El escultor cordobés, que recientemente ha vuelto a abrir estudio en su ciudad natal, ha labrado dos figuras que representan a Santa María Magdalena y San Juan Evangelista para acompañar, en la procesión del Martes Santo, a Nuestra Madre y Señora de las Lágrimas, titular de la hermandad ubetense del mismo nombre.

La Virgen de las Lágrimas fue tallada por Alfonso Castellano en 2012. Es una Dolorosa de ojos verdes cuya ejecución se llevó a cabo, parte en Córdoba y parte en Écija. El artista la considera una de sus mejores obras hasta la fecha, punto de inflexión en su momento y de partida en su madurez escultórica.

Los santos están concebidos para prodigar consuelo a María y compartir su llanto por la pérdida del maestro. El lucido atuendo muestra los colores propios de cada iconografía: rojizo y verde para Juan y negro y ocre para María Magdalena. La discípula de Cristo sostiene además una calavera como emblema de su penitencia.

Ambos fueron presentados el pasado 4 de marzo en Úbeda (Jaén), en el templo parroquial de San Nicolás de Bari, sede canónica de la Hermandad de las Lágrimas. En estas páginas les mostramos varias instantáneas de la titular mariana, realizadas, al igual que las de la galería, por Manuel Higueras Cruz y Baldo Padilla.