RESTAURACIÓN DE CARLES SALAFRANCA PARA SEVILLA

Con información del restaurador (13/05/2021)


 

 
 
Estado final

 

La intervención ha sido realizada sobre una pintura sobre lienzo (82 x 62 cm) de San Juan Nepomuceno que se conserva en el convento sevillano del Santo Ángel de la Guarda. El lienzo se halla sobre bastidor y enmarcado en un listón simple con media acanaladura, de estilo isabelino, en dorado.

Aparece San Juan Nepomuceno de pie sobre una nube con cabezas de ángeles y bonete en la parte inferior, revestido con sotana negra y roquete blanco con encaje, sujetando un crucifijo al que dirige su mirada. Tras el santo, se abre un cortinaje recogido con borlones en la parte superior derecha, que deja ver construcciones palaciegas y un puente sobre un río desde el que dos figuras observan a una tercera, vestida a semejanza del personaje central, que está dentro del agua.

El sacerdote checo, nacido cerca de 1340, fue posteriormente párroco de Praga, vicario general e incluso arzobispo hacia 1396. Ese mismo año, según la tradición, fue martirizado por Wenceslao IV, rey de Luxemburgo y de Bohemia, uno de los antiguos reinos que hoy componen la República Checa, ya que se negaba a revelar las confesiones que le contaba su esposa, la reina Sofia de Baviera, y traicionar con ello el secreto de confesión. A San Juan Nepomuceno se le considera, por tanto, patrono de los confesores y el primer mártir en serlo por no traicionar el secreto del sacramento del perdón.

Otra corriente, más historicista, sitúa a Juan Nepomuceno enfrentado a Wenceslao IV debido a la disposición de cargos eclesiásticos en varias abadías de Bohemia. Frente a la oposición imperial, el clérigo apoyó y dictaminó a diversos cargos, siendo castigado por desobedecer al monarca a ser arrojado al río Moldova desde el puente Carlos de la ciudad de Praga. Esta escena aparece en el segundo plano de la obra que nos ocupa. Sea como fuere, el santo fue arrojado a las aguas por orden imperial, siendo su cuerpo encontrado posteriormente y enterrado en la catedral de la ciudad, venerándose prácticamente desde ese momento como figura santa.

 

 
 
 
 
 
 
Estado final. Detalles

 

San Juan Nepomuceno viste como un cánonigo, con sotana, roquete, bonete (que aquí aparece a los pies, en señal de humildad) y sobrepelliz de armiño o carmesí, símbolo de pureza y sacrificio. Normalmente sostiene un crucifijo o una palma, sinónimo del martirio cristiano. Por su interacción con el crucificado se presenta en actitud contemplativa y reflexiva, de fe y devoción. La aparición del puente y las construcciones traseras no son, por tanto, casuales. Hacen referencia a su martirio en Praga, y a su vez, al patronato del santo sobre los ingenieros y constructores. San Juan Nepomuceno es también patrón de la Infantería de Marina española.

Es llamativa la aureola del santo, que alude a la tradición de las cinco estrellas que alumbraban la noche de Praga cuando fue arrojado desde el puente a las aguas del río.

La representación iconográfica y el estilo de esta pieza del Santo Ángel de Sevilla sigue, aunque en un estilo más popular, la corriente de las representaciones hagiográficas de los santos en los que, a modo de ilustraciones se muestran escenas clave en la vida del santo o santa representados.

 

 
 
Estado inicial

 

Este lienzo de San Juan Nepomuceno se encontraba bastante deteriorado, tanto a nivel estructural como pictórico, teniendo el conjunto una apariencia que no conseguía cumplir la correcta lectura de la pieza y, por tanto, le impedía cumplir su correcta función como obra destinada al culto religioso.

A nivel de soporte, varios rasgados y roturas -algunos intentados solucionar mediante la adhesión de parches poco académicos, de papel y tela, que estaban deteriorados- afectaban al soporte creando tensiones adicionales al no encontrarse bien adheridos. Los laterales, debido a los movimientos termo-higrométricos del lienzo, aparecían alterados y destensados, perdiendo la estabilidad y la función de sujetar el lienzo al bastidor.

Se observaba gran destensión general en toda la superficie, no abolsamientos ni deformaciones extremas, pero sí cazoletas y ciertas zonas con riesgo de desprendimiento. Por el anverso eran especialmente destacables los faltantes de soporte antes comentados, que creaban lagunas en el estrato pictórico. Eran apreciables en mayor grado en las zonas perimetrales y en la central, coincidiendo con el travesaño trasero que reforzaba el bastidor. El roce y la erosión con el lienzo por el reverso creaba, por tanto, dichos faltantes en la parte frontal.

La principal y mayor alteración de toda la pieza, además de la destensión y debilidad estructural del soporte textil, era el alto oscurecimiento de la capa polícroma debido a las alteraciones del envejecimiento y oxidación del barniz, creando una visión amarillenta muy intensa.

Todos estos factores, sumados a las deposiciones de suciedad ambiental, ocultaban sobremanera el cromatismo y las escenas representadas. Se observaban, además, ciertas deyecciones de insectos y otras deposiciones que ensuciaban y, debido a su naturaleza, acidificaban la superficie y los materiales que constituyen la obra. 

 

 
     
     
 
     
     
Detalles del estado inicial y de los parches por el reverso

 

Como intervención, se realizaron los siguientes procedimientos conservativos y restaurativos para devolverle estabilidad y restituir la apariencia de la pieza: limpieza superficial mecánica y desmontaje del marco; protección del estrato pictórico mediante cola orgánica y papel japonés; desmontaje del bastidor; saneado trasero y eliminación de parches; devolución de la planitud al lienzo mediante aplicación de humedad, calor y presión controlados; realización de sujeciones puntuales de los rotos y desgarros; planteamiento de un entelado completo del reverso, utilizando tela de lino crudo y como adhesivo la gacha, con posterior planchado y secado bajo calor y presión controlados; montaje y tensado en nuevo bastidor ante la debilidad estructural del antiguo; retirada de la protección por el anverso; limpieza físico-química de la obra, previo test de solubilidad y disolventes; finalmente, se utilizó mezcla de acetona y etanol al 50%, siguiendo el test de limpieza creado por Cremonesi; barnizado intermedio de la pieza para proteger los estratos originales; estucado de lagunas; enrasado y texturización de lagunas para imitar las grietas propias del estrato; reintegración cromática con colores al agua y posteriores al barniz; limpieza del marco, estucado de lagunas y reintegración del dorado; barnizado final.

 

 
 
Estado final. Detalle de la firma

 

Con la limpieza, y a modo de curiosidad, ha quedado más visible, en la parte inferior izquierda, la firma del posible autor, que antes quedaba prácticamente oculta con la suciedad y oscurecimiento de los estratos de barniz. Aparentemente, se observa que dice "AN YNFANTE PINXIE", que podría deducirse como "Juan Ynfante pintó". No se puede asegurar completamente ya que parte de las letras se han perdido al desprenderse varios estratos y, por tanto, no puede afirmarse del todo su autoría.

 

 
 
Estado final. Detalle del reverso, donde se observa el nuevo entelado del soporte

 

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