DESCUBRIENDO A LUIS MASSON. FOTÓGRAFO DE LA SEVILLA DEL XIX

24/05/2021


 

 

Descubriendo a Luis Masson. Fotógrafo de la Sevilla del XIX presenta una selección de 88 fotografías realizadas entre 1858 y 1875 por el francés Luis Masson y rescatadas del olvido por los comisarios Juan Antonio Fernández Rivero y María Teresa García Ballesteros. La exposición se complementa con dos álbumes que pertenecieron a los Duques de Montpensier, expuestos por primera vez al público. Todas las piezas pertenecen a la Colección Fernández Rivero de Fotografía Histórica (CFRivero).

Masson, artista polifacético formado en París, fue uno de los más notables fotógrafos entre los que trabajaron en España en los inicios del nuevo arte. Su trabajo iba dirigido a un público europeo interesado en la historia y la monumentalidad de España, destacando sus imágenes por la calidad, el equilibrio y la singularidad. En esta línea, su labor se podría equiparar al de insignes contemporáneos como Jean Laurent o Charles Clifford.

En la primavera de 1858, Masson abrió estudio en Sevilla -en el número 50 de la calle Escobas, la actual calle Álvarez Quintero-, acompañado por su esposa y colaboradora, Lorenza Simonin Berard. Allí ofrecían al público retratos, vistas, monumentos y reproducciones de pinturas antiguas y modernas. Con los años, el despacho fotográfico pasó por otras sedes en la ciudad: la calle Sierpes, la plaza de San Francisco y la Avenida, en el tramo conocido entonces como Génova.

A causa de su prolongada estancia, Sevilla es la ciudad más representada en el conjunto de su obra, hasta el punto de que es Masson quien tiene en su haber el mayor número de imágenes sevillanas hasta 1866. Fue uno de los primeros en hacer reproducciones de las pinturas de Murillo, situado por aquellos años en la cúspide de su fama internacional. Además, está considerado un maestro de la fotografía estereoscópica.

Su colección estereoscópica, en las que dos imágenes unidas tomadas desde distinto ángulo reproducen la visión binocular humana creando una imagen tridimensional al contemplarlas a través de un visor, "es la más completa realizada por un fotógrafo residente en España durante las primeras décadas de la fotografía y la segunda tras la de Laurent, de todo el siglo XIX español", han declarado los comisarios.

 

 

En 1865, Masson deja Sevilla con destino a Madrid y, aunque reside allí casi un año, apenas se conocen media docena de las fotografías de la capital. Llega con un notable conjunto de imágenes que previamente ha tomado en la ciudad de Toledo y, luego, aprovecha el ferrocarril para visitar otras ciudades castellanas, como Ávila, Salamanca, Valladolid y Burgos, residiendo en León de 1872 a 1875. Masson regresa a Sevilla a finales de la década de 1870 para desaparecer definitivamente en 1881.

En el Museo de Bellas Artes de Sevilla se puede ver desde mañana martes, 25 de mayo, hasta el 5 de septiembre Descubriendo a Luis Masson. Fotógrafo de la Sevilla del XIX, muestra seleccionada entre las cerca de 300 obras de Luis Masson que, como hemos apuntado, forman parte de la Colección Fernández Rivero de Fotografía Antigua. El criterio fundamental de los comisarios de la exposición para realizar la selección "ha sido escoger las obras que por su temática y formato representaban el conjunto del trabajo del autor", conjugándolo también con la potencia plástica de las mismas.

Las fotografías se muestran en la sala de exposiciones temporales del Museo de Bellas Artes de Sevilla, agrupadas fundamentalmente en tres secciones. La primera de ellas está dedicada a Sevilla, principal escenario de la obra del fotógrafo. A continuación, las ciudades andaluzas que fueron objeto del trabajo de Luis Masson, como Granada, Málaga, Córdoba, Cádiz y Jerez de la Frontera, además de Gibraltar. En tercer lugar, se visitan ciudades castellanas como Ávila, Burgos, Salamanca o Toledo.

También hay una representación de reproducciones de las pinturas de Bartolomé Esteban Murillo que Luis Masson realizó en sus visitas a la Catedral y al antiguo "Museo de Pinturas", actual Museo de Bellas Artes de Sevilla. Entre las reproducciones de los lienzos del pintor barroco Murillo, destaca las instantáneas de los cuadros de la "Visión de San Antonio de Padua" y de "Santa Catalina de Siena".

Esta exposición aborda, además, un interesante episodio cultural de la ciudad: la pasión del duque de Montpensier, Antonio de Orleans, por el nuevo arte de la fotografía, circunstancia que favoreció el trabajo de un grupo de fotógrafos, afincados o no en la ciudad. Esta afición del aristócrata se tradujo en una mayor producción de imágenes que han enriquecido la iconografía sevillana de aquellos años.

