DECOR CARMELI 2022 - DE ÁNIMAS, PURGATORIOS, ÁNGELES Y ARTISTAS

24/07/2022


 

 
 
Foto: Agustín Niño

 

El retablo de Ánimas del templo de San Lucas en Jerez de la Frontera está concebido como un gran arco de medio punto, apoyado sobre soportes, hoy desaparecidos, en el que se inserta el relieve de las Ánimas del Purgatorio. Dicho relieve está estructurado en dos planos totalmente independientes, solo relacionados por la figura del ángel que saca el alma de las llamas, indicándole el camino del Paraíso. Sobre el arco, bordeado de una moldura gallonada, se encuentra la figura de Dios Padre, ocupando un frontón curvo partido, en el que se ubican las tres figuras de las Virtudes Teologales: Fe, Caridad y Esperanza.

El mundo celestial está centrado por la figura de la Virgen con el Niño. María, sentada sobre las nubes, en un fondo de ráfagas doradas, mantiene al Niño, desnudo, sobre sus rodillas, el cual se halla en actitud de bendecir. Viste la Virgen túnica roja, y sobre ella un manto azul, que reposa sobre las rodillas. Cubre los cabellos con un velo que resbala sobre los hombros. A la izquierda de la Virgen se encuentra el santo titular del templo jerezano, San Lucas, el cual apoya su mano sobre su atributo identificativo, el toro, por medio del cual se alude al sacrificio de Cristo en la cruz. En relación con la figura del evangelista, y sobre todo con la alusión que mediante ella se hace al sacrificio de Cristo, hay que ver la otra figura, situada a la derecha de la Virgen: un ángel, ataviado con túnica de color rojo, toma delicadamente por los brazos una figura femenina, elevándola dulcemente hasta la presencia de la Virgen, hacia la cual miran llenos de esperanza y agradecimiento.

Las almas que se debaten entre las llamas, gesticulando para ser liberadas del castigo, todas ellas se hallan desnudas, desprovistas de la dignidad y títulos que han ostentado en el mundo terrenal, siendo estos representados en los laterales: la calavera con bonete hace alusión al clérigo, la mitra al obispo, el capelo al cardenal, la corona real al monarca, la imperial al emperador, y por último, por medio de la tiara se identifica al papa, al sucesor de San Pedro. Nadie, sea cual sea su cargo y dignidad, escapa a la muerte.

Al ocupar María con el Niño el centro de la composición, como intermediaria en la salvación de las almas, el artista opta por feminizar todo el conjunto. Si Cristo, en su descenso a los infiernos salva en primer lugar al padre Adán, origen del pecado, la Virgen, la Nueva Eva, rescata a la primera mujer, a Eva, el origen del pecado. Se unen así, a través del sacrificio de Cristo, simbolizado por San Lucas, las dos mujeres: la pecadora y la salvadora, Eva y María, cerrando así el ciclo soteriológico. No es habitual contemplar a Eva sola, sin su compañero Adán, por lo que este hallazgo iconográfico es sumamente interesante, al tiempo que puede verse como un cierto cambio de mentalidad en el tratamiento de la mujer dentro de la cultura cristiana.

En cuanto al artista, este retablo de Ánimas constituye una de las obras más importantes del escultor, imaginero y retablista jerezano Francisco Camacho de Mendoza (1680-1757), y una de las pocas fehacientemente documentada (1725) dentro de su producción. Camacho de Mendoza fue también autor de los diseños, tanto de arquitectura como de escultura y modelo iconográfico, este último, como hemos apuntado, de gran originalidad. El 30 de octubre de 1729 se concertó el dorado del retablo con Antonio de Molas y Escuda, el cual se comprometió a tenerlo finalizado para el 24 de junio de 1730.

El retablo está concebido como un gran arco de medio punto, apoyado sobre soportes, hoy desaparecidos, en el que se inserta el relieve de las Ánimas. Hay que destacar que, frente a la gran calidad de las figuras del mundo celestial, en especial de la Virgen y el ánima femenina liberada, en las almas inferiores se puede apreciar una cierta tosquedad en su ejecución, por lo que es probable la intervención del taller.

Con la intervención de los ángeles y arcángeles, se cumplía el pedido de la Iglesia de representarlos como ayudantes de María dentro de su labor intercesora y liberadora. Y, en este proceso, otros integrantes de la Iglesia cumplían una significativa labor: las santas y los santos; entre estos últimos los ya comentados Domingo de Guzmán y Francisco de Asís. Entre las santas intercesoras, tenemos a Teresa de Jesús, Brígida de Suecia, Hildegarda de Bingen, Gertrudis de Helfta, Ángela de Foligno o Catalina de Génova, entre otras.

 


 

FUENTES

AGUAYO COBO, Antonio. "La influencia clásica en las aportaciones iconográficas del retablo de Ánimas. Iglesia de San Lucas de Jerez", en Revista de Historia de Jerez, nº 18, Jerez de la Frontera, Centro de Estudios Históricos Jerezanos, 2015, pp. 193-200.

MACAZANA GALDÓS, Ivonne Yarina. Ahora y en la hora de la muerte: la Virgen del Carmen y las almas del purgatorio en la pintura virreinal peruana del siglo XVIII (tesis doctoral), Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú (en prensa), 2022, pp. 45 y 107.

 

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