TERRAFILIA

09/06/2025


 

 

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, en colaboración con la Fundación TBA21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, presenta Terrafilia. Más allá de lo humano en las colecciones Thyssen-Bornemisza, una ambiciosa exposición comisariada por Daniela Zyman que propone repensar la relación con la Tierra desde una mirada artística, filosófica y ecológica. La muestra reconfigura el canon museístico tradicional, atravesando cinco siglos de creación artística para articular una narrativa que trasciende la centralidad humana. A través de casi 100 obras pertenecientes a la Colección Thyssen-Bornemisza, la Colección Carmen Thyssen y la Colección TBA21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, Terrafilia se erige como una invitación a imaginar una nueva cosmopolítica, donde seres humanos, animales, plantas, elementos y espíritus comparten una comunidad planetaria en condiciones de equidad y cuidado.

El título de la exposición combina las palabras Terra (Tierra) y Philia (amor, afinidad), dando lugar a un concepto que propone un compromiso afectivo, ético y espiritual con el planeta. Este amor no es romántico ni posesivo, sino político y transformador: una forma de reimaginar la existencia en la Tierra mediante atención, reciprocidad y responsabilidad compartida. Se inspira en pensadores actuales como el martiniqués Malcom Ferdinand, que describe la Tierra como un "Mundo-Barco", una figura que evoca la idea del receptáculo que todos compartimos y, aun así, se ha convertido en un lugar de injusticia y desigualdad, en especial hacia las personas racializadas. La muestra profundiza en la ruptura ontológica que ha producido la crisis ecológica actual y plantea caminos para su reparación simbólica y efectiva.

Terrafilia se despliega a través de un recorrido temático que integra un preludio y seis capítulos interrelacionados, concebidos como escenarios para explorar diferentes formas de habitar el planeta. Recorre temas como los cosmogramas, los mundos simbióticos, el arte de los sueños, la mirada racional, las relaciones extractivas y de unión con la tierra, el tiempo de los mitos y la reparación espiritual o los mundos míticos inspirados por los océanos. A través de estas líneas temáticas, los visitantes pueden sumergirse en diversas formas de entender y habitar la Tierra, desde relatos mitológicos y científicos hasta prácticas espirituales y ecológicas. La muestra también aborda las historias de la expansión colonial, la explotación de recursos y la violencia ecológica que han dado forma a la crisis planetaria actual.

En esta exposición, los visitantes exploran obras de arte que encarnan distintas formas de imaginar el mundo: desde panoramas científicos hasta paisajes oníricos, desde tradiciones ancestrales hasta futuros especulativos. El recorrido se inicia con un preludio centrado en las formas simbólicas de representar una cosmovisión: los cosmogramas, objetos e imágenes creados para definir y expresar el universo. Obras como "Cristo en la tempestad del mar de Galilea" (1596) de Jan Brueghel el Viejo o "Paisaje con el descanso en la huida de Egipto" (hacia 1518-1524) de Joachim Patinir, junto a la instalación del artista mexicano Dr. Lakra, proponen una visión sobre los modos en los que las diferentes concepciones de ordenación y constitución de la realidad son urdidas a través de pinturas, objetos y prácticas. Desde ahí, el primer capítulo, Un planeta animado, replantea la posición de los seres humanos dentro del tejido de la vida con obras de Max Ernst, Diana Policarpo, Edgar Degas y Wassily Kandinsky. Inspirado en los saberes indígenas y el mito Gaia/Pachamama, este capítulo muestra cómo todo está conectado. Artistas como Janaina Tschäpe ("Serie botánica", 2008), Arthur Boyd ("Desnudo transformándose en una libélula", 1961) y Regina de Miguel ("Proliferación quimérica", 2024) evocan un mundo interconectado, donde plantas, hongos, astros y animales coexisten en simbiosis. Estas obras dan forma a una sensibilidad ecológica que rechaza el individualismo para celebrar la interdependencia radical.

A continuación, El arte de los sueños explora el sueño como lenguaje de lo invisible (Francisco de Goya, Auguste Rodin), puerta de acceso al inconsciente y espacio de resistencia. Las piezas de Salvador Dalí ("Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar", 1944), Charles E. Burchfield ("Bosques de cigarras", 1950-1959), Elyla ("Torita-encuetada", 2023) o Sarah Lucas ("Conejita es embaucada #3", 1997) proponen experiencias que trascienden la racionalidad, conectando con ancestras, fuerzas cósmicas y potencias transformadoras. A su vez, el capítulo propone una interpretación del surrealismo como un estado de la mente, reconociendo el rol de mujeres y comunidades sexuales no hegemónicas en despatriarcalizar y descolonizar el lenguaje de los sueños.

