LA OBRA DE ANTONIO LEÓN ORTEGA (II)
JESÚS DE LA AMARGURA (BEAS - HUELVA)

Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

 

 

Tras la destrucción de la imagen primitiva, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Amargura del municipio onubense de Beas, adquirió en el año 1943 al escultor Antonio León Ortega una nueva talla, siendo sustituida ese mismo año por la actual, venerada en la ermita de la patrona, Nuestra Señora de los Clarines, de ahí que reciba el nombre popular de Señor de Clarines.

La primera obra encargada al imaginero ayamontino fue readaptada a imagen de Jesús Cautivo y Rescatado por propia decisión de la cofradía, y actualmente es venerada en la Capilla Sacramental de la parroquia de San Bartolomé de Beas, con una inscripción firmada en su espalda que reza "AÑO 1943-45. LEÓN ORTEGA".

La imagen del Nazareno sigue el cariz montañesino del Señor de la Pasión de Ayamonte, ejecutado por León Ortega un año antes, aunque en este caso no hablamos de reinterpretar una obra previa, sino de seguir las marcas impuestas por un modelo clásico, introduciendo un buen número de rasgos personales.

Se trata de un Cristo doliente, con el madero cargado sobre el hombro izquierdo y la mirada poco inclinada, advirtiéndose una frontalidad algo impropia en las imágenes del ayamontino que representan el pasaje de Jesús con la cruz a cuestas. Al esculpir el bello rostro, el autor incurre en la serenidad, aunque presenta un leve fruncimiento de las cejas por la agonía que padece. Los rasgos son marcadamente hebreos y el cabello, al igual que la barba, ha sido trabajado de forma pormenorizada.

La tez es aceitunada y los regueros de sangre, finos pero abundantes, manan de la frente sin llegar a sobrepasar las cejas, salvo una serie de gotas que surcan la mejilla izquierda y se dispersan hasta el torso. Las laceradas manos, de gran valor artístico, han sido modeladas basándose en las fórmulas montañesinas, con un detallado estudio anatómico en venas, tendones y uñas, -perfectamente labradas, y reventada la pulpa en alguna de ellas- en un exacerbado afán naturalista, propio de la primera etapa del autor.

Presenta un cuerpo anatomizado, propio de los Cristos vestideros de León Ortega, caso de Jesús de la Humildad en el Desprecio de Herodes, realizado en 1942 para la cofradía onubense de la Victoria. Los esbeltos miembros se hallan esquemáticamente musculados, incidiendo más en los músculos pectorales y deltoides por el pasaje que representa, aunque no son tan acusados como en el Nazareno de Ayamonte. En su espalda figura la siguiente firma: "ATº LEÓN ORTEGA. HUELVA 1.943. -RESTAURADO EN 1974 POR EL AUTOR".

El Nazareno es acompañado en la procesión por una talla de Simón Cirineo, obra también de León Ortega. Conserva de la imagen destruida en el año 1936, magnífica obra relacionable con el arte de José Montes de Oca, unas potencias de plata en forma de flor de lis, modelo frecuente en el siglo XVIII.

 

 

Fotografías de Alejandro Cerezo y Sergio Cabaco

 

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