BORBÓN-LORENZANA. HISTORIA DE UNA COLECCIÓN

14/12/2013


 

 

La Biblioteca de Castilla-La Mancha conserva una de las colecciones más importantes de España, la Colección Borbón-Lorenzana. Dos son los cardenales que dan nombre a este magnífico fondo: el cardenal Infante Luis Antonio de Borbón y el cardenal Francisco Antonio de Lorenzana. Ambos vivieron en la misma época, el Siglo de las Luces, y compartieron el espíritu ilustrado que inundó Europa, circunstancia que se ve reflejada en sus respectivas bibliotecas. Estas grandes colecciones de libros son los núcleos originales del impresionante fondo patrimonial de la Biblioteca Regional. Pero no es un todo homogéneo sino que, desde su fundación en 1773, esta Colección ha bebido de múltiples afluentes, algunos de ellos de difícil identificación.

El XV Aniversario de la Biblioteca es una fecha inmejorable para mostrar de una manera didáctica a todos los ciudadanos las principales procedencias que han ido formando esta Colección y, a la vez, plantear a estudiosos e investigadores los interrogantes que todavía permanecen abiertos. La exposición Borbón-Lorenzana. Historia de una Colección pretende descubrir la singularidad de estos libros antiguos a través de las bibliotecas que los acogieron en el pasado. Son colecciones de cardenales, bibliófilos, jesuitas, eruditos y de otras personalidades de la cultura que, a lo largo de los tres últimos siglos, han vivido en Toledo y cuyos libros comparten los ex-libris o marcas de propiedad de cada uno de ellos. Estas marcas pueden estar magníficamente impresas, como el ex-libris de la Biblioteca del Infante Luis Antonio de Borbón, o delicadamente escritas por la mano de sus dueños, como la firma del calígrafo Francisco Javier de Santiago Palomares.

La Colección Borbón-Lorenzana tiene su origen en la Biblioteca Arzobispal de Toledo, fundada y abierta al público por Lorenzana en 1773, en cumplimiento de la Real Cédula de Carlos III de 1771. A ella se unió la biblioteca privada del Infante Luis Antonio de Borbón, hermano del rey y padre del cardenal Luis María de Borbón, sucesor de Lorenzana en el Arzobispado toledano y que donó la biblioteca de su padre a la Arzobispal en 1807. Ambas bibliotecas son excepcionales tanto por la belleza como por la calidad de sus fondos.

La Biblioteca Arzobispal fue creciendo gracias a los libros que el propio Lorenzana donó, entre los que se encuentra una importante colección de manuscritos e impresos que trajo de su estancia en México, y por las adquisiciones que su primer bibliotecario Pedro Manuel Hernández fue llevando a cabo. Otro conjunto de libros excepcional incorporado a la Arzobispal fue el de las bibliotecas de los Colegios de Jesuitas que, tras su expulsión en 1767, constituyó uno de sus ejes fundacionales.

El Infante Don Luis supo dotar a sus palacios de Boadilla del Monte (Madrid) y de Arenas de San Pedro (Ávila) de importantes bibliotecas, -además de un Gabinete de Historia Natural-, siguiendo el ejemplo de las que se crearon en época ilustrada. A mediados del siglo XIX se creó la Biblioteca Provincial, fundada a raíz de la Desamortización de los bienes de los conventos y órdenes religiosas suprimidas tanto en Toledo capital como en la provincia. Las colecciones bibliográficas que custodiaban fueron el origen de la mayor parte de las bibliotecas públicas provinciales en España. Los libros que se salvaron de la venta y el expolio fueron recopilados por las Comisiones de Monumentos Históricos y Artísticos de cada provincia para formar estas bibliotecas. En Toledo los libros fueron recogidos en el Convento de San Pedro Mártir.

Otra colección que forma parte de la Borbón-Lorenzana, y cuya formación ejemplifica muy bien los avatares que ésta ha sufrido a lo largo de su historia, es la procedente del Instituto de Segunda Enseñanza de Toledo, heredero de la antigua Universidad y del Colegio de San Bernardino. Junto a estas procedencias principales, e íntimamente ligadas a ellas, se encuentran las bibliotecas particulares de toledanos ilustres como la familia Palomares, -padre e hijos-, de los cuales existe una nutrida colección de libros vendidos por ellos mismos a la Biblioteca Arzobispal. También la biblioteca personal de Ramón de Posada y Soto, Fiscal de Hacienda de la Audiencia de México y primer Presidente del Tribunal Supremo nombrado por las Cortes de Cádiz en 1812, donada por su nieto José Pérez Caballero al Instituto de Segunda Enseñanza de Toledo.

La exposición continúa con una pequeña muestra de libros incautados en la Guerra Civil a figuras destacadas del mundo de la cultura, como Máximo José Kahn o Gregorio Marañón, y finaliza con ejemplos de importantes adquisiciones del siglo XX, como la biblioteca del médico toledano Juan Moraleda y Esteban, y de donaciones excepcionales, como la del diplomático e historiador, -también nacido en Toledo-, Javier Malagón Barceló. La selección de libros está acompañada por documentos de excepcional interés, como la correspondencia entre el cardenal Lorenzana y el bibliotecario Hernández, y por retratos de algunos de los protagonistas conservados en la Galería de Toledanos Ilustres,- que permanece expuesta en la Biblioteca de Castilla-La Mancha-, y que fueron pintados en su mayoría por Dionisio de Santiago Palomares en el siglo XVIII.

 

 

Hasta el 31 de enero de 2014 en la Biblioteca de Castilla-La Mancha (Cuesta de Carlos V, s/n, Toledo)
Horario: lunes a viernes, de 08:30 a 21:15 horas; los sábados, de 09:00 a 14:00 horas.

 

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