Se trata de una imagen de tamaño natural para vestir que representa a la sevillana Santa Ángela de la Cruz, tallada en madera de cedro y policromada al óleo, con destino al templo parroquial de Santa María Magdalena, de Dos Hermanas (Sevilla), donde recibirá culto público. Esta mañana ha tenido lugar la presentación y bendición de la obra, en una celebración presidida por el obispo D. Santiago Gómez Sierra.

La imagen sigue la iconografía realista habitual. Al ser una santa contemporánea, se dispone de documentación gráfica o pictórica de la misma, que permite retratar sus facciones con gran realismo aunque sin dejar de lado la idealización de la escultura sacra que hace que el autor la dote de unción divina.

Santa Ángela se presenta vestida con el severo hábito de su orden que ella mismo fundó en 1875, llevando la mano derecha al pecho y sujetando el crucifijo del rosario con la izquierda. Inclina ligeramente el rostro buscando la mirada del devoto, un detalle que a Antonio Luis Troya siempre le gusta reflejar en sus obras: la conexión de la imagen con los fieles a través de una mirada penetrante.

El rostro se retrata en su ancianidad, con una sonrisa tenue pero dulce y una expresión afable y bondadosa. Se le han colocado unos expresivos ojos de vidrio y pestañas superiores de pelo natural para acentuar el naturalismo, estando sutilmente policromadas las pestañas inferiores. Respecto a la policromía, se ha utilizado una paleta muy amplia de color desde la capa base, ya que el escultor buscaba mostrar una encarnadura muy humana pero sin caer en el hiperrealismo.

Como escultor sevillano y nazareno, para Antonio Luis Troya ha sido un gran privilegio la oportunidad de representar a la popular santa de Sevilla, y mucho más realizarla para su localidad natal, donde compartirá templo con la Virgen de Valme, la venerada protectora de Dos Hermanas.

El periodo de ejecución ha sido extenso. Al estar la imagen varios meses en su estudio, el artista ha tenido el tiempo necesario para su realización, lo cual le ha permitido disfrutar pausadamente de cada trazo en su modelado, de la talla del rostro y de cada pincelada en su encarnadura.

Por último, Antonio Luis Troya quiere mostrar su agradecimiento al párroco de la parroquia nazarena de Santa María Magdalena, D. Manuel Sánchez de Heredia, por la confianza demostrada en su trabajo; al grupo de mujeres del citado templo parroquial que han colaborado en la confección del hábito de la imagen, y a los profesionales que han colaborado en este proyecto escultórico: el obrador del tallista Francisco Verdugo, los carpinteros José Manuel Vázquez Melo y José Román, y el estudio fotográfico de Jorge Cabrera.