LA ICONOGRAFÍA DE LA NAVIDAD EN EL MUNDO DEL ARTE (I)

Con información de Rafael Serra


 

Según la opinión de un amplio sector de expertos, entre ellos el profesor de exégesis bíblica Rafael Serra, como el rey Herodes I el Grande falleció el año 750 (4 a.C.) de la fundación de Roma, Jesús debió nacer hacia el año 748 (6 a.C.), y no el 754 (1 d.C.) que calculó el monje Dionisio el Exiguo y que se supone en la era vigente. Jesús, por tanto, viviría en la tierra unos seis u ocho años más de los que supone la tradición.

No fue hasta el año 300, aproximadamente, cuando la Iglesia Latina comenzó a celebrar la fiesta de la Navidad, cuyo origen se halla en las celebraciones paganas que tenían lugar con motivo del Solsticio de Invierno. Aunque no exista base histórica que confirme que Jesús nació exactamente el día 25 de Diciembre, desde el siglo III se ha fijado oficialmente dicha fecha dentro de la estación invernal, unánimemente considerada por los estudiosos como la época del año en la que ocurrió el natalicio.

A la hora de hacer este repaso a la iconografía navideña, hemos seguido la estela de brillantes estudios sobre el tema y, por ello, vamos más allá del pasaje mismo del Nacimiento de Cristo y de otros que gozan de gran aceptación doméstica -Adoración de los Pastores o de los Magos- para abordar también preámbulos y momentos posteriores de importancia en la niñez de Jesús. Cada episodio va acompañado de una obra de arte que lo ilustra, unos breves datos de la misma y el pasaje evangélico que constituye su origen iconográfico.

 

LA ANUNCIACIÓN
 
 
 
 

"A los seis meses fue enviado por Dios el ángel Gabriel, a una ciudad de Galilea, de nombre Nazaret. A una doncella desposada con un varón de nombre José, de la familia de David. El nombre de la doncella era María. El ángel entró donde ella estaba y la saludó: "¡Alégrate, sin par agraciada! ¡Contigo el Señor! ¡Bendita tú más que todas las mujeres!" Más ella se turbó por estas palabras, y deliberaba qué podía significar semejante salutación. Entonces le dijo el ángel: "Depón el temor, María, pues hallaste gracia a los ojos de Dios. Sabe que vas a concebir en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús".

(Lc 1, 26-31)

 
 
Jacopo Torni (1476-1526)
Hacia 1520
Piedra policromada
Capilla Real de la Catedral de Granada
 
 
El polifacético artista florentino, llamado también L'Indaco y Jácome Florentin, aparece en la ciudad de Granada relacionado con varios artistas, especialmente con Pedro Machuca y Alonso Berruguete para colaborar en las pinturas murales de la Capilla Real desde 1520. Al año siguiente, concierta el retablo de Santa Cruz, especialmente destinado a ostentar el famoso tríptico del Descendimiento de Dirck Bouts, retablo que hoy no se conoce pues fue sustituido en el siglo XVIII por otro churrigueresco, y también contrató para este mismo retablo y con Machuca varias tablas. Sin embargo, este polifacético artista tiene su aliento creador más firme en la escultura. La Capilla Real conserva el grupo de la Anunciación, como la puerta de la sacristía, y es de piedra pintada. El estudio de los paños y de las dos figuras recuerda la Anunciación donatelliana en Santa Croce de Florencia. El Arcángel es más elegante que la Virgen, que resulta demasiado sólida.
 
 
 
 
LA VISITACIÓN DE MARÍA A ISABEL
 
 
 
 

"En aquellos mismos días se aprestó María, y partió presurosamente a la región montañosa, a una de las ciudades de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al punto que oyó Isabel la salutación de María, dio saltos el niño en sus entrañas, y quedó Isabel repleta de Espíritu Santo".

(Lc 1, 39-41)

 
 
Alonso Berruguete (1488-1561)
Hacia 1546
Madera policromada y dorada
Convento de Santa Úrsula de Toledo
 
 
Desde que en 1915 lo diera a conocer Manuel Gómez-Moreno es justamente admirado, entre las obras de Alonso Berruguete que atesora la ciudad de Toledo, el retablo de la Visitación que se guarda en la capilla de San Nicolás de Tolentino de la iglesia del monasterio de madres agustinas de Santa Úrsula. Se trata de un retablo de tres cuerpos -procedente de otro lugar; llegó al convento junto con el Crucifijo de las Novicias, labrado también por Berruguete-, ocupando la escena de la Visitación -compuesta con gran arrebato- la parte central, flanqueada por dos tablas de San Cristóbal y San Antonio de Padua; la Virgen de Belén con San José y dos ángeles la inferior, flanqueada por otras dos tablas de San Juan Bautista y San Sebastián, y coronando el conjunto un Calvario con el Crucificado y la Dolorosa y San Juan Evangelista a sus pies. La fecha de ejecución es difícil de precisar ya que se fecha en años distintos según los diversos autores desde Gómez-Moreno, que lo sitúa en la década de los 40, o Camón Aznar, que lo fechó en la segunda mitad de la década de los 30.

 

Fotografías de Oronoz (Granada) y José Luis Filpo Cabana (Toledo)

 

FUENTES: ARIAS DE COSSÍO, Ana María. El Arte del Renacimiento Español, Madrid, 2009, pp. 115-116; NICOLAU CASTRO, Juan. "¿Una nueva obra de Alonso Berruguete en Toledo?", publicado en Boletín del Museo Nacional de Escultura, nº 8, Valladolid, 2004, p. 15.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com