 

 

Los nombres de Francisco de Leygonier, Massari, Reynoso y el propio Luis Leon Masson, fotógrafos de Sevilla, junto al vizconde de Vigier, el conde de Vernay, Charles Clifford, Jean Laurent y R.P. Napper, estaban presentes en su gran colección fotográfica y es posible seguir su relación clientelar con la casa a través de la documentación de su archivo.

Los dos álbumes fotográficos que se exhiben en Descubriendo a Luis Masson. Fotógrafo de la Sevilla del XIX son excepcionales. El primero contiene fotografías de Sevilla y Andalucía, además del primer reportaje taurino de la historia de la fotografía, y formaba parte de la gran biblioteca del duque, cuyos ejemplares más significativos se conservan hoy en un reducido número de instituciones y colecciones repartidas por el mundo.

El segundo fue un regalo destinado al pintor José María Rodríguez de Losada, un ejemplar muy cuidado para quien tuvo, sin duda, un papel relevante en la formación de la colección de pintura de Montpensier. Está formado con imágenes del entorno de los duques: retratos familiares y de los palacios de Castilleja de la Cuesta y San Telmo, además de un grupo importante de reproducciones de sus cuadros. Es la primera vez que estos álbumes únicos se incluyen en una exposición, en la que además el público visitante podrá apreciar el contenido completo de cada uno de ellos.

La personalidad y la obra de Luis Masson han permanecido hasta ahora ocultas. La exposición Descubriendo a Luis Masson. Fotógrafo de la Sevilla del XIX y el detallado catálogo de sus fotografías son el fruto de una reciente investigación sobre el fotógrafo que ha puesto de manifiesto su importancia en el contexto de la fotografía española del siglo XIX y la precoz contribución de su obra a la iconografía sevillana. La muestra consta de 88 fotografías, la mitad dedicadas a Sevilla, en una equilibrada selección entre las más de 500 obras descubiertas de este autor, que fueron realizadas casi en su totalidad entre 1858 y 1875, y de dos álbumes que pertenecieron a los Duques de Montpensier y que contienen, entre otras, fotografías de Masson.

Masson llega a Sevilla probablemente cumpliendo el encargo estereoscópico de una firma parisina, pero la atracción de la corte de los Montpensier determina que acabe instalándose en la ciudad e inicie desde aquí un ambicioso proyecto fotográfico dedicando una gran atención a la capital andaluza y sus alrededores y abarcando también las principales ciudades de Andalucía. Su marcha a Madrid y posterior viaje hasta la frontera francesa es el momento que aprovecha para captar con sus cámaras lugares monumentales de la geografía castellana y también del País Vasco, completando así un catálogo integrado únicamente por imágenes españolas.

 

 

La monumentalidad y la historia son los asuntos preferidos por los fotógrafos comerciales, como Masson, pero examinada su obra en el contexto de sus contemporáneos sus imágenes destacan por su equilibrio, calidad y algunas por su singularidad, incluso en los escasos retratos que hemos hallado debidos a su cámara.

La obra fotográfica de Luis Masson es inseparable de su relación con Sevilla. Como hemos dicho, su primer establecimiento se sitúa en la discreta calle Escobas (actual calle Álvarez Quintero), pero tras pasar por Sierpes y San Francisco, en 1862 se traslada al que acabaría siendo su principal domicilio sevillano, en la calle Génova (actual avenida de la Constitución). El fotógrafo se va afianzando profesionalmente, pero si bien se anuncia como retratista con la colaboración de su esposa Lorenza Simonin, no será esta la faceta básica de su actividad, sino la ejecución de vistas y la reproducción de "pinturas antiguas". Los principales monumentos centrarán su atención: Alcázar, Catedral, Casa de Pilatos... además del Palacio de San Telmo en atención al duque de Montpensier con quien enseguida establece una notable relación clientelar. Pero en su catálogo podemos admirar también un sinfín de lugares emblemáticos: Torre del Oro, la plaza de toros, plazas de San Francisco y Nueva, numerosas iglesias, las antiguas puertas de la ciudad y también algunas fotografías en una línea diferente como las dedicadas a Itálica o a la imagen del Cristo del Gran Poder.

En total un conjunto cercano a los dos centenares de fotografías sevillanas, cifra muy superior a la de cualquiera de sus colegas contemporáneos. Sin embargo, su marcha a raíz de la caída de la Monarquía y de los Montpensier y también la escasez de su obra en las colecciones públicas españolas cuando se inician los primeros estudios de historia fotográfica, hicieron que su nombre quedara injustamente olvidado entre los grandes pioneros de la fotografía en Sevilla y en España.

