Tal y como adelantábamos ayer, la última obra del imaginero cordobés Francisco Romero Zafra es un busto de Dolorosa modelado en terracota y telas encoladas y policromadas hasta la altura de la cintura.

La obra ha sido realizada para la Iglesia del Santo Ángel, de la capital sevillana, uno de los destinos más esperados a la hora de disponer de creaciones al culto del afamado artista. Irá situada a los pies del Cristo de los Desamparados, magistral Crucificado muerto en la cruz labrado por Juan Martínez Montañés, en alusión a la representación del Stabat Mater en el Monte Calvario.

Este proyecto, del que teníamos conocimiento desde el pasado octubre pero no hemos publicado noticia alguna hasta ahora por expreso deseo de escultor y contratante, parte del boceto de la Dolorosa de las Penas, de Úbeda (Jaén), obra también del autor bendecida en dicha localidad por las mismas fechas.

Después de volver a trabajar sobre la pieza en barro, aplicarle policromía al óleo y labrarle manos unidas por las palmas, en actitud orante que recuerda los modelos genoveses del siglo XVIII, se decidió revestir el busto con ropajes de tela encolada, logrando una austera composición de gran belleza y dramatismo que rememora los modelos barrocos del maestro granadino Pedro de Mena.

Como podemos observar, la cabeza de la imagen aparece elevada hacia Dios Padre y queda enmarcada por una cabellera ondulada, peinada al centro y recogida por detrás en un moño bajo. La mascarilla, ladeada hacia la derecha, presenta la frente despejada, cejas fruncidas por el dolor y mirada perdida en el infinito a través de unos grandes ojos con el iris policromado en tonos celeste. Las pestañas son de pelo natural, las superiores, y finamente pinceladas en el párpado inferior. Siete gruesas lágrimas recorren las angulosas mejillas en recuerdo de los Siete Dolores padecidos, cuatro por la derecha y tres por la izquierda.

El perfil de la Virgen es de corte clásico. Sus carnosos labios aparecen abiertos en señal de súplica, con la lengua y los dientes tallados. El mentón es redondeado, con profundo hoyuelo en su centro. Los músculos del cuello se muestran tensos y el bocado de Adán muy marcado por la forzada postura que adopta. Sobre sus manos se disponen un pañuelo de encaje y el santo rosario.

La túnica es burdeos, con abundantes pliegues, mientras que el negro manto deja al descubierto la cabeza de María, exornada para su presentación con mantilla y presea cedida por la propia comunidad religiosa.

Pinchando en el icono superior tendrán acceso a una galería de fotos de la pieza. Su presentación y bendición tendrá lugar mañana domingo, 2 de abril. En estos momentos, Romero Zafra se encuentra terminando una imagen para vestir de San Juan Evangelista con destino a la localidad cordobesa de La Rambla.