LOS MISTERIOS DE MADRID

Jesús Abades (20/05/2015)


 

 

Frente a otros programas electorales vacíos sobre cultura y patrimonio, por no decir vacíos en su totalidad, me han sorprendido gratamente las propuestas emitidas por la candidatura ciudadana Ahora Madrid de cara a las próximas elecciones locales. Tan gratamente que las considero inéditas en la política actual, teniendo en cuenta que los principales enemigos del arte y la educación en nuestro país vienen directamente de las urnas.

Hasta hace unos meses no sabía casi nada de la existencia de esta formación que aspira al Ayuntamiento madrileño, solamente la participación en la misma de uno de los integrantes del revolucionario centro cultural Patio Maravillas y poco más, pero una vez leídas sus propuestas para sacar el mayor partido de forma sostenible a una de las ciudades más importantes del planeta, me parecen una muestra de generosidad, lucidez y participación en la voluntad de sus habitantes; los que realmente quieren un patrimonio mejor conservado y más cercano, quienes han aguantado el tipo conscientes de que la especulación, el urbanismo masivo y desangelado, y la degradación y la pérdida de espacios históricos, han sido lo habitual desde hace décadas.

Desgraciadamente, el patrimonio destruido por intereses inmobiliarios no solo ha afectado a Madrid sino a todos los municipios gobernados por consistorios especuladores: cascos antiguos diezmados, jardines arrasados por sórdidas plazas duras, fachadas antiguas que falsean la piqueta interior, parques convertidos en parkings, solares abandonados a su suerte, distritos periféricos reventados, monumentos para despiece, murallas en ruinas a la espera de que desaparezcan para levantar un centro comercial sobre ellas... y lo peor de todo no es que los responsables de esto siempre salgan impunes, sino que se paseen por Fitur y eventos similares para, coreados por sus secuaces, presumir de las excelencias patrimoniales de sus urbes-cortijos, cuando lo único que han hecho es mutilarlas y venderlas al mejor postor para seguir manteniendo sus sitiales.

Es por ello que fórmulas como las que ofrece Ahora Madrid me han parecido brillantes y sinceras, no solo en su contenido sino en su exposición. Esa manera de explicitar al tejido civil de que ellos forman parte de él y que no están metidos en fanales de cristal, que comprenden y apoyan las desoladoras consecuencias del abandono, la escasez y el sobrecoste, porque muchas y muchos han sido víctimas de ellos, resulta francamente loable.

Lógicamente, propuestas como ampliar las zonas verdes, llevar los centros culturales a todos los rincones de la ciudad, devolver la vida a recintos en peligro de extinción, conectar de una forma real los espacios públicos a la ciudadanía, abogar por la reindustrialización por encima de la especulación o la privatización, rescatar el arte urbano, adecuar los solares, adaptar el urbanismo a las gentes o evitar los egos de las multinacionales sobre la identidad urbana no pueden ser bien recibidas por los especuladores, de ahí la ponzoña de éstos a nivel personal en la campaña y el veto en los medios de comunicación que sus corifeos controlan. Pero hasta en esto ha sido admirable la formación encabezada por Manuela Carmena, pues no solo no ha perdido la calma ante las malas artes sino que ha preferido escuchar a hablar, jugar limpio y centrarse en su programa.

Sin ningún sentido propagandístico, entre otras cosas porque no voto en Madrid, solo quiero dar las gracias a algunas y algunos por su estilo, sobre todo ahora que falta tanto, y expresar mi deseo de que desaparezcan los grilletes de una ciudad a la que adoro. Ojalá que tantos años de encierro se transformen en libertades representativas y efectistas para unas gentes que han recibido mucho desdén y hostilidad de quienes solo los ven como abono electoral; como también sucede en otras, demasiadas, ciudades españolas. No recuperar el espíritu ciudadano en los tiempos que corren es todo un misterio con vocación suicida, nada novelesco sino temible.

 

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