Hacia 1865, Masson deja Sevilla con destino a Madrid y aunque reside allí casi un año apenas conocemos media docena de las fotografías que pudo hacer en la capital, aunque previamente fotografía Toledo. Luego aprovecha el ferrocarril para visitar algunas ciudades castellanas, y así en su registro fotográfico encontramos imágenes de Ávila, Salamanca, Valladolid y Burgos. Aunque es León la que los Masson eligen para fijar su residencia desde 1872, sin abrir estudio y dedicado a las inversiones mineras en diversas ciudades norteñas.

Deja la ciudad hacia 1875, curiosamente la fecha en la que debió hacer las dos fotografías que le conocemos del País Vasco. Ambas son especialmente significativas: una de ellas es una fotografía cargada de historia pues nos muestra el puente de Endarlaza, justo en el enclave entre las fronteras de España y Francia por Navarra, reconstruido tras su destrucción durante la tercera guerra carlista. La otra, una vista de Fuenterrabía tomada ya desde el otro lado del Bidasoa, en terreno francés, que podría indicarnos el regreso de Masson a Francia.

 

 

La colección privada CFRivero se inicia por Juan Antonio Fernández Rivero en Málaga en la década de 1980. En sus comienzos es una colección de fotografías de su ciudad del siglo XIX, pero poco a poco se va completando con numerosas piezas españolas, con especial dedicación a Andalucía y también con ejemplares internacionales. Hoy en día su interés abarca un periodo que va desde 1840 hasta las primeras décadas del XX. Otro de sus focos de atención es la fotografía estereoscópica. Actualmente la colección está integrada por cerca de 60.000 fotografías. En la CFRivero se encuentran toda clase de formatos y procedimientos que históricamente han sido empleados para la obtención de fotografías, desde los procedimientos de copia única, como los daguerrotipos, ambrotipos, ferrotipos o autócromos en color, hasta los de reproducción múltiple, de los que existen ejemplares negativos, en papel, vidrio y película, y sus correspondientes copias, siempre de época, en sus numerosas variedades: calotipos, albúminas, gelatinobromuros, cianotipos y otros, así como ejemplos de los primeros sistemas de fotoimpresión mecánica. Por lo que respecta a los autores en la colección figura una buena representación de los principales que trabajaron en España durante el siglo XIX: Laurent, Clifford, Masson, Leygonier, Pedrosa, Tenyson, Carpentier, Ferrier-Soulier, Gaudin, Andrieu, Garzón... Pero también hay ejemplares de los más grandes fotógrafos internacionales de la época: William Henry Fox Talbot, Julia Margaret Cameron, Antoine Claudet, Hill & Adamson, Francis Bedford, T. R. Williams, James Valentine...

Descubriendo a Luis Masson. Fotógrafo de la Sevilla del XIX, ha sido organizada por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, el Museo de Bellas Artes de Sevilla (Plaza del Museo, 9) y la Colección Fernández Rivero de Fotografía Histórica (CFRivero).

La exposición puede visitarse en el siguiente horario: martes a sábado, de 09:00 a 21:00 horas; domingos y festivos, de 09:00 a 15:00 horas. Lunes cerrado (excepto víspera de festivo, en horario de festivo).

Sus comisarios son Juan Antonio Fernández Rivero (Málaga, 1956) y María Teresa García Ballesteros (Madrid 1955). Fernández Rivero inició su relación con la fotografía a mediados de los 70 como aficionado, y participando activamente en la vida de asociaciones y federaciones de fotografía. Más tarde centró su actividad en el coleccionismo y la investigación histórica de la fotografía, publicando libros y artículos y organizando exposiciones basadas en su colección, una de las más completas de España en fotografía histórica. Por su parte, García Ballesteros realizó su licenciatura de Historia en la Universidad de Málaga y, en esta misma ciudad, ha ejercido la profesión de bibliotecaria. Ha compartido su vida profesional con el desarrollo de la colección de fotografía antigua CFRivero, interviniendo primero en su organización y descripción y en los últimos años también en la investigación foto-histórica y en la difusión de la colección, creando un blog que cuenta ya con 200 artículos sobre piezas de la colección, y coordinando su presencia en las redes sociales. García Ballesteros ha publicado varias monografías sobre fotografía histórica.

Además de los comisarios de la muestra, Juan Antonio Fernández Rivero y María Teresa García Ballesteros son también los autores del catálogo de la muestra, estudio monográfico editado por Ediciones del Genal que recoge su investigación sobre la obra de Masson, y que es también un catálogo recopilatorio de la obra del fotógrafo. Esta publicación reúne los datos biográficos de Masson, el contexto social en el que vivió, su trayectoria profesional y también su obra fotográfica: álbumes, fotografía estereoscópica, los lugares que fotografió, así como sus influencias. Finalmente muestra un inventario con todas las obras hasta el momento identificadas, un total que asciende a 511 imágenes. El libro está disponible en la tienda del Museo de Bellas Artes de Sevilla.

 

 

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