LA ICONOGRAFÍA DE LA NAVIDAD EN EL MUNDO DEL ARTE - ANEXOS (IV)
EL MILAGRO DE LA PALMERA

Con información de Sergio Cabaco y Jesús Abades

 
 
 

"Y ocurrió que, al tercer día de su viaje, María estaba fatigada en el desierto por el ardor del sol, y, viendo una palmera, dijo a José: Voy a descansar un poco a su sombra. Y José la condujo hasta la palmera, y la hizo apearse de su montura. Cuando María estuvo sentada, levantó los ojos a la palmera, y, viendo que estaba cargada de frutos, dijo a José: Yo quisiera, si fuese posible, probar los frutos de esta palmera. Y José le dijo: Me sorprende que hables así, viendo la altura de ese árbol, y que pienses en comer sus frutos. Lo que a mí me preocupa es la falta de agua, pues ya no queda en nuestros odres, y no tenemos para nosotros, ni para nuestros animales. Entonces el niño Jesús, que descansaba, con la figura serena y puesto sobre las rodillas de su madre, dijo a la palmera: Árbol, inclínate, y alimenta a mi madre con tus frutos. Y a estas palabras la palmera inclinó su copa hasta los pies de María, y arrancaron frutos con que hicieron todos refacción. Y, no bien hubieron comido, el árbol siguió inclinado, esperando para erguirse la orden del que lo había hecho inclinarse. Entonces le dijo Jesús: Yérguete, palmera, recobra tu fuerza, y sé la compañera de los árboles que hay en el paraíso de mi Padre. Descubre con tus raíces el manantial que corre bajo tierra, y haz que brote agua bastante para apagar nuestra sed. Y en seguida el árbol se enderezó, y de entre sus raíces brotaron hilos de un agua muy clara, muy fresca y de una extremada dulzura. Y, viendo aquel agua, todos se regocijaron, y bebieron, ellos y todas las bestias de carga, y dieron gracias a Dios".

(Evangelio del Pseudo Mateo, XX, 1-2)
 
 
Anónimo
Hacia 1490-1510
Madera de nogal estucada, policromada y dorada
The Metropolitan Museum of Art
 
 

Extraído del Evangelio del Pseudo Mateo, fue la Leyenda Dorada, escrita a mediados del siglo XIII por Jacopo della Voragine, la que matizó poéticamente el Milagro de la Palmera, el más popular de los episodios del ciclo narrativo de la Huida a Egipto. Este pasaje gozó de amplia difusión en Occidente y se popularizó en el arte a partir del siglo XVI -aunque existen representaciones anteriores como un mármol carolingio del siglo X conservado en Florencia-, si bien con notables variantes -en otros textos se habla de un melocotonero, que al llegar Jesús a Hermópolis, bajó sus ramas y le adoró- que se reflejaron en su iconografía.

En ocasiones el pasaje solo se sugiere con la representación de la palmera, pero la Virgen aparece aún montada en el asno con el Niño en brazos; en otras, es el propio Jesús quien, ayudado por su madre, corta los dátiles, o bien José se esfuerza por alcanzarlos. Generalmente, María desmonta y se sienta para descansar de una larga jornada; entonces la escena recuerda los idilios campestres, y más que un episodio de la Huida a Egipto, parece representar -como ha dicho Louis Réau- el Paraíso Recobrado, en donde la fuente, al pie de la palmera, simboliza la Fuente de la Vida, y el oasis se puebla con animales.

En el Metropolitan Museum of Art (MET) de Nueva York se conserva una escultura -su procedencia sea probablemente un retablo español-, que representa este pasaje apócrifo. Sus medidas son 126,4 x 92,7 x 26,7 cm. En ella el pequeño Jesús ordena a la palmera que se doble para que la Sagrada Familia pueda comer sus frutos. La composición deriva de un grabado del artista alemán Martin Schongauer, fechado en torno a 1476. Sobre el manto de María aparece el monograma "SM" rematado por una corona, emblema de la familia burgalense Santamaría. Se dice que la pieza fue traída de la Catedral de Santa María, de Calahorra (La Rioja).

 

FUENTES: AA.VV. Juan Correa. Su Vida y su Obra. Repertorio Pictórico, tomo IV, 1ª parte, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 1994, Ciudad de México; AA.VV. "Late Medieval Sculpture in the Metropolitan, 1400-1530", en The Metropolitan Museum of Art Bulletin, v. 64, nº 4, 2007, Nueva York.

 

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