Elena Montero (Sevilla, 1969) es una artista multidisciplinar. Sus facetas principales son las de pintora, restauradora, decoradora e interiorista, destacando sobre todo sus incursiones en el ámbito pictórico con temas que van desde la Semana Santa y el resto de las numerosas celebraciones religiosas que tienen lugar en su ciudad natal, pasando por el retrato y el costumbrismo, hasta el realismo mágico y el feminismo.

Ayer inauguró en el Ayuntamiento de Sevilla su exposición más importante, titulada Almayéutica, con la que, hasta el próximo 28 de junio, ofrece al público visitante 50 obras que recogen lo mejor de un talento que hunde sus raíces en la Escuela sevillana de pintura, y que permite que el alma de su ciudad y de Andalucía en general, con sus costumbres y tradiciones, se adapte a la visión tanto de oriundos como de foráneos gracias a una óptica contemporánea que, a base de ingenio y originalidad, mezcla una variedad de estilos y soportes empáticos con todo tipo de miradas.

De este modo, cristos y vírgenes, iconos del flamenco, símbolos navideños, retratos de personajes famosos y anónimos, mujeres y niñas a las que desea cumplir todos sus sueños, vanitas y un largo etcétera, son interpretados por Montero a través de una paleta de colores que no solo transmite belleza, sentimiento y verdad, sino también un mundo de alegría, compromiso, tolerancia y vitalidad, recordándonos las virtudes y la diversidad del entorno que nos rodea.

Arte con alma, como así indica el propio título de la muestra, Almayéutica, un término ideado por la autora en el que fusiona sus propias creaciones, reflejos de su espíritu, con la mayéutica, el método socrático que, en términos artísticos, podemos definir como aquel arte que obra en las almas y no tanto en los cuerpos, porque así como es importante nacer sanos en el cuerpo, igualmente lo es lograr hacer nacer, a través de nuestra alma, lo verdadero de nosotros.