BICENTENARIO DE DAUMIER (I)
CRISPIN Y SCAPIN (SCAPIN Y SILVESTRE)


 

 

Dedicamos este especial a Honoré Daumier (1808-1879), célebre pintor y caricaturista francés del que se conmemora este año el bicentenario de su nacimiento. Daumier fue uno de los fundadores del movimiento realista que tuvo lugar en la Francia del siglo XIX como reacción contra la pintura romántica. El análisis de su obra se llevará a cabo diferenciando las creaciones pictóricas de las litográficas; en ambos casos dotadas de una gran conciencia social, aunque éstas últimas se caracterizaron por una fuerte carga satírica.

Comenzando con sus pinturas, les mostramos una de las más populares: Crispin y Scapin, también conocida como Scapin y Silvestre. Realizada a principios de 1860 -aunque algunos historiadores aseguran que se llevó a cabo entre 1863 y 1865-, se trata de un óleo sobre tabla conservado en el parisino Musée d'Orsay, cuyas medidas son 60,5 x 82 cm. En ella se representa a dos actores dando vida sobre las tablas a los protagonistas de Los Enredos de Scapin (1671), comedia teatral del famoso dramaturgo Jean-Baptiste Popelin, apodado Molière. 

Fue Daumier un prolífico dibujante e ilustrador de temas teatrales. Especialmente le gustaban el juego de los artistas, sus actitudes y sus gestos melodramáticos sobre el escenario, los cuales captaba como una instantánea tomada con la rapidez de un hábil reportero. Toda una expresión de modernidad adelantada a la posterior corriente impresionista que cautivó a genios como Baudelaire, uno de sus mayores admiradores. Crispin y Scapin es, posiblemente, la mejor de sus obras dentro de este subgénero.

El cuadro, que tuvo gran éxito desde su ejecución, muestra la complicidad entre los dos intrigantes criados. Realidad y ficción se confunden -esencia misma del teatro- y uno no sabe si ve a los actores o una recreación pictórica de los propios personajes. Daumier acentúa los contrastes, juega con las sombras y simplifica los volúmenes, dando a la obra un matiz litográfico y resaltando con agudeza la expresividad de los taimados sirvientes mediante el pérfido plegamiento de los párpados, la astuta sonrisa y los brazos cruzados con aires de triunfo de Crispin, al tiempo que el indiscreto Scapin oculta su rostro para transmitirle confidencias.

 

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