INTERVENCIONES EN LA CATEDRAL Y EN EL TEMPLO JESUITA DE VALENCIA

09/07/2021


 

 
 
 
 
Fotos: Alberto Sáiz

 

La Catedral de Valencia ha instalado una plataforma metálica flotante, a la altura de la bóveda interior sobre el presbiterio, para poder iniciar a partir de la semana que viene los estudios de las afecciones de los frescos renacentistas de los ángeles músicos. La colocación de la plataforma, de unos 150 metros cuadrados e instalada a 12 metros de altura, necesitó del montaje de unos andamios interiores que ya han sido totalmente retirados. De esta manera, la plataforma ha quedado sujeta desde otros andamios exteriores con vigas que entran por los ventanales, "por lo que el espacio inferior, donde está el Altar Mayor, queda libre y no interferirá el culto y las celebraciones", según explica el arquitecto de la Seo y coordinador de los trabajos, Salvador Vila Ferrer.

Igualmente, está previsto, a partir de la próxima semana, colocar una lona para cubrir la plataforma, que llevará serigrafiados dibujos de ángeles músicos para recordar los frescos de la bóveda.

A partir del próximo martes, los técnicos empezarán las obras para determinar el origen de las afecciones de los ángeles músicos, tras la aparición hace cerca de dos años de eflorescencias en varios puntos de los frescos (ver enlace superior). Desde esta plataforma, los técnicos podrán trabajar y tendrán acceso a toda la superficie pintada de la bóveda, y realizarán las catas. Estos trabajos, junto a los que se desarrollarán paralelamente en la parte exterior del ábside, se centrarán durante seis meses en una "toma de datos" para averiguar patologías.

El equipo de técnicos y expertos para llevar a cabo esta intervención está formado por restauradores de Bellas Artes y físicos de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y el propio arquitecto responsable de la obra, que asegura que es necesario "no sólo reparar sino averiguar el porqué de los daños, saber de dónde proceden, para responder con una adecuada intervención definitiva que resuelva el problema".

Igualmente, las obras han incluido la colocación de andamios en la parte exterior del ábside sobre los que se ha instalado una sobrecubierta metálica provisional para poder realizar catas y estudios para conocer el diagnóstico de las afecciones, según ha explicado Salvador Vila Ferrer. La sobrecubierta exterior, de chapa y vigas metálicas, que ocupa un espacio aproximado de 200 metros cuadrados de superficie, se ha colocado sobre los mismos andamios que "rebasan en dos metros la altura el ábside". Ello permitirá a los técnicos poder moverse y hacer las catas en ese espacio, con la sobrecubierta como techo, y así tampoco entrará agua en la bóveda en el caso de lluvias. "Muy posiblemente a finales de este mes podamos llegar a todos los puntos que queremos estudiar, y a partir de ahí, con las conclusiones, se iniciaría la intervención con posterioridad", afirma el arquitecto.

Los estudios de los frescos renacentistas, cuya propuesta fue iniciada en 2019, cuentan con la autorización de la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana y la licencia de obras del Ayuntamiento de Valencia, así como con la aprobación del Arzobispado y el Cabildo de la Catedral de Valencia. Tras las autorizaciones y permisos, fue seleccionada una empresa constructora especializada para acometer la intervención.

Los frescos de los ángeles músicos son pinturas de la segunda mitad del siglo XV realizadas por los artistas italianos Francesco Pagano y Paolo de San Leocadio en la primera bóveda gótica de la Catedral y fueron hallados el 22 de junio de 2004 durante las obras de restauración del altar mayor de la Seo, después de permanecer más de 300 años ocultos tras la bóveda barroca que fue retirada.

 

 

Por otra parte, en la Capilla del Relicario de la Catedral de Valencia, construida a comienzos del siglo XIX como una prolongación de la antigua sacristía, la Conselleria de Cultura de la Generalitat ha autorizado también las obras de restauración de las pinturas al fresco de su bóveda (imagen superior), así como de los armarios de las reliquias y muros perimetrales, deterioradas por las filtraciones de agua registradas hace años y que el año pasado fueron reparadas (ver enlace inferior).

