DOLOROSAS EN BLANCO Y NEGRO - VILLA DE MAZO

José Guillermo Rodríguez Escudero


 

     
     

Uno de los grupos escultóricos españoles más interesantes realizado por la mano de un escultor americano es el que representa esta preciosa Piedad, escultura mexicana del siglo XVIII que lleva por título Nuestra Señora de Los Dolores y es venerada en la ermita homónima del municipio de Villa de Mazo (Isla de La Palma).

Forma parte de las primeras imágenes que llegan a La Palma "ya esculpidas, ajustándose a las depuradas formas neoclásicas". Las medidas de esta escultura en madera policromada, conocida popularmente como Dolores de Lodero por el nombre del lugar donde se encuentra su pequeña capilla del Hoyo de Mazo, son: 65 x 65 x 50 cms. La Virgen -cuyo costo total fue de 538 reales y medio de hechura, transporte y fletes-,  tiene un bello rostro de niña, más que de mujer, al  que el artista, según el historiador palmero Alberto José Fernández García "logró darle una serena expresión doliente, y en el Cristo puso su atención a las formas anatómicas". El profesor Domingo Martínez de la Peña afirma que "tanto el tallado del Señor como la Virgen, son muy correctos".

La Dolorosa, sentada, está envuelta con un manto oscuro (que cubre su hombro izquierdo sobre una pechera de un blanco impecable, y combina en color y en pliegues con el perizoma o paño de pureza de Cristo). Tiene traje rojo también oscuro (como lo es la sangre de Jesús), con unos detalles florales y ribetes dorados. Mantiene dulcemente a su Hijo muerto sobre su rodilla izquierda, sobre la que parece flotar, sin ejercer peso sobre su Madre, en una postura poco forzada y majestuosa. El Cristo queda sostenido con la mano derecha de la Virgen bajo su cuello, del que pende un pañuelo bordado. Con la mano izquierda sostiene la misma del Señor, en un gesto de profunda dulzura y cariño. Las miradas no se cruzan. La Virgen mira triste hacia el suelo. Las pieles son claras, los cabellos largos, negros y bien tallados, y las figuras proporcionadas. Se unen estas dos bonitas piezas mediante una espiga de madera a la altura de las rodillas de María.

Al igual que las obras mexicanas llegadas a Canarias durante el siglo XVIII, este grupo es de proporciones menores del natural, tamaño adecuado para su exportación. De tallado correcto y esmerado estudio anatómico sobre todo en el cuerpo de Cristo, "presenta configuración piramidal sobre amplia base rocosa y manto estofado -como es característico de la estatuaria novohispana- a base de grandes motivos florales".

 

FUENTES: FERNÁNDEZ GARCÍA,  Alberto José: "Hoy, Festividad de Nuestra Señora de Los Dolores en el Hoyo de Mazo", en Diario de Avisos, 15 de noviembre de 1971; FERNÁNDEZ GARCÍA,  Alberto José: "Riqueza artística en la iglesia de Lodero", en Diario de Avisos, 16 de noviembre de 1971; MARTÍNEZ DE LA PEÑA, Domingo: "Esculturas americanas en Canarias", en Actas del II Coloquio de Historia canario-americana (1977), Tomo II, Las Palmas de Gran Canaria, 1979; RODRÍGUEZ ESCUDERO, José Guillermo: "Nuestra Señora de Los Dolores de Lodero", publicado en El Día/La Prensa, 30 de octubre de 2004.

 

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