CUANDO LAS MUJERES HAYAN DESAPARECIDO

Carme Chaparro


 

 

En Asia hay 100 millones de mujeres menos que de hombres. 100 millones de mujeres desaparecidas. Son niñas que no han podido nacer, a las que han matado poco después de su nacimiento o a las que han dejado morir de hambre. Pero también mujeres asesinadas en la edad adulta.

Hace 5 años, Nisha Sharma, una joven india de Delhi, se convirtió en una heroína nacional. Estudiante de informática, de una familia de clase media, tenía que casarse con un profesor de escaso sueldo cuya familia había pedido una dote sustancial: nevera, último modelo de televisión, aire acondicionado… El padre de Nisha pagó. Como también pagó la segunda vez: un coche, y 54.500 rupias (unos 1.000 euros). Pero la víspera de la boda volvió a subir la puja: la futura suegra exige 1,2 millones de rupias. El padre se niega, y la familia extorsionadora le da una paliza. Entonces Nisha hace algo excepcional: llama a la policía y manda detener al novio y a sus padres por extorsión. Nisha fue portada de revistas y periódicos. Abrió informativos en la tele. Pero fue la excepción.

En India, la dote necesaria para casar a las mujeres las convierte en una carga económica insoportable. En el llamado Silycon Valley del país, la zona más emergente, con habitantes de clase media-alta y estudios superiores, mueren asesinadas cada mes, 100 mujeres, la mayoría de ellas quemadas vivas. Su único crimen, que su familia no haya podido seguir pagando las exigencias de la familia del novio, que sigue demandando caprichos después de la boda, unos cuantos miles de rupias, o el último modelo de televisor.

En los últimos 15 años, la policía ha registrado 7.000 muertes por dote. Pero seguramente el número será mucho más elevado, porque la mayoría se declaran como accidentes domésticos. Tienen incluso un nombre, stove burnings (quemaduras de fogón) porque casi siempre, el asesino cuenta que la mujer se quemó con los fogones de la cocina. 

Asia es el peor lugar del mundo donde nacer mujer. En general, en ninguna parte del mundo es una ventaja ser mujer (7 de cada 10 pobres de la Tierra son mujeres), pero en Asia, esta desigualdad llega al extremo: el continente desprecia a las niñas hasta el punto de eliminarlas físicamente.

¿Por qué las niñas? La llegada de una niña a la casa no aporta nada, y en el futuro, solamente será fuente de problemas:  tendrán que vigilarla para que no deshonre a su familia, deberán pagar una cuantiosa dote a la familia del marido, no heredará los bienes familiares, ni trabajará la tierra ni cuidará a los padres, y además se irá de la casa familiar para contraer matrimonio. Por eso, desde su nacimiento, si es que logran nacer, las niñas son objeto de menores atenciones: se las alimenta y se las cuida menos que a los niños, y por lo tanto, su tasa de mortalidad infantil es más elevada. Y ya que no sirven para nada, ¿por qué mandarlas a la escuela? Un proverbio indio dice que educar a una niña es lo mismo que regar el jardín del vecino. Así que la tasa de escolarización de las niñas es mucho menor que la de los niños. Así que, si las niñas no sirven, y son una carga, nada mejor que eliminarlas. Pero, ¿cómo se hace desaparecer a 100 millones de mujeres?

 

 

Hace unos años, un anuncio publicitario en calles y trenes de la India decía "gaste hoy 5.000 rupias, y ahorre 500.000 rupias mañana". La cantidad pequeña, esas 5.000 rupias, era lo que costaba una ecografía. La cantidad mayor, era lo que le iba a costar a los padres el tener una hija. El mensaje era claro: sepa si es una niña y aborte, para no tener que pagar una dote más adelante. Ahora, estos slogans están prohibidos, pero las clínicas venden paquetes: ecografía más aborto por menos de 10.000 rupias (unos 190 euros).

En la década de los 80, la ecografía llegó a muchos países asiáticos. Y enseguida, este diagnóstico prenatal de malformaciones fetales se convirtió en un asesino de mujeres. Con la complicidad de la clase médica, que ha visto un enorme negocio en las ecografías, los padres saben el sexo del bebé, y deciden abortar si es hembra. Las clínicas privadas de ecografía se han multiplicado como hongos: en toda la India se calcula que hay 100.000. Y eso que, visto el crecimiento desorbitado del número de abortos, el gobierno ha decidido prohibir que se informe a los padres del sexo del bebé. Pero los médicos usan un lenguaje codificado: "vuelvan ustedes el viernes" (friday, en inglés, F de femenino) o "vuelvan ustedes el lunes" (monday, en inglés, V de varón).

