VELÁZQUEZ Y LA FAMILIA DE FELIPE IV

Con información de Javier Portús (04/10/2013)


 

 
 

Las Meninas

Juan Bautista Martínez del Mazo
Hacia 1660
Óleo sobre lienzo
142,2 x 121,9 cm
Colección Bankes

 

A través de una treintena de obras, la exposición Velázquez y la Familia de Felipe IV pretende introducir al espectador en dos temas profundamente interrelacionados. Por un lado, la actividad como retratista desarrollada por Velázquez en los once últimos años de su carrera, y la continuación de esa labor por sus sucesores Juan Bautista Martínez del Mazo y Juan Carreño durante las décadas de 1660 y 1670.

Siendo una exposición sobre retratistas cortesanos, también lo es sobre la familia real. De hecho, en 26 de esos treinta cuadros se representa al rey, a su mujer o a sus hijos, cuyas peripecias personales tuvieron una repercusión europea, pues afectaban al equilibrio de fuerzas del continente.

La exposición invita a reflexionar, así, no sólo sobre uno de los momentos más brillantes y con mayor personalidad de la carrera de Velázquez y de la historia del retrato cortesano español, sino también sobre cómo este tipo de pinturas se convirtieron en instrumentos de intercambio diplomático, y cómo reflejaban las expectativas que en toda Europa se tejieron en torno al devenir de la familia real.

Cronológicamente, la exposición Velázquez y la Familia de Felipe IV abarca desde la entrada en Madrid de Mariana de Austria como nueva reina (a finales de 1649) hasta su retiro en Toledo en 1677, después de haber dado luz a un príncipe, haber enviudado y haber ostentado la regencia durante diez años.

Cuando llegó a Madrid, Velázquez se encontraba en Roma, donde en 1650 realizó una docena de retratos relacionados con la corte papal, que constituyen hitos en la historia del género. A la exposición se traen cuatro de ellos, que permiten documentar lo que hacía Velázquez en un momento en el que debería haber estado en Madrid, retratando a la reina (una de las grandes paradojas de su carrera); y permiten también mostrar hasta qué punto se trataba de un pintor capaz de adaptarse a las diferentes expectativas de sus patronos. La comparación de los retratos romanos con los retratos de busto que hizo de Felipe IV, Mariana de Austria o María Teresa revelará cómo en Roma amplió la gama expresiva de sus retratos, y cómo a su vuelta a la corte madrileña recuperó el hieratismo y la distancia anteriores.

El núcleo de la exposición está compuesto por los retratos reales que hizo Velázquez en Madrid desde su vuelta de Roma hasta su muerte en 1660. Son once piezas que forman un capítulo aparte dentro de su carrera, por su singularidad iconográfica y técnica, y en las que se mantuvo a un nivel de calidad extremadamente alto. El mundo femenino e infantil invade por vez primera su catálogo, el color se hace más denso, variado y suntuoso de lo habitual hasta entonces, y se incorporan decididamente las alusiones espaciales a los retratos reales.

Entre esas obras destaca especialmente Las Meninas, que aunque no van a figurar físicamente en el espacio expositivo, forman parte fundamental de la muestra. Las meninas supone una formidable reivindicación del género del retrato, y un gran ejercicio de autoafirmación social y profesional por parte de su autor. Su complejidad iguala un retrato a la más erudita "pintura de historia", y la convierte en el mejor ejemplo del grado de sofisticación al que había llegado la corte española. Porque cuando Velázquez lo pintó -y es una de las cosas que pretende subrayar la exposición- la cultura cortesana española atravesaba uno de sus momentos más creativos, con literatos como Pedro Calderón y Antonio de Solís en la cima de sus facultades, o con unas Colecciones Reales en pleno proceso de expansión y remodelación. La demanda de imágenes a que dio lugar la llega de una nueva reina y el nacimiento de infantes y príncipes obligó a multiplicar el número de retratos y a poner en marcha un activo taller. La exposición refleja este hecho a través de varias versiones de los originales de Velázquez, realizadas en su taller y bajo su supervisión.

