DOLOROSAS EN BLANCO Y NEGRO - ALMERÍA

Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

     
     

La estética de la Virgen de los Desamparados, obra del artista sevillano Luis Álvarez Duarte, recuerda los modelos granadinos de la escuela escultórica creada por los hermanos Mora, caracterizados por un afligido semblante femenino de labios callados y ojos caídos, reflejando la abstracción de María en su dolor.

La imagen inclina levemente la cabeza hacia la izquierda y dirige la ausente mirada al suelo. Sus ojos son de cristal, con pestañas postizas en los párpados superiores y pintadas en los inferiores. La nariz es recta, con las aletas muy abiertas; los pómulos, angulosos, y el agudo mentón queda centrado por profundo hoyuelo.

Lleva siete lágrimas, también de de cristal, en alusión a la piadosa tradición medieval de los Siete Dolores de María, tres en la mejilla derecha y cuatro en la izquierda. Dicha tradición tiene al parecer su origen en la orden italiana de los Siervos de María (Servitas) y conoció gran impulso a partir del siglo XVIII.

Las manos de la Dolorosa aparecen extendidas, portando un pañuelo en la derecha y el santo rosario en la izquierda, elementos conferidos a estos simulacros por la piedad popular. Sus carnaciones son pálidas, observándose el enrojecimiento de las cuencas orbitales como consecuencia del llanto que padece.

Labrada en 2000, es titular, junto con Jesús de Salud y Pasión, de la cofradía del mismo nombre establecida en la Parroquia de Santa Teresa de Ávila. Duarte se despega con esta obra de su habitual estilo y logra, junto con el Nazareno caído, dos de sus creaciones más interesantes realizadas hasta la fecha para la capital almeriense.

 

Fotografía de Guillermo Méndez Sánchez para http://rambladealfareros.blogspot.com/

 

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