Así, esta intervención podrá iniciarse próximamente "aprovechando también el paso del tiempo que ha permitido secar las pinturas", asegura el arquitecto Salvador Vila Ferrer.

En las puertas de los armarios de esta capilla están representadas las escenas de la entrega de la reliquia de la Santa Espina por parte de San Luis de Francia, la del Santo Cáliz -porque estuvo guardado en el armario central hasta 1916- y la de las demás reliquias de la Casa de Aragón por Alfonso V el Magnánimo. Estas escenas son obra del pintor Miguel Parra (Valencia, 1780 - Madrid, 1846).

A partir del año 2016, con la inauguración del nuevo Museo de la Catedral de Valencia, la mayor parte de las reliquias se conservan y exponen en la sala novena del mismo.

Precisamente, la Catedral de Valencia concluyó en julio del año pasado las obras para la reparación de las filtraciones que se producían por la cubierta de esta capilla, y que habían motivado el traslado del resto de reliquias a otro lugar de la Seo. Los trabajos fueron sufragados con fondos propios de la Catedral.

 

 

Por último, la iglesia de los jesuitas Valencia, ubicada en la Gran Vía Fernando el Católico, ha iniciado una nueva fase en su proceso de restauración integral que ha permitido levantar las baldosas hidráulicas de su nave principal "con el objetivo de proceder a la instalación de un suelo radiante para dar calor durante los días más fríos" y descubrir bajo éstas el pavimento de la ampliación del edificio de 1915, según explican los responsables de los trabajos. El proceso se está desarrollando "con el máximo cuidado para evitar la rotura del pavimento actual, que se volverá a instalar una vez se haya concluido la climatización de la iglesia".

A propósito del levantamiento del suelo se han descubierto "evidencias que modifican las informaciones de las diferentes fases de construcción que se tenían hasta la fecha". Víctor Algarra, responsable del apartado arqueológico de la intervención, explica que los elementos encontrados "al levantar el pavimento actual modifican un poco la historia de la iglesia y clarifican algunas dudas que podíamos tener". Así, "se ha puesto de relevancia un gran pavimento de ladrillos en forma de espiga que va desde el altar mayor hasta casi el coro". Ese pavimento "queda interrumpido por una línea transversal de pilastras y el muro que formaba el cierre originario de la iglesia", explica el arqueólogo. Este hecho ayuda a situar cada una de las fases de ampliación, y además permite reconstruir cómo debían ser las primeras entradas del templo. "Pensamos que debía tener tres puertas puesto que son evidentes los agujeros para las batientes de madera", afirma Víctor Algarra.

Una vez superada dicha línea que marca el muro originario, continúa el suelo de ladrillos en forma de espiga hacia los pies de la iglesia, lo que constituiría el nártex de la ampliación realizada en 1915. "Este descubrimiento deja más claras las dimensiones que tendría el edificio antes de su última ampliación a principios de los años 40, y esas nuevas dimensiones son mayores de lo que se pensaba en un principio" confirma Algarra.

Durante la ampliación realizada sobre el edificio entre 1941 y 1943, en la que se instalaron las actuales baldosas hidráulicas, se colocó bajo las mismas una losa de hormigón que se sitúa bajo el coro y llega hasta la fachada.

El análisis del pavimento que ha quedado a la vista también añade información sobre unos pequeños agujeros que se utilizaban para el anclaje de un "Monumento" portátil que se instalaba durante las celebraciones del Jueves Santo. Además, se ha constatado bajo el pavimento la presencia de un hueco importante cerca del colateral este y en el inicio del nártex que hará falta destapar por completo para comprobar qué oculta.

Todo este proceso "se ha documentado minuciosamente mediante una técnica conocida como fotogrametría que permite hacer una buena representación gráfica de todo el suelo y facilita la elaboración de un plano con toda la planta de la iglesia". Una vez se tenga una completa representación del espacio se podrá empezar a profundizar en las diferentes capas del suelo, afirma el responsable de arqueología del templo jesuita.

 

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