MAYO MARIANO 2012
MÁLAGA

Eva Villanueva Romero


 

 

Actualmente es una escultura de bulto redondo que representa la imagen de la Virgen Madre sedente en actitud serena y solemne con el Niño entre sus piernas, mostrando una composición marcada por la frontalidad. Tiene el rostro ovalado de facciones poco expresivas, el cuello es ancho y la indumentaria está tallada formando plegados angulosos. Lleva la túnica sin ajustar a la cintura y el manto lo recoge sobre sus brazos y cae en vertical por los lados. Todos estos rasgos se repiten en imágenes marianas talladas entre los últimos años del siglo XV y los principios del XVI.

La imagen de la Virgen de la Victoria está íntimamente relacionada con la conquista de Málaga por los Reyes Católicos ocurrida en el año 1487, y con la fundación, también en esta ciudad andaluza, del primer convento de franciscanos mínimos de Andalucía en el año 1495. No es posible determinar una atribución concreta sobre su origen histórico y autoría debido a las numerosas modificaciones que ha experimentado y que han ido cambiando su aspecto. No se sabe tampoco si la traían los Reyes Católicos en su ejército, si la mandaron hacer, o si fue un regalo del emperador Maximiliano de Austria a los monarcas durante el cerco de Málaga, según cuenta la tradición más difundida.

Acerca de su autoría existen varias teorías: Juan Temboury opina que pudo ser realizada por un escultor llamado Juan de Figueroa, que al parecer acompañó a los Reyes en su séquito durante la conquista, pero del cual se tienen muy pocos datos; Agustín Clavijo García dice que pudo ser realizada por algún escultor del círculo de Lorenzo Mercadante de Bretaña que trabajó en Sevilla en el segundo tercio del siglo XV y compara la Virgen de la Victoria con la desaparecida Virgen del Socorro de Teba (hacia 1500); José Luis Romero Torres comenta que sus rasgos estilísticos muestran similitudes con la obra del escultor Jorge Fernández Alemán, hermano del pintor Alejo Fernández, y la compara con la Virgen sedente de la escena de la Epifanía del retablo mayor de la catedral sevillana, en el que trabajó hacia 1505.

La ubicación de la imagen fue, según la tradición, la ermita llamada Santa María de la Victoria, construida en el año 1487 en el lugar donde estuvo el campamento del rey Fernando. Al parecer, durante la conquista de Málaga, llegaron al campamento dos frailes de la orden de los Mínimos de San Francisco de Paula con una carta del santo solicitando al rey fundar en España y animándole en la conquista. En 1492 fueron autorizados a fundar y al año siguiente los Reyes Católicos donaron la citada ermita a la orden, que se hace cargo de ella desde el año 1495 y funda su primer convento en Andalucía tomando como patrona a la Virgen de la Victoria. Junto a la capilla construyeron el convento y la iglesia fue consagrada en 1518, dedicada también a esta advocación mariana donde quedó instalada la imagen. En 1693 se construye una nueva iglesia por el mal estado de la anterior y hasta principios del siglo XVIII no se terminan las obras, quedando desde esta fecha instalada la Virgen en el camarín del altar mayor.

Respecto a las restauraciones y modificaciones sufridas, en la restauración del IAPH (1995-1996) se comprobó que la imagen, labrada en madera de álamo blanco, es hueca por dentro, posiblemente porque fue concebida para estar ubicada en un retablo, por lo que se le añadió una tabla de caoba para convertirla en una imagen de bulto redondo a partir de 1700. Desde finales del siglo XVII hasta los años 30 del XX, era revestida con tejidos naturales. Para el historiador Manuel Gómez Moreno el rostro, las manos y el cabello de la Virgen tuvieron que ser rehechos en el siglo XVIII.

En origen carecía de peana; posteriormente, se le añade una pequeña que se recrece en la restauración de Adrián Risueño del año 1943, quien también le creó completamente nuevo el Niño que actualmente posee. Asimismo se pudo confirmar que la Virgen tuvo el cabello rubio y que pudo tener el velo más hacia delante; por lo tanto, los mechones que le caen por los hombros probablemente no son originales, sino añadidos que cubren el velo primitivo. Otro dato interesante fue el descubrimiento de unos huecos a los lados de la cabeza, lugar donde encajaba una corona tallada en madera. Se constató también que el escote de la túnica de la Virgen originariamente era más cerrado por los lados.

Por último, se pudo comprobar que, en general, presenta dos capas de policromía con sus respectivos estratos, tanto en el rostro como en las vestiduras, correspondiendo la última con el estilo dieciochesco de la decoración del manto y la túnica. Según Temboury, antes de 1792, además de haberle sido escofinado el letrero primitivo de la peana para colocarle el actual, la escultura había sido objeto de otras restauraciones que consistieron en colocarle nuevas manos y cercenarle el sillón donde estuvo sentada originariamente para adaptarla a una tradición que habla de su milagrosa aparición sobre unos riscos del campo de batalla, añadiéndosele entonces la tabla de caoba sobre la cual, por medio de telas encoladas, se formaban los pliegues del manto, repolicromándose entonces sus vestimentas.

 

Fotografía de Alejandro Cerezo

 

FUENTES: VILLANUEVA ROMERO, Eva. "La imagen de la Virgen de la Victoria", en SPECVLVM SINE MACVLA.
Santa María de la Victoria, Espejo Histórico de la Ciudad de Málaga
, A.A.V.V., Málaga, 2008, pp. 525-533.

 

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