2000-2009: UNA DÉCADA DE ESCULTURA SACRA (XI)

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

 

Miembro de un aprendizaje envidiable en imaginería, Juan Manuel Miñarro (Sevilla, 1954) ahonda en la línea argumental manejada por su maestro Buiza, heredando con ello el gusto por los magistrales modelos de artistas como Montañés, Mesa o Juan Gómez, que dieron su mayor gloria a la escultura sevillana del XVII.

Desde sus inicios en los años 80, y especialmente durante la última década, suele apostar en sus hechuras cristíferas por la fiel representación del Hombre de la Síndone, siendo el mejor artífice de cuantos transfiguran en la madera u otros materiales la venerada reliquia conservada en la Catedral de Turín.

Un magnífico ejemplo de lo anterior lo tenemos en el Nazareno de la Humildad (2004), labrado para la popular cofradía sevillana del Cerro del Águila, si bien el autor se inspiró también a la hora de ejecutar dicha efigie en un famoso lienzo pintado por Sebastiano del Piombo.

Similar tratamiento sindónico de anatomía y heridas, parcialmente visibles en el caso del Nazareno al ser de vestir, ofrece la imagen del malagueño Crucificado del Calvario y Via Crucis, si bien hasta la fecha es el cordobés Crucificado de la Universidad su obra de culto público que mejor recrea los detalles de la Sábana Santa.

 

Fotografía de Alejandro Cerezo

 

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