UNA CALLE EN SEVILLA PARA ANTONIO ILLANES

Luis Chamorro (30/07/2016)


 

 

Desde hace años vengo observando que en el callejero de Sevilla hay un olvido, a mi entender, mayúsculo. Fruto involuntario y casual de algunas circunstancias que seguro podemos considerar anecdóticas, el escultor Antonio Illanes Rodríguez no forma parte del nomenclátor de nuestra Sevilla.

Después de alguna conversación que mantuve con su hijo, salvaguarda del legado de su padre, me comentó que se hicieron varios intentos en los años 90 pero que no fructificaron. Desde hace algunos años estoy, por razones de mi afición a la investigación histórica, conociendo al personaje y desde luego puedo concluir que destila sevillanía y amor incondicional por nuestra ciudad y todo lo que la rodea. Es por ello que no dudé en inscribirme, cuando en una red social se refirió la posibilidad de promover se le concediese una calle a tan señalado artista. Sin embargo aquella iniciativa tampoco prosperó.

Hace poco decidí ponerme en contacto con mi Hermandad de las Aguas, de la que Illanes fue Hermano Mayor en dos ocasiones y solicité apoyaran esta propuesta que hoy formalizo ante el Alcalde de mi Ciudad. Del mismo modo hablé con Antonio Illanes Salcedo, hijo del artista, que me mostró su total apoyo.

Son innumerables los motivos que podríamos aducir para que Sevilla reconociera la figura de Antonio Illanes. Es por ello por lo que nos resulta paradójico que habiendo pasado ya 40 años de su fallecimiento y más de 80 desde que empezara a ser reconocido en su ciudad como artista, aún Sevilla no lo haya incluido en el nomenclátor. Pero ante tal situación, los que suscribimos esta petición (ver enlace) pretendemos hacer justicia con esta figura de carácter internacional en el panorama de nuestras Bellas Artes.

Este hombre humilde pretendió a lo largo de su vida, desde su preferente parcela de hombre público y afamado, ensalzar y llevar a las más altas cotas de la cultura a su ciudad, de la que se sentía profundamente enamorado y maravillado, resultando un perfecto embajador para innumerables artistas, políticos, religiosos e infinitos personajes que conoció de dentro y fuera de España.

Nacido en Umbrete (Sevilla) el 9 de octubre de 1901, estudia desde muy joven en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla, donde se forma de la mano de su maestro Francisco Marco Pintado. Posteriormente, viaja a Madrid y con una Beca de la Diputación Provincial de Sevilla marcha a París y Roma para concluir su formación académica junto con otros relevantes compañeros del noble oficio de las Bellas Artes.

Poco después monta Taller propio en la Calle Santiago. Recibe en 1927 el Primer Premio de Escultura del Ateneo de Sevilla. En 1929 y de la mano del rey Alfonso XIII recibe la Orden Civil como reconocimiento a la labor que desarrolló para la Exposición Iberoamericana de Sevilla.

Innumerables obras en barro y escayola, son pasadas posteriormente a madera, piedra y bronce y son fruto de numerosos encargos para Sevilla y Andalucía. Pero del mismo modo, hace las Américas aprovechando su vinculación con la nobleza sevillana. Embarcaba en la naviera de su amigo Ybarra y llenaba las bodegas de esculturas que posteriormente vendía en Iberoamérica. Después es Antonio Castillo Lastrucci, con quien le unía una profunda amistad, quien le anima a realizar obras religiosas.

Definitivamente se asienta su obra y elige nueva ubicación para su Taller en la calle Quesos, actual Antonio Susillo. Gracias a esa labor como imaginero y a la unción que dota a sus obras es por lo que este artista es reconocido en su ciudad. Sentía gran admiración por los grandes maestros del barroco, sin embargo él, con un personalísimo estilo: realista, serio y clásico a la vez, nos permite admirar una obra religiosa moderna en su concepción. Y lo hace con una gran profusión debido a la situación política que le tocó vivir (la posguerra y el nacional catolicismo) y que además repartió ampliamente por toda la geografía española.

Gana la Medalla de Plata de la II Exposición "Estampas de la Pasión" que organiza la Hermandad del Silencio de Madrid en el Círculo de Bellas Artes (1942) con un Crucificado que posteriormente fue adquirido por la Hermandad de las Aguas. Expone 20 años más tarde en el propio Círculo de Bellas Artes de Madrid.

