DECOR CARMELI - TARIFA

Juan Antonio Patrón Sandoval y Francisco Espinosa de los Monteros


 

 

El conjunto escultórico de la Virgen del Carmen preside su propio altar y está formado por la citada imagen mariana, que mide 100 centímetros de alto y las dos Ánimas entre las llamas del Purgatorio, que miden 38 centímetros en el caso del Ánima masculina y 35 centímetros la femenina, tallas realizadas todas en madera de conífera policromada. Desde el punto de vista iconográfico el grupo está compuesto por un doble plano, uno inferior que refleja el Purgatorio con las figuras de dos almas situadas en los laterales y un plano superior o celestial donde aparece la imagen de la Virgen del Carmen como redentora de las Ánimas del Purgatorio, basándose en la tradición de que la Virgen María prometió visitar el Purgatorio para concederles descanso.

La Virgen aparece sedente sobre una columna de nubes a modo de trono y no sobre olas de mar talladas como se ha sugerido en alguna publicación. Se nos muestra con el cetro que, junto a la corona, otorga a María el grado de realeza sobre el cielo y la tierra. Porta el escapulario en su mano derecha mientras que con la izquierda ayuda a sostener en su regazo, también a modo de trono, al Niño Jesús que a su vez porta otro escapulario.

La imagen se nos muestra lujosamente ataviada con el hábito marrón de la Orden en tonos tierra, luciendo en su pecho el escudo carmelitano y motivos decorativos estofados en relieve siguiendo las técnicas habituales de los doradores genoveses de la segunda mitad del XVIII que tuvieron su máximo exponente en los Mortola. Los pliegues son amplios y movidos, lo cual, unido al hecho de que los pies están situados a distinta altura para poder recibir la imagen del Niño Jesús sobre su rodilla izquierda, otorga un gran dinamismo a la talla que contrasta con la serenidad del rostro.

El rostro es de gran belleza, ovalado y enmarcado por una larga melena castaño oscura de mechones ondulados trabajados minuciosamente a finas estrías y que le cae profusamente por detrás de una forma muy característica. La melena está partida en dos arriba y cae casi por igual por ambos lados de la cabeza tapando prácticamente ambas orejas y cayendo por delante dejando largos mechones sabiamente trabajados. La mirada de la Virgen, al igual que la del Niño Jesús se dirige hacia la izquierda, creando un sugerente contraposto. En cuanto a las manos, éstas ofrecen un suave modelado en el que son perceptibles las marcas de las articulaciones de los dedos y los hoyuelos, ofreciendo la policromía detalles como el azulado de las venas. Desgraciadamente la imagen había perdido casi todos los dedos los cuales hubieron de ser sustituidos durante la restauración de 2002.

En cuanto a la imagen del Niño Jesús, se trata de una talla de cuerpo completo aunque habitualmente se presenta vestido con un sencillo traje blanco recogido en la cintura por un fino cinturón dorado que también le envuelve el cuello. Porta en la mano un escapulario carmelita al igual que la Virgen. 

La dulzura y belleza de estas imágenes contrasta con la fuerza y el dramatismo de las imágenes de las Ánimas del Purgatorio, tallas de gran mérito artístico. En ambos casos se tratan de imágenes de medio cuerpo que sobresalen sobre las llamas del purgatorio, cuyo tratamiento es similar al del cabello de la Virgen aunque con algo más de profundidad en el modelado. En cuanto al Ánima masculina, éste se nos presenta como un hombre adulto y barbado. La imagen de la Ánima femenina repite sobre todo los esquemas compositivos de la Virgen del Carmen pero con varias particularidades que la hacen especialmente interesante, ya que se nos presenta con un hondo dolor contenido logrado a través de la boca cerrada, la mirada perdida y el leve ladeado de la cabeza hacia la derecha.

Por todos estos rasgos y por la comparación directa con obras documentadas, podemos establecer que el grupo escultórico de la Virgen del Carmen de Tarifa, probablemente el conjunto de más calidad que se venera en la ciudad, pudo ser realizado por el escultor genovés Jacome Vaccaro en 1797. Así, las imágenes femeninas son directamente comparables con la Inmaculada de la colegial jerezana o con la Virgen del Rosario del Triunfo gaditana. Destacar el gran parecido entre la Virgen del Carmen tarifeña y la imagen de la Divina Pastora de Capuchinos de Jerez, imagen hasta el momento anónima y que asignamos también al quehacer del taller de Jacome Vaccaro. En cuanto al Ánima masculina, ésta comparte rasgos con el San José de la iglesia de Santiago de Jerez o con las imágenes de la portada de la sacristía o los relieves del coro de la catedral jerezana, incluso comparte modelado de cabello y entrecejo con el Cristo Flagelado de Jerez a pesar de ser esta una obra temprana y distante en casi 40 años con el grupo tarifeño.

 

 

FUENTES: PATRON SANDOVAL Juan Antonio y Francisco ESPINOSA DE LOS
MONTEROS SÁNCHEZ: "La obra del escultor genovés Jacome Baccaro para la Iglesia
Parroquial de San Francisco en Tarifa", en Aljaranda, nº 67, 2007, pp. 30-38.

 

Séptima Entrega en este

 

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