NUEVAS ATRIBUCIONES AL FOCO ESCULTÓRICO VALLISOLETANO DEL BARROCO

Javier Baladrón (04/11/2021)


 

 
 
Estatuas orantes (Itero de la Vega, Palencia)

 

Francisco Díez de Tudanca, Andrés de Oliveros y Vicente Díez fueron tres de los maestros más estimables del foco escultórico vallisoletano que desempeñaron su oficio tras la muerte de Gregorio Fernández, de quien pueden considerarse émulos. Con la excepción de Díez de Tudanca, cuya vida y obra ya ha sido desentrañada en gran medida, el conocimiento que tenemos de sus respectivas producciones resulta muy limitado.

En el último número de la revista Arte y Patrimonio, editada por la Asociación para la Investigación de la Historia del Arte y del Patrimonio Cultural "Hurtado Izquierdo", el historiador del arte vallisoletano Javier Baladrón Alonso aporta una serie de nuevas obras documentadas y atribuidas a los referidos escultores, que contribuirán a un mejor conocimiento de sus respectivos estilos para así delimitarlos dentro del complejo panorama existente entre los seguidores de Fernández, en el que el estilo de todos ellos era similar.

Francisco Díez de Tudanca (1616-hacia 1684/1689), nacido en la ciudad de Valladolid y formado con algún discípulo directo de Gregorio Fernández, fue junto al gran escultor Alonso de Rozas el gran dominador de la escuela vallisoletana durante el tercer cuarto del siglo XVII. Javier Baladrón amplía su catálogo con nuevas obras: una documentada -un "Cristo del Perdón" en Hervás (Cáceres)-, otra identificada -una "Asunción" en la iglesia-museo de San Antolín del municipio de Tordesillas (Valladolid)- y, finalmente, tres atribuidas -"Cristo Salvador", "San Pedro" y "San Pablo" en la localidad de Peñaflor de Hornija (Valladolid)-.

 

 
     
     
Cristo del Perdón (Hervás, Cáceres)
 
Santo Domingo (Peñafiel, Valladolid)

 

Andrés de Oliveros (1639-1689) fue uno más de la legión de escultores "fernandescos" que coparon los dos últimos cuartos del siglo XVII. Su obra documentada es escasa, y el grueso de su producción se destinó a retablos. A este catálogo Baladrón suma dos novedades: un conjunto documentado -las esculturas del retablo mayor del templo de San Pedro en la localidad de Itero de la Vega (Palencia)- y varias piezas atribuidas -las estatuas orantes en piedra que se hallan en dicha iglesia palentina, y las tallas de "San Pedro" y "San Lorenzo" que se conservan en el santuario vallisoletano de Nuestra Señora del Carmen Extramuros-.

Por último, Vicente Díez (1649-hacia 1708) es uno de los escultores barrocos vallisoletanos más desconocidos, tanto es así que apenas tienes obras identificadas y se ignora con qué maestro se formó. Como la mayoría de artífices vallisoletanos del siglo XVII, es deudor en mayor o menor medida de Fernández. A su escueto catálogo productivo Baladrón añade ahora otras varias obras: un "San Juan Bautista" labrado hacia 1680 para una vecina de Valladolid llamada Ana María Rubián, no identificado, y las esculturas del retablo mayor que talló en 1697 para el Convento de San Juan y San Pablo del municipio vallisoletano de Peñafiel, de las que tan solo ha sobrevivido la talla de "Santo Domingo de Guzmán".

Dentro de todo este corpus de obras, Javier Baladrón se centra en las cuatro estatuas orantes que atribuye a Oliveros en la parroquial de Itero de la Vega (Palencia). Su importancia es doble: a nivel local porque pocos maestros vallisoletanos del Barroco supieron labrar de forma aceptable la piedra, el mármol y el alabastro, y a nivel nacional debido a la escasez de escultura funeraria que se dio en la España del Barroco, y más aun de la realizada en mármol, piedra o alabastro, puesto que para ahorrar solía usarse la madera pintada de blanco.

 

 
 
Calvario del retablo mayor (Itero de la Vega, Palencia)

 

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