 

 

El tercer capítulo, El mundo objetivado, ahonda en el deseo de conocimiento y control que marcó la modernidad. A través de obras como "Adán y Eva" (1531) de Hans Baldung Grien, "Rincón de una biblioteca" (1711), de Jan Jansz. van der Heyden o "Nueva esfera Berlín" (2009), de Olafur Eliasson, se cuestiona la historia de la ciencia como proyecto de clasificación y dominio sobre la naturaleza.

Por su parte, Terra Infirma, el cuarto apartado de la muestra, aborda la Tierra como cuerpo herido y agente de memoria. Las obras "Historias de Cabezas 3" (2018) de Hervé Yamguen, "Nacido junto al río" (2011) de Rashid Johnson, "More/Moreana", (2021) de Dineo Seshee Bopape o "Puesta de sol en Yosemite" (hacia 1863) de Albert Bierstadt, dan testimonio de las violencias coloniales, extractivas y ecológicas que siguen afectando a comunidades y territorios. El suelo aparece aquí como archivo viviente de traumas, pero también como superficie de resistencia y renacimiento, como son ejemplo los contramonumentos por los defensores de la tierra y la libertad del colombiano Daniel Otero Torres, "Abrazos III" (2022) y "Amigos ancestrales" (2024). Siguiendo la narrativa de este escenario, en la sala 31 de la colección permanente, TBA21 exhibe la instalación del artista nativo americano Brad Kahlhamer Bowery Nation (1985-2012), siguiendo la estela del museo por la descolonización. Este radical encuentro propone una conversación reparativa entre los paisajistas del Manifest Destiny y el arte crítico de Kahlhamer.

En el quinto capítulo, El retorno del tiempo de los mitos, los relatos simbólicos y espirituales emergen como herramientas para reimaginar y sanar el mundo. Obras como "Expulsión. Luna y luz de fuego" (hacia 1828) de Thomas Cole o el "Mandala de Chakrasamvara" del siglo XVIII, junto con los sacudimientos del artista y sacerdote Candomblé Ayrson Heráclito, convocan monstruos, ancestros y quimeras para guiar la transformación individual y colectiva.  

Finalmente, la sexta sección, Cosmogonías oceánicas, sumerge al visitante en las profundidades simbólicas y generativas del mar. El agua aparece como archivo, matriz y medio de conexión planetaria en obras como "Sensor planetario: navegaciones bajo la superficie" (2018) de Susanne M. Winterling, "Morsa roja" (2011) de Carsten Höller y "Sifónoforo 1/2" (2024) de Josèfa Ntjam. El océano se presenta aquí como una inteligencia viva, capaz de transmitir memorias diaspóricas, energías espirituales y posibilidades para un nuevo comienzo. Además, la artista de Noruega Sissel Tolaas presenta una nueva instalación olfativa, "whereareWEarewherere", encargo de la Fundación TBA21 y especialmente producida para la exposición, ofreciendo en sus etéreas esculturas de cristal un viaje sensorial por la Tierra a través de los olores encerrados en los capítulos de la muestra.

Cada uno de los anteriores escenarios de la exposición no es un compartimento estanco, sino una invitación a pensar en red, como atestigua la arquitectura expositiva, pionera en la historia del museo. En su conjunto, Terrafilia propone un viaje conceptual y sensorial que trasciende la mirada antropocéntrica y abraza la pluralidad de seres y saberes que componen la realidad planetaria. El diseño espacial de la exposición cuenta con la dirección de la arquitecta y comisaria Marina Otero Verzier, recientemente premiada en la 19ª Bienal de Arquitectura de Venecia.

Del 1 de julio al 28 de septiembre de 2025 en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza (Paseo del Prado 8, Madrid). Horario del 1 de julio al 31 de agosto: martes a domingo de 10:00 a 19:00 horas; sábados de 10:00 a 23:00 horas; lunes cerrado. Horario del 1 al 28 de septiembre: martes a viernes de 10:00 a 21:00 horas; sábados de 10:00 a 23:00 horas; domingos de 10:00 a 19:00 horas; lunes cerrado.  

 

 

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