LA ESCULTURA ROMANISTA EN TARAZONA. 1585-1630

31/05/2021


 

 

La renovación en clave clasicista o "romanista" que acusa la escultura de Tarazona (Zaragoza) a partir de 1580 y hasta fechas próximas a 1630 es un reflejo de las nuevas tendencias que se impusieron en la mitad norte de la península ibérica tras la realización del retablo mayor (1558-1563) de la catedral de Astorga, con la aplicación de un arte de vanguardia que toma su inspiración del repertorio arquitectónico de Jacopo Barozzi da Vignola y el lenguaje plástico desarrollado por Miguel Ángel Buonarroti y su constelación de seguidores.

En el contexto aragonés, la escultura romanista tuvo sus principales centros en Calatayud (Zaragoza), ciudad integrada en el Obispado de Tarazona, pero la sede episcopal también acogió obradores estables que compartieron escenario con artistas llegados de otros lugares, en especial desde Zaragoza y Navarra, al tiempo que mantenían vivo el pulso creador de la capital del Moncayo.

Todo ello y mucho más se recoge en La escultura romanista en Tarazona. 1585-1630, una nueva y cuidada publicación del Servicio de Publicaciones del Instituto Fernando el Católico (Zaragoza), coeditada con el Centro de Estudios Turiasonenses. Su autor es el historiador del arte Jesús Criado Mainar. 

Este excelente trabajo de Criado Mainar dedicado a la escultura renacentista o romanista de clara influencia italiana que se realizó en el Obispado de Tarazona, teniendo como foco la ciudad de Calatayud, se encuentra estructurado en ocho amplios capítulos o apartados. Antes encontramos una introducción donde el autor expone las ideas de este estudio, el objetivo, la escultura  que se desarrolló en la ciudad de Tarazona, la evolución de los talleres locales, los artistas foráneos que también aportaron novedades, etcétera.

Los apartados del libro comprenden no solo la escultura en Tarazona, sino el funcionamiento de los talleres de escultura, el proceso de elaboración material y los referentes plásticos, entre otros aspectos. Asimismo, se estudian a fondo varias obras retablísticas de Tarazona y otras localidades como Cortes de Navarra, Calcena, Matalebreras o Añón de Moncayo, y se ocupa de biografías como las de Juan de Bazcardo, Jerónimo Estaragán o Miguel Ginesta, entre otros, para acabar con una bibliografía y un apéndice con documentos inéditos.

La escultura romanista en Tarazona. 1585-1630 es el culmen de una investigación que, como el propio autor señala en las primeras páginas, inició hace ya más de dos décadas. Criado Mainar analiza con detalle los ejemplos de mayor calado de escultura romanista de la ciudad de Tarazona y su área de influencia, destacando entre todos ellos el retablo mayor de la Seo turiasonense.

En definitiva, gracias a esta exhaustiva investigación de 462 páginas, muy ilustrada, Jesús Criado Mainar ha cubierto una importante laguna existente en el conocimiento de la escultura romanista en el territorio de Aragón, parcela de estudio en la que es uno de los máximos especialistas.

 

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