BOUGUEREAU: EL JARDÍN DE LAS DELICIAS
ORESTES PERSEGUIDO POR LAS FURIAS

04/10/2025


 

 

En esta escena de la Orestíada, la famosa tragedia griega de Esquilo, el príncipe Orestes acaba de vengar a su padre, Agamenón, asesinando a su propia madre, Clitemnestra. Antes incluso de que el cuerpo de Clitemnestra, ya sin vida, se desplome en el suelo, los espíritus mitológicos de la venganza, conocidos como Erinias en la mitología griega o Furias en la romana, ya se encuentran acosando al hijo culpable por su crimen.

Al oponer el cuerpo desnudo de Orestes al horrible trío que lo rodea, Bouguereau sienta las bases para los pintores académicos de finales del siglo XIX. Su uso de figuras clásicas para animar escenas impactantemente dramáticas le valió tanto éxito comercial como reconocimiento de la crítica como el gran maestro del ambiente artístico francés de su época.

Orestes perseguido por las furias es otro gran óleo sobre lienzo del artista (231,1 x 278,4 cm) que se conserva actualmente en el Museo Chrysler de Norfolk (Virginia, Estados Unidos). Las cinco figuras que lo conforman se agrupan en el centro del cuadro, dejando el oscuro paisaje de fondo prácticamente imperceptible, a excepción de la gran zarza de espinas que se extiende a través de su camino en el primer plano derecho.

Orestes aparece desnudo, tapándose los oídos con las manos. Su rostro muestra una expresión desencajada por la culpa y el hostigamiento de las Furias, de las que intenta en vano escapar. Las carnes morenas del varón contrastan con la palidez de las mujeres, si bien cada una tiene un tono de piel distinto. Tres de ellas, con los cabellos cubiertos de serpientes, son las Furias: Alecto, Tisífone y Megera. Todas señalan el cadáver de Clitemnestra y vociferan a Orestes su crimen.

Clitemnestra, cuyo cuerpo sostiene una de las Furias, ha muerto por un cuchillo clavado profundamente en su pecho. Su cabello cae por debajo de la cintura. La sangre gotea sobre su piel y sus ropas blancas. La parte inferior de su figura queda envuelta en una tela con vuelo, de un tono tan rojo como su sangre.

Las Furias tienen una tez inquietante y sus rostros están distorsionados por la ira. La del lado derecho del lienzo sostiene una antorcha en la mano izquierda, pero las llamas son tenues en comparación con la luz que desprenden otras zonas del cuadro como el manto rojo de Clitemnestra.

Según relata Esquilo, Orestes mató a su madre en venganza por haber asesinado a su padre. Los motivos de Clitemnestra habrían sido el sacrificio de su hija Ifigenia, ordenado por Agamenón para aplacar la ira que había hecho caer sobre él la diosa Artemisa, y el haber tomado la reina como amante a Egisto durante el tiempo que Agamenón estuvo en la guerra de Troya. Aunque Esquilo afirma que Clitemnestra mató a Agamenón sola, otras versiones apuntan a que Egisto participó en el crimen, de ahí que también fuese asesinado en venganza por Orestes.

 

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