PASTORCITOS
José Gabriel Rabasco Aguilar (24/12/2024)
Felices fiestas. Podría escribir sobre la paz, el amor y la fraternidad en un idilio de mundos ensoñados, pero la realidad de la vida no se teje entre bordados y villancicos de celestiales voces. Nadie en su sano juicio colocaría, presidiendo su belén, un pastorcito desmembrado, pero no hay metáfora más visual para representar la cruenta e insolidaria vida que nos rodea. En Gaza, en Palestina, en aquella Judea que rezan las panderetas y coplillas, estos aciagos días se ha masacrado y pisoteado la vida que tanto celebramos en Occidente. Y esto no puede pasar desapercibido. ¿De qué sirve llenarse la boca con salmos y alabanzas, cuando indirectamente somos cómplices de un asesinato masivo? Os felicito este año rogando solidaridad y conciencia en el día a día. No dejéis que la máscara navideña ponga fecha de caducidad a los actos de amor, de acogida, integración y pluralidad, y sobre todo, rescatad del cajón del olvido a estos inocentes que gritan desgarrados ante el silencio de la humanidad. |
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