la aplicación de una pasta limpiadora tipo "peeling" a base de látex natural que se elimina después del secado, recuperó la lectura del trabajo en su conjunto. Asimismo, muchos elementos que estaban rotos se montaron de nuevo y algunas esculturas que se encontraban frágiles se estabilizaron.

 

 

FUENTES

GONZÁLEZ ECHEGARAY, Joaquín. Pisando tus umbrales, Jerusalén: Historia antigua de la ciudad, Editorial Verbo Divino, Estella, 2005.

JOLY, Roger. Histoire de Chartres, Horvath, Roanne, 1982.

 

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