LA OBRA DE MANUEL JUAN CARRILLO MARCO (VII)
SANTA MUJER VERÓNICA - LORCA

Sergio Cabaco. Fotografías de José María Cámara Salmerón


 

 

El personaje de la Santa Mujer Verónica -también llamada Seraphia por la visionaria alemana Anna Katherina Emmerick- es fruto de la literatura medieval y carece de fundamento histórico. Su nombre deriva de Berenice, que significa "Vera Icona" (Verdadero Rostro) en latín. Pese a ello, su figura ha sido objeto de reiterado culto por parte de la Iglesia como ejemplo de la compasión cristiana.

La representación del imaginero ciezano Manuel Juan Carrillo Marco para la localidad murciana de Lorca se aleja de la iconografía tradicional que él mismo, por ejemplo, recreó en el simulacro homónimo de Mula (Murcia), en el que la santa aparece mostrando al espectador el blanco lienzo con la faz impresa de Cristo, sujetándolo con ambas manos; en este caso, el paño aparece en su mano derecha, mientras la derecha sujeta un pañuelo de encaje, atributo propio de la piedad popular en este tipo de tallas.

El simulacro, sin duda uno de los más interesantes dentro de los tipos femeninos del autor, recrea los instantes posteriores a su legendario encuentro con Jesús en la Calle de la Amargura. La Verónica contempla desolada los pasos del Nazareno hacia su inexorable destino, si bien su rostro prescinde de aspavientos dramáticos y es todo un prodigio de expresiva contención. La oscura cabellera, partida al centro, abultada a los lados -dejando a la vista las orejas- y caprichosamente dispuesta en gruesas ondas, es muy característica del escultor. 

La Santa Mujer Verónica de Carrillo Marco figuró en la exposición La Pasión según Carrillo, muestra en la que también el público pudo admirar el trono ciezano del Traslado al Sepulcro (imagen inferior), monumental conjunto analizado por Roque Belda en una de las anteriores entregas de nuestro especial sobre el escultor.

 

 

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