La Virgen, por la severidad y proporción arcaizante de sus facciones, delata su antigüedad. Es del siglo XVI. Es imagen de candelero para vestir teniendo sólo tallada la cabeza, el busto y las manos.

El hieratismo de la expresión indica la influencia goticista, lo que la llena de espiritualidad y unción sagrada. Las manos acusan también su primitivismo, pues son de las llamadas de peine o tenedor, con leve modelado.

Fue concebida sin la imagen del Niño Jesús, talla completa ésta del siglo XVIII, de rostro hierático también, que bendice a la griega con su derecha y que presenta el escapulario en la izquierda. Desnudo y cubierto con un paño de gracia, se le presenta siempre vestido con trajes de diversos tejidos. Hasta el siglo XIX no se le añadió a la imagen de la Virgen, que hasta entonces respondía al tipo iconográfico de Inmaculada del Carmen.

La devoción a la Virgen del Carmen en la localidad onubense de San Juan del Puerto se remonta al año 1529, fecha en la que llegan los primeros frailes carmelitas a fundar un convento de su Orden.