EXPOSICIONES EN EL MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA DE MADRID

27/11/2018


 

 

Obras invitadas de museos de Madrid
(hasta el 17 de febrero de 2019)

Para concluir la conmemoración de su aniversario, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza ha invitado a nueve museos madrileños a participar en la celebración, con el préstamo de 28 obras seleccionadas de sus colecciones para exhibirlas en las salas de la colección permanente y establecer así un diálogo con algunas de las que habitualmente pueden verse en ellas. En estos cruces se confrontan épocas, técnicas y estilos que muestran distintas interpretaciones de un mismo tema, o se presentan objetos relacionados con las obras a las que acompañan de forma que se puedan contemplar las piezas desde una nueva perspectiva. La selección incluye pinturas, esculturas, relieves, objetos y mobiliario, y van desde una pequeña terracota del siglo V a.C. a pinturas de Picasso o Antonio Saura, pasando por la maqueta de un galeón del siglo XVII, una baraja de naipes del XIX o un azulejo nazarí, todo ello cedido por los museos del Prado, Reina Sofía, Arqueológico Nacional, Artes Decorativas, Naval, Lázaro Galdiano, Museo de América, de Antropología y del Romanticismo.

El paseo comienza en las salas de los primitivos neerlandeses y del Quattrocento italiano, que acogen dos obras de la segunda mitad del siglo XV: un tríptico del Maestro de Ávila (hacia 1467-1500) con escenas del nacimiento de Jesús, y un relieve de Niccolò di Giovanni Fiorentino (hacia 1480-1490) con la Virgen y el Niño. El primero, ejemplo de pintura hispanoflamenca, muestra paralelismos con las obras flamencas a las que acompaña en cuanto a estilo, tratamiento y detalles iconográficos, y el segundo dialoga con otra imagen de la Virgen y el Niño de Lorenzo Costa (hacia 1495), una tabla con una composición similar de un periodo en el que estas escenas se hicieron muy populares (imagen superior). Junto a grandes retratos del Renacimiento de Ghirlandaio, Holbein o Antonello da Messina, el "Retrato de Dora Maar" (1939) de Picasso muestra un mismo interés por captar y expresar la psicología del personaje. Al igual que sus predecesores, Picasso la convierte en protagonista única de la pintura, con colores fuertes y contrastados y un lenguaje absolutamente cubista.

En las salas 6 y 16, dos esculturas grecorromanas se emparejan con lienzos del siglo XVII: la representación del episodio mitológico del rapto de Europa se repite en una terracota griega (475 a.C.-425 a.C) y en la obra de Simon Vouet (hacia 1640) del museo, y la talla en mármol del dios Pan (primera mitad del siglo I), asociado a pastores y rebaños, a la fertilidad y la sexualidad masculina, acompaña a una obra de Sebastiano Ricci, "Baco y Ariadna" (hacia 1691-1694), que narra sus esponsales. El recorrido continúa con objetos de diversas épocas que se presentan junto a lienzos de la colección permanente en los que aparecen piezas similares: una baraja de naipes (hacia 1816), que fue propiedad de Mariano José de Larra, un espejo adornado con una cornucopia (hacia 1765) de la Real Fábrica de Cristales de La Granja, una pantalla de chimenea (hacia 1850-1900) decorada con motivos florales de influencia filipina, y un espejo de vestir o psiqué, se presentan vinculados, respectivamente, con "Los jugadores de cartas" (hacia 1520) de Lucas van Leyden, "Las cosquillas" (hacia 1755) de Pietro Longhi, "La toilette" (1742) de François Boucher y "El espejo psiqué" (1876) de Berthe Morisot.

En la sala 19, dedicada a la pintura flamenca del XVII, se exhibe "Dama" (1958) de Antonio Saura, una figura femenina compuesta con vigorosos trazos en blanco y negro, dialogando con "Retrato de joven dama con rosario" (1609-1610) de Rubens, cuya silueta también se perfila en negro. En este mismo espacio se confrontan dos formas diferentes de representar el poder: una vasija antropomórfica peruana (100 a.C.-700) perteneciente a la cultura moche y el "Retrato de Giovanni Battista di Castaldo" (hacia 1550) de Antonio Moro.

