RESTAURACIÓN DE ISABEL RABADÁN Y JUAN ALBERTO FILTER PEINADO PARA SEVILLA

14/01/2022


 

 
 
Estado final
Foto: Hermandad de la Esperanza de Triana
 
 
 
 
Estado inicial
Foto: David Barrio López

 

La intervención ha sido practicada por los restauradores en la imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia que recibe culto en la Capilla de los Marineros, sede canónica de la popular Hermandad de la Esperanza de Triana. Tras la intervención, y un análisis comparativo con otras obras, podemos inscribir la autoría de la imagen al escultor e imaginero Juan Bautista Patrone (1749-¿1833?) o a su círculo más próximo.

Este escultor, nacido en Génova, llega a Sevilla a los 10 años de edad y se forma con algún escultor compatriota que trabajó a caballo entre Cádiz y Málaga, fundamentalmente. En estas estancias, sobre todo en Cádiz, el joven Juan Bautista Patrone recibiría la influencia de otros escultores ligures (caso de Jácome Vaccaro o Francesco María Maggio) afincados en la ciudad andaluza. Patrone termina afincado en Sevilla, donde casa con una nieta del retablista y escultor de origen portugués Cayetano de Acosta. Así, en su estilo, observamos un sincretismo de su formación con un escultor italiano, con la tradición barroca sevillana, la influencia de Cayetano de Acosta a través de su familia política y el academicismo imperante de la época.

El Cristo de la Humildad y Paciencia comparte rasgos estilísticos con la producción de Patrone: rostros ovalados de facciones marcadas, hondas fosas oculares complementadas con grandes ojos negros de pesados párpados, recta y alargada nariz, corto surco naso-labial y boca pequeña. Muestra el cabello suelto, moreno, distribuido mediante una raya central, unido de forma compacta en la parte del cuello, donde convergen grandes bucles ondulantes, del que se desprenden mechones sueltos que caen sobre la zona superior de la espalda. Ha sido tratado a base de finas y aristadas huellas de gubia de pico de gorrión, quizás más profundas en los mechones que toman independencia al final de la cabellera, dando lugar a una sensación de poca fluidez en la melena. La barba está tratada con sutileza, de poca profusión con respecto al vello, con suaves surcos en dirección longitudinal que construyen una bifurcación, de la que penden dos pequeños bucles que cubren la barbilla.

Se engloba dentro de las esculturas de talla completa en bulto redondo para ser contemplada desde todos los ángulos de visión. Sus dimensiones totales son 123,5 x 50 x 62 cm. Está sentado sobre una estructura con forma de risco realizada igualmente en madera tallada y policromada. Dicha roca que sirve de apoyo, construida como una plataforma cuadrada sobre la que se alza un volumen en forma de paralelepípedo que sirve de asiento, está tallada a base de grandes gubiazos, con planos muy marcados y volúmenes grandes.

La pierna derecha de la imagen queda más elevada que la izquierda, y fija el codo del brazo derecho por detrás de la rodilla, descansando así la cabeza sobre la mano, mientras el brazo izquierdo descansa sobre la pierna de dicho lado. Presenta el Cristo de la Humildad y Paciencia la cabeza inclinada y soportada por la mano derecha, apoyando el codo sobre la pierna del mismo lado, la cual queda algo más elevada que la izquierda. El torso se inclina levemente adelante e igualmente a la derecha. La mano izquierda descansa sobre el muslo del mismo lado. La composición traza pues una suave diagonal desde la vista frontal.

Los ojos son de cristal, con el iris policromado en tono marrón. La mirada, apuntada hacia abajo, queda sin enfoque, transmitiendo melancolía. La anatomía de la caja torácica resulta algo simple, así como el estudio de hombros y brazos. Se marcan las clavículas y la caja torácica sobre una superficie poco musculada. Las manos no muestran vascularización acentuada, y resultan algo "cuadradas" dada la similitud de largo entre los dedos. Las piernas presentan una proporción correcta con respecto al torso, con anatomía suave. Los pies están resueltos con más acierto que las manos. El perizoma o paño de pureza del Cristo de la Humildad y Paciencia se dispone sin grandes artificios, con pliegues amplios y angulosos.

