PINTURAS MARIANAS DEVOCIONALES

José Ángel Rivera de las Heras (02/07/2016)


 

 

El misterio de la Virgen María -especialmente su maternidad divina, su inmaculada concepción y su gloriosa asunción- forma parte de los contenidos fundamentales de la fe católica. La Iglesia vincula íntimamente su vida y su misión al misterio de Cristo, lo celebra gozosamente en el transcurso del año litúrgico, y lo ha representado plásticamente para la meditación e imitación de sus fieles.

La maternidad espiritual de la Virgen, su carácter ejemplarizante y su función mediadora, protectora e intercesora han favorecido que la comunidad cristiana la honre amorosamente con un culto especial, la venere con singular devoción, y la invoque filial y confiadamente en todas sus necesidades.

Por su parte, la piedad popular ha otorgado a la Virgen María títulos particulares. Estas advocaciones, inveteradas y diversas en sus expresiones, han sido representadas a través de numerosas obras artísticas, como las pinturas devocionales que se muestran en la exposición temporal Pinturas marianas devocionales.

Aunque todas ellas son foráneas, su presencia en iglesias, monasterios, conventos y otros lugares de nuestra diócesis de Zamora indica la difusión y extensión de su devoción. Son tablas y lienzos pintados entre los siglos XVII y XIX, generalmente por artistas desconocidos, cuyo interés se centra en reproducir, más o menos fielmente, el modelo original, ya sea imitando la realidad o bien inspirándose en estampas.

 

Virgen de Belén
Óleo sobre tabla. Siglo XVII. 60,5 x 89,5 cm.
Iglesia de San Vicente (Zamora)

La Virgen María estrecha al Niño Jesús contra su pecho, mientras él acaricia su rostro. El tema deriva de los modelos bizantinos y está relacionado con "Nuestra Señora de Pasaviensis" alemana. Reproduce la célebre pintura de la que se considera patrona de la Congregación de ermitaños anacoretas de la Sierra de Córdoba.

Virgen del Camino
Óleo sobre lienzo. Siglo XVII. 104 x 83,5 cm.
Convento de la Asunción (Villalobos, Zamora)

Como atestigua su inscripción, reproduce la imagen de la Piedad que recibe culto en su santuario, cerca de la ciudad de León. Según su leyenda, la Virgen se apareció a Simón Gómez Fernández, un pastor de Velilla de la Reina.

Virgen de la Soledad
Óleo sobre lienzo. Siglo XVII. 166 x 117 cm.
Iglesia de Santa María de Roncesvalles y de Santa Catalina (Toro, Zamora).

Se dice que Isabel de Valois, esposa del monarca Felipe II, encargó la imagen a Gaspar Becerra en 1565, y que María de la Cueva y Toledo, condesa de Urueña y camarera de la reina, le colocó su propio atuendo de viuda noble de la época. Por su parte, el fraile mínimo Diego de Valbuena ofreció una capilla para rendirle culto en el convento de Nuestra Señora de la Victoria de Madrid. Dicha imagen fue destruida en 1936. Una versión de ella es la "Virgen de la Paloma" de la iglesia madrileña de San Pedro el Real, un lienzo hallado en Madrid en 1790 y librado de perecer gracias a la intervención de Andrea Isabel Tintero, quien también difundió su devoción.

Virgen de Guadalupe
Óleo sobre lienzo. Siglo XVIII. 111,5 x 94,5 cm.
Monasterio de Santa María la Real de las Dueñas (Zamora)

Representa la imagen venerada en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, en la provincia de Cáceres, considerada Reina de las Españas y patrona de Extremadura. Aunque su factura se retrotrae a época apostólica, es una escultura medieval, cubierta desde antiguo con ricos vestidos. Según la leyenda, la Virgen se apareció a un vaquero llamado Gil Cordero, por medio del cual la imagen fue hallada soterrada.

Virgen Peregrina
Óleo sobre lienzo. Año 1764. 76 x 75 cm.
Iglesia de Santa María (Belver de los Montes, Zamora)

Reproduce la imagen de vestir realizada por la escultora andaluza Luisa Roldán, "la Roldana", entre 1684 y 1686, y que fue destinada al convento de San Francisco de la localidad leonesa de Sahagún. También se la denomina "Nuestra Señora del Refugio". Además de sostener a su Hijo sobre el brazo izquierdo, porta los elementos propios de la peregrinación: esclavina con veneras, bordón, calabaza y escarcela. El lienzo estuvo adherido a una de las tablas del retablo mayor.

Virgen de la Portería
Óleo sobre lienzo. Hacia 1800. 40 x 30 cm.
Iglesia de la Asunción (Manganeses de la Lampreana, Zamora)

Representación peculiar de la Inmaculada Concepción conforme al cuadro encargado por el lego fray Luis de San José al pintor abulense Salvador Galván y Gredos, que realizó en 1719 una vez recobrada su salud, y que mandó colocar en la portería de su convento, hasta que pasó a ser colocado en una capilla de la iglesia conventual de los franciscanos descalzos de la ciudad de Ávila.

Divina Pastora
Óleo sobre lienzo. Año 1802. 83,5 x 63 cm.
Iglesia de la Asunción (Alcañices, Zamora)

El padre capuchino fray Isidoro de Sevilla, después de tener una visión en el coro bajo de su iglesia conventual, mandó representar a la Virgen vestida de humilde pastora al pintor onubense Alonso Miguel de Tovar. La pintura, transformada en un estandarte, se exhibió en una procesión celebrada en la capital hispalense el 8 de septiembre de 1703. Su devoción se propagó gracias al impulso del beato Diego José de Cádiz, también capuchino, quien visitó las tierras de Zamora en una misión que comenzó en diciembre de 1794. Pintura y marco fueron realizados en Madrid, y forman pendant con otro cuadro de la "Virgen Peregrina" de Sahagún.

Virgen de Guadalupe
Óleo sobre lienzo. Mateo Gómez. Siglo XVIII. 85 x 59,5 cm.
Iglesia de San Vicente (Zamora)

La Virgen se apareció en cuatro ocasiones a San Juan Diego en la colina de Tepeyac, cerca de la ciudad de México, en 1531. Cuando el indio visitó al obispo Juan de Zumárraga, desplegó su tilma para ofrecerle unas flores, dejando descubierta en ella la impresión prodigiosa de la imagen mariana, morena y con rasgos mestizos. El lienzo, obra del pintor mejicano Mateo Gómez, reproduce la figura original que recibe culto en su basílica.

Virgen de la Misericordia o de la Merced
Óleo sobre lienzo. Siglo XVIII. 97 x 71,5 cm.
Casa Sacerdotal San José (Zamora)

Trampantojo de una imagen de vestir, venerada antiguamente en un convento mercedario de la capital panameña, como lo atestigua la inscripción que recorre la zona inferior del lienzo. Se supone que es obra de un pintor colonial, y que llegó a Zamora a través de un indiano devoto. Procede de la antigua capilla de la dehesa de San Andrés, de la fundación toresana de Villachica.

 

Hasta el 31 de diciembre de 2016 en el Museo Diocesano de Zamora (Iglesia de Santo Tomé, Plaza Santo Tomás s/n)
Horario: lunes a sábado, de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 10:00 a 14:00 horas.

 

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