LA OBRA DE JUAN GONZÁLEZ MORENO (III)
SANTA MARÍA MAGDALENA - CEHEGÍN

Juan José García Sánchez


 

La imagen de Santa María Magdalena de Cehegín es más personal y de mayor interés artístico que la Virgen de la Peña, aunque González Moreno aún no mostrará en ella todo su genio, encaminado hacia un clasicismo simplificado cargado de espiritualidad, huyendo del barroquismo usual de la escultura religiosa de esa época.

Esta obra también vino a sustituir a otra imagen barroca, realizada por Gines López Pérez en el año 1730, destruida durante el incendio de la Iglesia Mayor de Santa María Magdalena del 9 de Marzo de 1936. Juan González Moreno realizó la imagen en el año 1942, siendo bendecida el 20 de Julio del mismo año. Fue costeada por Dª Magdalena Ruiz de Assín y Navarro por el precio de 12.000 pesetas, construyéndose un nuevo camarín para colocarla. 

El escultor muestra a la Santa, de tamaño natural, en actitud penitente y meditante, semiarrodillada sobre unas rocas que le sirven de peana, apartándose totalmente del modelo de la imagen desaparecida, que estaba sobre una nube con querubines y con una calavera en la mano.

En ella están los rasgos propios del autor, concentrando en la cabeza la mayor simplificación de volúmenes, resultando un rostro de gran claridad formal, con los párpados pesados y la mirada perdida, íntima, muy en consonancia con la obra del escultor José Capuz Mamano, el rostro aparece terso, sin ningún gesto de sufrimiento en sus labios. El cabello está resuelto a base de grandes volúmenes, que conforman la larga melena que cae por su espalda.

Del lado izquierdo le cae un pesado manto, siguiendo la línea descendente del cabello por ese lado de la cara, llegando hasta la base de la túnica, formando a partir de ahí un corto camino ascendente antes de anudarse en el lado derecho de su cadera.

 

 

A la plana policromía del manto se contrapone la suntuosidad de la estofa de la túnica, destacando los motivos vegetales dorados sobre un verde intenso. Tratamiento similar de las telas posee la imagen de Santiago Apóstol de Totana, del mismo autor, ambas obras de una calidad extraordinaria y muy desconocidas dentro de su producción.

Detalle sutil y de claro erotismo es la delicadeza con la que ella sostiene el lado derecho de su túnica, suelto, intentando ocultar la camisa interior y la desnudez de su hombro, misma mano con la que sostiene un pequeño crucifijo de madera, en una posible alusión a la ocultación de la desnudez-pecado, con la mano de la fe; adoptando con el otro brazo estirado delicadamente hacia atrás, una actitud total de entrega y a la vez marcando una diagonal que abre tan apiñada e íntima composición.

 

 

Dicha postura de la Santa será utilizada por el mismo autor en la Santa María Magdalena del paso del Santo Entierro de la Ciudad de Murcia. En ella se aúnan delicadeza y sensualidad, aunque no por ello dejan de mostrarse se forma rotunda.

Aunque la imagen actualmente procesiona, no fue concebida para tal fin, cosa que no impidió que el escultor realizara una obra con diversos perfiles y puntos de vista, cambiando la apreciación de la obra desde el punto de vista que se mire.

González Moreno lleva la escultura a la esencia en estado puro. En sus obras nada falta ni nada sobra, con los mínimos volúmenes es capaz de mostrarnos una imagen con vida, resaltado por las policromías mates de sus obras, logrando colocarse en la primera fila de la escultura realista del XX sin renunciar al clasicismo más depurado.

 

 
 
 

 

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