La última parte de la exposición se centra en el retrato cortesano posterior a Velázquez, a través de la obra de Martínez del Mazo y Carreño. Partiendo de soluciones velazqueñas, supieron renovar la iconografía real en una dirección más abigarrada y barroca. Una de sus principales características fue la incorporación decidida de los espacios palaciegos a los retratos, especialmente los llamados Salón de los Espejos y Pieza Ochavada, que son lugares fuertemente connotados. A través de ellos, crearon una tipología que singulariza el retrato cortesano español del momento respecto a otras tradiciones retratísticas, y en la que los espacios reales actuaron como escenarios donde se escenificó el equilibrio de fuerzas entre los últimos representantes de la casa de Austria.

 

 
 

La Reina Doña Mariana de Austria

Diego Velázquez
1652
Óleo sobre lienzo
231 x 131 cm
Museo Nacional del Prado de Madrid

 

La muestra Velázquez y la Familia de Felipe IV no es una exposición general sobre Velázquez, pues se centra en un momento muy singular de su carrera como retratista cortesano: sus once últimos años, que desde el punto de vista de sus modelos, sus composiciones o el uso y variedad de su cromatismo constituye una etapa llena de personalidad y belleza, y de un nivel de calidad muy alto.

La exposición investiga también sobre su herencia y sobre cómo su presencia no se acabó con las obras que salieron de su mano, sino que se prolongó a través de cuadros de taller y mediante la labor de sus continuadores, especialmente Juan Bautista Martínez del Mazo y Juan Carreño de Miranda.

Desde el punto de vista del Museo del Prado, Velázquez ha sido, desde su misma fundación en 1819, uno de los pilares en torno a los cuales se han organizado sus colecciones. Profundizar en el conocimiento de su obra, y contribuir a su difusión ha sido siempre una responsabilidad de la institución. En el caso de esta exposición, además, se trata de acercar al público del museo a dos de los momentos de Velázquez peor representados en su colección: el segundo viaje a Italia, y los retratos femeninos e infantiles que hizo tras su vuelta a Madrid.

Desde el punto de vista español, Velázquez constituye uno de los puntos de referencia de nuestra memoria colectiva. A lo largo de los siglos, sus obras han servido con mucha frecuencia para reflexionar sobre nosotros mismos y nuestra historia, como en un espejo. Eso ha hecho que con el paso del tiempo se hayan ido superponiendo numerosas capas de lecturas y connotaciones, que enriquecen los significados originales de los cuadros. Exposiciones como esta buscan seguir alimentando esa fuente de pensamiento y estimular la reflexión sobre nosotros mismos, pues no sólo trata sobre Velázquez, Mazo o Carreño, sino también sobre la familia real, y sobre cómo estos pintores supieron reflejar un momento especialmente complejo de nuestro pasado.

La exposición tiene como punto de referencia Las Meninas, lo que significa que gira en torno a una de las obras de arte antiguo más "actuales" y que más han interesado al pensamiento contemporáneo. Desde que Pablo Ruiz Picasso realizara su serie en 1967 y Michel Foucault publicara su ensayo en 1966, este famoso cuadro ha servido como punto de partida para plantear cuestiones candentes relacionadas con las leyes y los límites de la representación, el papel del espectador, la tensión entre realidad e ilusión, o las fórmulas para definir identidades. Varios de esos asuntos se plantean también en otras obras de la exposición, que participan del mismo contexto en el que se creó Las Meninas.

Desde el siglo XVIII en España y el XIX en Europa y América, Velázquez ha sido uno de los pintores antiguos más revisitados por las nuevas generaciones de artistas, en un proceso que llega hasta nuestros días. Eso lo convierte en una referencia viva. En el caso de las obras presentes en esta exposición, Las Meninas o los retratos de la infanta Margarita y la reina Mariana de Austria han tenido un extraordinario valor icónico para artistas españoles y extranjeros, lo que es índice de hasta qué punto se trata de imágenes con capacidad de seguir generando respuestas en los espectadores. Nunca hasta ahora se había producido tal concentración de Marianas, Margaritas o María Teresas, y de esa reunión se espera que sea un poderoso estímulo.

Además de una página de la historia de la pintura, la exposición es una crónica familiar; y a través de los retratos el espectador entra en contacto con la peripecia vital de un grupo familiar, cuyas vidas y destinos estaban severamente condicionadas por consideraciones de linaje e identidad.

