La delegación diocesana de Patrimonio del obispado zamorano y la cofradía de Nuestra Señora de San Antolín o de la Concha, patrona de la ciudad de Zamora y de su diócesis, presentaron el pasado jueves 7 de diciembre la restauración de la imagen de la Virgen de la Concha y el Niño, tras dos largos meses de trabajo intenso.

Los artífices de este trabajo han sido Patricia Ganado Gamazo y Bernardo Medina Garduño, quienes han hallado durante su intervención unos descubrimientos muy interesantes desde el punto de vista artístico e histórico. Por ejemplo, la restauradora del Taller Diocesano, Patricia Ganado, confirmó que la imagen es de origen medieval, transformada o reutilizada posteriormente. Tras la retirada de lesivos añadidos de los años 80 y 90, se hallaron los restos de policromías medievales, de época tanto románica como gótica. Ganado ha afirmado que las anteriores intervenciones fueron desafortunadas porque se añadieron elementos sintéticos que han perjudicado a la imagen y ahora han sido muy difíciles de eliminar.

La restauración de la Virgen, seguramente una Majestad románica de talla completa que fue sucesivamente reformada con el tiempo -entre otras razones, con el fin de adaptarla para vestir- ha confirmado también que su cabeza es del siglo XVIII. Según Florián Ferrero, presidente de la cofradía, con estos nuevos datos podemos intuir que en los famosos incidentes sucedidos en la romería a la Hiniesta de 1495, en los que la imagen resultó lanceada, el Niño sufrió daños irreversibles y lo mismo ocurrió con la cabeza de la Virgen.

El restaurador y sacerdote diocesano Bernardo Medina fue el encargado de explicar el proceso en la imagen del Niño, realizada a partir del año 1500, si bien de la hechura primitiva solo se conservan zonas como el vientre y las caderas. En el Niño también se han eliminado estucos y otros añadidos hasta descubrir totalmente el rostro, los cabellos y las carnaciones actuales, que son originales de la época barroca. Principalmente, se han eliminado del rostro restos de pintalabios o de los bálsamos labiales, provocados por los besos de los fieles.

La restauración de la Virgen de la Concha, que ha comprendido también una mejora en las articulaciones de la imagen mariana, ha sido posible gracias a la colaboración de una familia de devotos, la Fundación Caja Rural y el Obispado de Zamora. Una vez concluyan las próximas fiestas navideñas, la cofradía llevará a cabo una presentación científica para dar a conocer la evolución histórico-artística de la imagen.