Muchas mujeres pobres acuden a prestamistas para pagar la ecografía. Abortar seis veces o más, hasta estar embarazada de un varón, se ha convertido para algunas indias y chinas en un tratamiento médico para evitar las niñas. En China, la última cifra oficial de abortos fue de 14,9 millones, casi todos femeninos. Se calcula que en el total de Asia, la selección prenatal podría afectar a varios millones de fetos femeninos al año. Las ONG hablan ya de feticidio. En algunas regiones nacen 135 niños por cada 100 niñas.

El aborto selectivo ha sustituído hoy en día a otra forma de deshacerse de las mujeres: el infanticidio, que se ha practicado durante siglos. En China, tradicionalmente, se practicaba por ahogamiento, asfixia o abandono. En India, la costumbre dictaba que se encerrara a la recién nacida en una tinaja de barro, y se cerrara herméticamente con una tapa. Durante el ritual, se le metía una golosina en la boca y se le susurraba al oído: "ahora muere, y envíanos un hermanito". Estos asesinatos todavía perviven en zonas pobres, en las que las mujeres no pueden permitirse las ecografías. A veces, la partera es la que se encarga de matar a la bebé. Forma parte de su contrato: si es niña la mata, porque si no, no cobra.

Pero la forma más frecuente de acabar con las mujeres es el infanticidio lento. En Asia existe una clara sobremortalidad de niñas de escasa edad. En el resto del mundo ocurre lo contrario: siempre mueren más niños que niñas. En la India, China, Afganistán, Nepal, Pakistán, Bangladesh… las niñas son víctimas de negligencias más o menos deliberadas. Las vacunan menos, y una simple enfermedad suele ser mortal. En general, los chicos también disfrutan de un periodo de lactancia más largo, y les toca la mejor parte de la comida. Cuando el trabajador social pregunta, las familias dicen que la niña se negaba a comer.

En la India, la mortalidad de las niñas menores de 4 años es hasta el doble de veces mayor que la de los niños. En China, la cifra es de 3 niñas muertas cada 2 niños. Y luego los abandonos. En China se abandonan medio millón de bebés al año, en la calle. Son, casi todas, niñas. Esas 100 millones de mujeres desaparecidas han convertido a Asia en el continente más masculino del mundo. En 2001, el censo de la India puso de manifiesto que había 36 millones de mujeres menos que de hombres. En China, la cifra de "desaparecidas" es la misma.

 

 

Desde hace un par de décadas, varios países se han sumado al desequilibro demográfico. Corea del Sur, Taiwan, Banghadesh, Pakistán y Afganistán tienen una población anormalmente masculinizada. Y en los últimos 10 años, la natalidad selectiva ha llegado a Europa. Georgia, Armenia y Azerbayán presentan un brusco aumento de los nacimientos masculinos: 118 niños por cada 100 niñas. También, al parecer, por el uso desvirtuado de la ecografía.

Y eso dibuja un futuro con millones de hombres solteros. En países ricos como Corea del Sur, los hombres buscan esposas en el extranjero. En China y en India se compran esposas a redes que las reclutan en zonas más pobres. Una esposa puede costar, de media, 70.000 rupias (1.320 euros). Sólo los ricos pueden permitírselo. Los pobres se quedan solteros. Según cifras oficiales chinas, cada año, 10.000 mujeres son vendidas. Y en este mercado clandestino, algunas familias ricas están comprando niñas, para criar a una futura esposa para su hijo.

Otras familias menos pudientes, con varios hijos y sin dinero para comprar esposa para cada uno de ellos, compran una para todos. Es una antigua costumbre, la poliandria, que ahora se está recuperando: una mujer que se reparten todos los hermanos, e incluso, el padre.

En India, jóvenes solteros rurales, con dinero, llegan a pactos con familias campesinas pobres. Ellos pagan, y las familias le ceden a la esposa del hijo para mantener relaciones sexuales esporádicas.

Los expertos alertan: el celibato obligado aumentará la violencia. Están aumentado ya la prostitución y las violaciones colectivas de mujeres. Dentro de 15 años, China e India tendrán que gestionar la existencia de varios millones de solteros. Es la primera vez en la Historia que se da este déficit demográfico en mujeres. Y nadie sabe cómo funcionará una sociedad que alcance este tremendo desequilibrio.

 

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