Esta obra pictórica que representa a Santa Mónica le fue entregada al papa Francisco en audiencia celebrada el pasado miércoles 30 de noviembre. Ha sido ofrendada por la comunidad agustiniana de la Basílica de San Agustín en Campo Marzio (Roma) -templo principal de la Orden de San Agustín en cuyo interior reciben culto los restos de la madre del santo-, cuyos representantes acudieron al acto junto al pintor sevillano.

La escena se desarrolla en Ostia, destacando la expresión de la santa en éxtasis ("cumalatius hoces mihi Deus praestitit"). Hablamos de una obra pintada al óleo sobre tabla y posteriormente enmarcada sobre una cornisa de caoba, decorada también por el artista con motivos ornamentales realizados al temple al huevo entre los que destacan el escudo de la Orden de San Agustín en la parte superior y el del papa Francisco en la inferior.

El tema viene de las "Confesiones" de San Agustín (Libro 10) y representa a su madre arrobada ante la visión del reino celestial que le aguarda, prefiguración de su muerte que ocurriría poco después a los 55 años en Ostia. Pese a ello, el pintor la representa joven e idealizada, muy barrocos y elocuentes los gestos de rostro y manos, al lado de una columna con dosel que señaliza el interior y un crepúsculo tormentoso sobre las naves al fondo.