Presenta, bajo la pátina, una policromía en tonos claros, rosáceos, con pocas valoraciones, y mucha profusión de sangre, sobre todo cayendo desde el cuello hasta casi llegar al ombligo, en la herida del hombro izquierdo, alrededor del encuentro del sudario con el torso y las piernas, y fundamentalmente en la espalda. En las heridas de la espalda, se ha podido usar la técnica de aplicar pergamino en los bordes, para crear el efecto de piel desgarrada, técnica usada en el XVIII dentro del amplio abanico de postizos.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
Detalles. Estado final
Foto: Hermandad de la Esperanza de Triana

 

Son muy pocos los datos que tenemos de la imagen. Se tiene constancia de la misma desde mediados del siglo XIX, concretamente por un inventario realizado en 1868 por algún funcionario municipal tras el desalojo de la Hermandad de la Esperanza de Triana de su capilla a causa de la desamortización de Mendizábal. A pesar de la incautación de la capilla, sabemos por dicho inventario que la hermandad tardó más de tres años en abandonarla. Si bien las imágenes titulares y enseres de culto se preservarían entre la sacristía y la casa contigua, el resto de enseres se mantuvieron en la citada capilla.

No tenemos constancia de si el Cristo de la Humildad y Paciencia pertenecía desde el momento fundacional de la hermandad, o si la asumen como propia en algún momento de su devenir por diversos templos de Triana, por desaparición de la corporación que le rendía culto, como ocurre con Nuestra Señora de Guía y de San Telmo. La hermandad se decanta en todo caso por esta última opción. No podemos saber pues la procedencia de la obra ni su ubicación original. Actualmente se encuentra en el lado de la Epístola dentro de la Capilla de los Marineros, en un retablo propio realizado con piezas del antiguo retablo del Señor de las Tres Caídas.

La obra, tiene además la singularidad de ser una imagen muy venerada en su ámbito geográfico, como es Sevilla y más concretamente el barrio de Triana, siendo tan singular, que es apodado "el Miarma". Esto nos da una idea de la dimensión de la obra como parte del patrimonio etnológico de una sociedad.

La intervención de Isabel Rabadán del Saz y Juan Alberto Filter Peinado incide de manera muy positiva sobre estos valores, ya que permite la recuperación de una correcta contemplación estética, la cual dota de una adecuada lectura tanto artística como devocional de la obra, a la vez que garantiza un óptimo estado de conservación de cara a la transmisión de estos valores intangibles a generaciones futuras.

La intervención se ha llevado a cabo en el estudio taller del equipo restaurador atendiendo los procedimientos de actuación en materia de intervención en bienes muebles, constituyéndose al efecto una comisión mixta de seguimiento formada por personas de la junta de gobierno de la hermandad y del equipo restaurador. Dicha comisión ha sido la encargada de supervisar las actuaciones.

El principal objetivo de esta recuperación patrimonial, financiada en un 80 % por la Junta de Andalucía, ha sido la conservación de este bien cultural para contribuir a su perdurabilidad en el tiempo en las mejores condiciones posibles. Pareja a la investigación histórico-artística, se llevó a cabo una completa documentación fotográfica con diferentes tipos de iluminación y un estudio radiográfico.

Respecto a su estado previo de conservación, es reseñable el repinte de algunos regueros y manchas de sangre para disimular gotas de cera y zonas de pérdidas de policromía. Igualmente, quizás aplicada en la misma intervención, se apreciaba una pátina sobre toda la imagen con una técnica acuosa, lo cual, al hacerlo sobre una superficie al óleo pulimentada, originó unas manchas heterogéneas, por la incompatibilidad de materiales y desconocimiento técnico de la persona que lo llevó a cabo.

Con motivo de su reposición al culto, el Cristo de la Humildad y Paciencia ha estrenado un juego de tres potencias cinceladas en plata de ley por el orfebre sevillano Ramón León Losquiño, así como una clámide púrpura confeccionada por María Dolores Romero Geva, hermana de dicha corporación de penitencia.

 

 
 
 
 
Estado final. Detalles
Fotos: Hermandad de la Esperanza de Triana

 

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