Las salas de pintura holandesa del siglo XVII se enriquecen con varias piezas: una esfera armilar geocéntrica (siglo XVII), utilizada para calcular las coordenadas celestes de los astros y que aparece, junto a un globo terráqueo y un atlas, en "Rincón de una biblioteca" (1711) de Jan Jansz. van der Heyden; la maqueta de un galeón del XVII (1990), similar a los que Willem van de Velde II pinta en "La flota holandesa en Goeree" (hacia 1672-1673), y la escultura "Luna" (1969) de Nacho Criado, que se asocia con "Claro de luna con un camino bordeando un canal" (hacia 1645-1650), de Aert van der Neer. Encontrado entre los restos de un naufragio en 1991, un jarrón de la dinastía Qing (hacia 1690) de porcelana pintada a pincel y vidriada se expone con "Vaso chino con flores, conchas de insectos" (1628), de Balthasar van der Ast, ya que este tipo de objetos de decoración, considerados como piezas de lujo entre la burguesía de los Países Bajos, se incluía habitualmente en naturalezas muertas y bodegones de la época. Por otro lado, John Singer Sargent y Eduardo Rosales se unen para mostrar un interés similar en el retrato de personajes populares como "Vendedora veneciana de cebollas" (hacia 1880-1882) del primero y "Ciociara" (hacia 1862) del pintor español. Una jarra o pichel de Alemania (hacia 1695) acompaña a las naturalezas muertas de los norteamericanos William Michael Harnett y John Frederick Peto, que buscaron inspiración en los bodegones alemanes y holandeses del XVII. "La comida" (1972), de Equipo Crónica, con claras influencias de Goya, Miró y Juan Gris, se presenta emparejada con "El tío Paquete" (hacia 1819-1820) de Goya. También en este espacio se confronta una vista estereoscópica de la catarata de Giessbach en Suiza (hacia 1870) con una obra de Gustave Courbet, que empezó a valerse de estas imágenes que producen una sensación de tridimensionalidad para aumentar el realismo de sus pinturas.

La visita continúa en las salas dedicadas a la pintura europea de la primera mitad del siglo XX, donde una máscara zoomorfa peruana (1991) y una escultura Fang de Guinea Ecuatorial dialogan con "Teatro de máscaras" (1908) de James Ensor y "Fränzi ante una silla tallada" (1910) de Ernst Ludwig Kirchner, en un juego que recuerda la presencia de las máscaras como tema recurrente en la obra del primero y al interés que mostró el segundo por las tallas africanas en madera que veía en los museos etnográficos de su país. El Infierno creado por El Bosco en "Fantasía moral (Visio tondali)" (siglo XV), repitiendo la escena de la tabla derecha de "El jardín de las delicias", enlaza con la visión apocalíptica de la sociedad moderna representada por George Grosz en "Metrópolis" (1916-1917). Por su parte, el retrato doble de Magdalena Parrella y Urbieta y su hija, pintado por Carlos Luis de Ribera y Fieve en 1850, se asocia con el de las actrices napolitanas Maria y Annunziata del puerto (1923), de Christian Schad. El retratista español utiliza un esquema similar al de los primeros retratos fotográficos, con una pose rígida de las protagonistas y una iluminación frontal, mientras que el segundo se decanta por un encuadre más próximo y moderno.

Cuando en 1918 el arquitecto Gerrit Rietveld diseñó "Silla Roja y Azul", la madera no estaba lacada. Fue en 1923, siendo miembro ya del grupo De Stijl, cuando le añadió color, convirtiéndola en la transposición tridimensional del ideal artístico de Piet Mondrian, como puede verse en "Composición de colores/Composición nº I con rojo y azul" (1931) ya en la planta baja del museo. El recorrido sigue en la sala 45, donde la pasión de Marc Chagall por El Greco queda patente al poder contemplar frente a frente su "Virgen de la Aldea" (1938-1942) y "La Coronación de la Virgen" (hacia 1592) del maestro manierista, con figuras alargadas y una marcada división entre el Cielo y la Tierra. A continuación, en la sala 46, un azulejo nazarí del siglo XV encuentra su correspondencia en el máximo representante del expresionismo abstracto estadounidense, Jackson Pollock, cuyo lienzo "Marrón y plata I" (h. 1951), realizado con la técnica del dripping (pintura al goteo) transmite la misma sensación de horror vacui que esa gran pieza de cerámica vidriada.