 

 

Una curiosa faceta en la que destacó de manera particular es en la escritura. Resultando de su producción tres libros editados y varios artículos eruditos relacionados con las Bellas Artes, además de poesía con la que, como él decía, se entretenía. Es por tanto la obra de Illanes una historia narrada por él mismo. Esto nos permite acercarnos al Illanes de carne y hueso que es igual de profundo que su propia producción artística.

Gran conocedor de la cocina de las Bellas Artes, gusta de realizar todo el proceso completo de ejecución de una escultura, desde el modelado en barro, el paso a la madera en sacado de puntos, el estofado y la posterior policromía. Trabaja también en escayola, en piedra, mármol e incluso el bronce.

Muy buen retratista, estuvo siempre cercano a las vanguardias pero manteniendo su personalísimo estilo donde tomaba a la feminidad y al naturalismo como claro referente en su obra. Son innumerables los particulares para los que trabajó, lo que hizo ingente su producción.

Como hombre culto de su época luchó por la conservación del patrimonio histórico y artístico de Sevilla, comprando la famosa Venta de los Gatos, para evitar que fuera derribada. Trató de impulsar la creación en ella de un museo dedicado a Gustavo Adolfo Bécquer, idea esta que no recibió el apoyo de las instituciones.

Dos estatuas de Antonio Illanes son visibles cuando cualquier viandante pasee por la Barriada de las Golondrinas: Gustavo Adolfo Bécquer. Y por la Alameda de Hércules: Pastora Pavón, "la Niña de los Peines". Este último gratuitamente realizado para la ciudad dado que, como el propio Illanes decía: "Yo que me estimo muy sevillano, y todo lo que sea para Sevilla, revalorizar, enaltecer una gloria sevillana, en cualquier sitio, aquí está Illanes con su buriles para servir a Sevilla y a todos sus valores".

Se casó con Isabel Salcedo con quien tuvo un hijo. Fue nombrado en una votación de 1968 Famoso de Sevilla, premio concedido por Radio Sevilla de la Cadena Ser. Recibe la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio en 1974 y en ese mismo año alcanzó uno de los mayores logros para un artista al ser nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. Del mismo modo participaba asiduamente en la Tertulia Literaria "Noches del Baratillo", siendo quien mantiene la misma al fallecimiento de su fundador Florencio Quintero, utilizando su propio estudio como lugar de reunión. Fue también Hermano Mayor de la Cofradía de las Aguas en dos etapas diferentes en las que fue demandado para ello.

Hombre cultivado que gustaba de viajar, tuvo casa en Madrid para poder atender a los diferentes compromisos que su labor artística le demandaba. En la actualidad da nombre a calles de cuatro localidades de la provincia de Sevilla: Morón de la Frontera, Tocina, Dos Hermanas y Umbrete.

Era su casa-taller un emblemático lugar por el que, cuando no se trabajaba, se llenaba de flamenco, bailaoras, poetas, guitarristas, cantaores, famosos, taurinos, artistas de todas las plásticas, nobles y políticos que en animada juerga daban rienda suelta a la diversión creando el idílico caldo de cultivo que generaba momentos estelares y que alimentaba espiritualmente a nuestro protagonista a la vez que le permitía encontrar público para su producción artística. Cual corral de comedias son infinitas las anécdotas vividas y que además, para deleite de los historiadores, el propio Antonio Illanes describió en muchos de sus casos dejando constancia en sus tres libros de esa Sevilla romántica, hoy desaparecida.

Muere el 2 de mayo de 1976 y desde entonces su familia ha pretendido, sin éxito, que una calle de Sevilla se llame Antonio Illanes Rodríguez. Después de su fallecimiento ha sido objeto de diferentes exposiciones organizadas por el Ayuntamiento de Sevilla en los años 90 y por diferentes hermandades que han utilizado para las mismas la producción del artista en manos de particulares y la inestimable colaboración de su familia personalizado en su hijo: Antonio Illanes Salcedo celoso salvaguarda del legado del artista.

Es por lo aquí expuesto y por el ingente número de obras que dejó repartidas por España y Latinoamérica principalmente y por el buen nombre que dejó de Sevilla allá por donde fue, que considero de justicia se rotule con el nombre de "Escultor Antonio Illanes" una de las calles de la ciudad de Sevilla.

 

 
Promotores de la iniciativa. De izquierda a derecha, Sergio Parra Medina, Antonio Illanes Salcedo, Antonio Arrondo Pazos y Luis Chamorro García.

 

Recogida de firmas en este

 

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