 

 
 

Felipe Próspero

Diego Velázquez
Hacia 1659
Óleo sobre lienzo
128,5 x 99,5 cm
Kunsthistorisches Museum de Viena

 

El catálogo que acompaña a Velázquez y la Familia de Felipe IV está compuesto por tres ensayos: el principal a cargo de Javier Portús, comisario de la muestra; otro en torno a la pintura en la corte española después de la muerte de Velázquez de Miguel Morán Turina (Universidad Complutense de Madrid); y un tercero que analiza los detalles de la corte de Viena a cargo de Andrea Sommer-Mathis (Austrian Academy of Sciences). También incluye las fichas de las obras expuestas agrupadas en distintas secciones escritas por Javier Portús.

El 16 de octubre, a las 18:30 horas, tendrá lugar la conferencia Velázquez y la Familia de Felipe IV a cargo también de Javier Portús. Por otro lado, el Museo del Prado ofrecerá una breve charla didáctica sobre los artistas implicados, su estilo y su producción artística que facilitará al público asistente su posterior recorrido por las salas, proporcionándole las claves esenciales para apreciar y comprender mejor las obras que forman parte de la exposición (la celebración de esta actividad está condicionada a la disponibilidad del auditorio: en octubre, a partir del día 16, los miércoles a las 11:00 y a las 17:00 horas; en noviembre, los lunes a las 11:00 horas y los martes a las 17:00 horas; en diciembre y enero, los lunes a las 17:00 horas y los martes a las 11:00 horas).

Los jóvenes de 15 a 25 años tendrán la oportunidad de visitar la exposición gratuitamente, el último viernes de los meses de octubre y noviembre, de 18:00 a 20:00 horas. Durante su visita, contarán con la colaboración de jóvenes licenciados en Historia del Arte a quienes podrán consultar sobre los contenidos de la muestra.

La vida y obra de Velázquez, unos de los más celebres pintores españoles de todos los tiempos, ha sido objeto de varias producciones cinematográficas. Por ello, durante el transcurso de la exposición Velázquez y la Familia de Felipe IV se realizará un ciclo de cine en el que se proyectarán algunas películas cuyo tema principal es el artista y su época. El ciclo se inaugurará con una conferencia a cargo de José Julián Bakedano, el 26 de octubre a las 18:30 horas. El 23 de noviembre, a las 18:00 horas, se proyectará la película Luces y Sombras, de Jaime Camino; el 11 de enero, a las 18:00 horas, se proyectarán los cortos Meninas, de Pablo Núñez; Velázquez, la Nobleza de la Pintura, de Antonio Drove Shaw; Velázquez en la Corte de Felipe IV, de José López Clemente; Velázquez, de Jesús Fernández Santos; La Paleta de Velázquez, de Manuel Hernández San Juan, y Menina, de Juan Carlos Eguillor. El 18 de enero, a las 18:00 horas, se proyectará la película El Rey Pasmado, de Imanol Uribe.

Con motivo de la exposición Velázquez y la familia de Felipe IV se estrena la comedia teatral Darlo Todo y no Dar Nada, de Pedro Calderón de la Barca, a cargo de la compañía teatral Delabarca, dirigida por Nuria Alkorta. La obra dramatiza un episodio legendario de la vida del célebre monarca Alejandro Magno, que supone al noble guerrero enamorado de la hermosa esclava Campaspe. Según la leyenda, Alejandro Magno logra dominar su pasión y cede la dama al pintor Apeles al saber que éste la ama desesperadamente. Fechas: 25 de octubre, 15 de noviembre, 13 de diciembre y 10 de enero, a las 19:00 horas, en el Auditorio.

Por último, el curso monográfico titulado Velázquez y la Cultura Cortesana 1650-1660 ofrecerá la oportunidad de acercarse al contexto artístico, literario y político en el que fueron creados los cuadros de la exposición. Además, se analizarán las inclinaciones del coleccionismo de la época. Fechas: 3 y 4 de diciembre en el Auditorio.

 

 
 

La Infanta Margarita en Traje Azul

Diego Velázquez
Hacia 1659
Óleo sobre lienzo
126 x 106 cm
Kunsthistorisches Museum de Viena

 

Del 8 de octubre de 2013 al 9 de febrero de 2014 en el Museo Nacional del Prado de Madrid (Paseo del Prado, s/n)
Horario: lunes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 10:00 a 19:00 horas.

 

Nota de La Hornacina: Javier Portús es comisario de la exposición y jefe de departamento
de Pintura Española (hasta 1700) del Museo Nacional del Prado de Madrid.

 

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