Por último, cerrando la exposición, se exhiben en la sala 48 dos parejas: una pequeña escultura de Afrodita (200 a.C.-150 a.C.), diosa griega del amor, la belleza y la fertilidad, acompañando a una venus moderna, la "Mujer en el baño" (1963) de Roy Lichtenstein. Y dos obras de la década de 1960, "Venecia era toda de oro" (1961) de Lucio Fontana y "Sitting Gioconda. Homenaje a Lucio Fontana" (1969) que Darío Villalba dedicó al pintor argentino. El corte vertical que deja ver el rostro de la indigente anónima recuerda los cuadros de Fontana, marcados por esta nota distintiva que reproduce la acción de rasgar el lienzo con un cuchillo.

 

 

Dalí y el surrealismo en la Colección de Arte ABANCA
(hasta el 27 de enero de 2019)

ABANCA presenta en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza el proyecto expositivo Dalí y el surrealismo en la Colección de Arte ABANCA, que reúne 13 obras seleccionadas de los fondos artísticos del banco vinculadas a este movimiento imprescindible en la historia del arte del siglo XX. Es la segunda vez que ambas instituciones colaboran para acercar a la ciudadanía una pequeña muestra de los fondos artísticos del banco. En esta ocasión, el protagonismo de la exposición recae en la figura de Salvador Dalí, uno de los artistas más relevantes del arte contemporáneo con presencia en la Colección ABANCA. Su influencia dentro de las vanguardias es esencial hasta el punto de convertirse en una referencia indiscutible del movimiento surrealista mundial.

Con dos lienzos de Salvador Dalí, propiedad de ABANCA, como punto de partida -"Las rosas sangrientas" y "Patio oeste de la Isla de los Muertos"- se elabora un discurso expositivo en el que participan otras once obras destacadas de la pinacoteca corporativa vinculadas al surrealismo. Todas ellas ilustran la doble faceta creativa del surrealismo, centrada en la "escritura automática" y "el relato de los sueños", dualidad en la que no solo estaba en juego la primacía de la escritura frente a la pintura, y con ella, la existencia o no de una plástica surrealista, sino también una toma de partido por un tipo de creación instintiva y azarosa, o por otra de carácter más premeditado y razonado, elaborada a partir de la memoria.

En total, en la muestra se podrán contemplar 13 pinturas de diez artistas diferentes, entre los que destacan nombres de reconocido prestigio en el panorama artístico internacional como Giorgio de Chirico, Max Ernst, Roberto Matta o Wildfredo Lam. La nómina de autores continúa con pintores nacionales como Joan Miró y Óscar Domínguez. También habrá representantes de esta corriente en Galicia, a través de obras de Maruja Mallo, Eugenio Fernández Granell y Urbano Lugrís. Como en la ocasión anterior, los visitantes que deseen ampliar información sobre los artistas y las obras expuestas podrán utilizar la aplicación para dispositivos móviles "Colección de Arte", disponible para los sistemas operativos Android e iOS.

El arte moderno y contemporáneo de la segunda mitad del siglo XX es uno de los ejes de la Colección de Arte ABANCA, un conjunto artístico formado por 1.350 obras de 250 artistas tanto españoles como internacionales que fue declarado Bien de Interés Cultural en 2015. En este ámbito, en los fondos del banco están representados creadores que han ejercido una influencia esencial en el devenir de la historia del arte como el propio Dalí, Picasso, Leger, Miró, Braque, Millares, Chillida, Tàpies, Juan Muñoz o Barceló, entre muchos otros.

El otro pilar de la Colección de Arte ABANCA lo configura el arte gallego. Este es el origen del fondo artístico, que se remonta a la década de 1970, y el trabajo de adquisición realizado a lo largo de los años ha llevado a reunir un conjunto de nombres y obras que simbolizan trayectorias y etapas de la historia artística de Galicia desde el siglo XIX hasta prácticamente la actualidad. Destacan autores como Pérez Villaamil, Sotomayor, Castelao o Carlos Sobrino, junto con otros creadores que, bajo la influencia de las vanguardias internacionales, suponen una verdadera renovación de la pintura gallega, como Manuel Colmeiro, Arturo Souto, Carlos Maside, Laxeiro o Luis Seoane. El fondo también cuenta con ejemplos de artistas con amplio reconocimiento internacional en la actualidad, como Francisco Leiro o Antonio Murado.

 

 

Dirección y horarios: Paseo del Prado 8, Madrid. Lunes, de 12:00 a 16:00 horas; martes a domingo, de 10:00 a 19:00 horas.

 

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