Imagen de Cristo cautivo y maniatado, con la advocación de Nuestro Padre Jesús de la Fe, para la Comunidad de Madrid, representado por el escultor e imaginero de Dos Hermanas (Sevilla) en la comparecencia ante el sumo sacerdote, con el sufrimiento moral reflejado en su rostro por la incomprensión de sus verdugos.

Ha sido tallado en madera de cedro policromada al óleo para procesionar, con una altura de 185 cm. Lleva juego de tres potencias de orfebrería como símbolo de su divinidad, soga dorada que cuelga del cuello y pestañas superiores de pelo natural que contribuyen a realzar su mirada.

El Cristo de la Fe posee una testa de nobles rasgos viriles y voluminosos cabellos, resueltos a base de ondas y peinados con raya al centro, así como una anatomía completamente acabada por el artista, con escueto paño de pureza pintado en un tono más oscuro y brazos articulados para poder vestirlo.

La imagen se presenta de pie sobre una peana que imita las baldosas de la estancia, adelantando la pierna derecha y proyectando hacia afuera los pies, lo que unido a la inclinación del rostro, rompe la rectitud propia de esta iconografía. Las manos atadas por delante y la túnica morada son otros detalles típicos de la misma.