ISBILYA. SUBASTA DE INVIERNO 2020

10/10/2019


 

La próxima subasta en Sevilla de Isbilya (Calle Virgen de la Antigua nº 5 Local) tendrá lugar los días 10 y 11 de marzo de 2020. La primera sesión, el martes 10, comprenderá pintura antigua y joyas, mientras la segunda el miércoles 11, se reserva para arte contemporáneo y artes decorativas. Ambas sesiones comenzarán a las 19:00 horas. El horario comercial es de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:30 horas, lunes a viernes (sábados solo mañanas y domingos cerrado, si bien el sábado y domingo anterior a la subasta estará abierto en dicho horario comercial).

 

 

Emil Nolde

Emil Nolde (1867-1956) fue uno de los más destacados pintores expresionistas alemanes. Influido por Van Gogh, Munch y Ensor, después de haber pertenecido a los grupos expresionistas alemanes El Puente y El Jinete Azul desarrolla como Munch una obra solitaria y singular. En 1913-1914 formó parte de una expedición etnológica internacional, viajando por Rusia, China y Japón llegando hasta la Polinesia, viaje que, junto a sus preocupaciones religiosas y su inclinación al misticismo, influyó indudablemente en su pintura. De magnífico y suntuoso color, con violentos contrastes y aguadas de color, algunas de sus obras fueron incluidas en la categoría de "arte degenerado". La exposición, en la que los nazis condenaron todo el arte moderno de su tiempo, se inauguró en los salones del Instituto Arqueología de Múnich, presentando cerca de 600 obras de algunos artistas cuyo legado es hoy indiscutible: Chagall, Kandinsky, Klee, Kokoschka, Grosz, Nolde y Kirchner, entre otros maestros. En 1941, el régimen de Hitler le prohíbe pintar. Retirado en solitario en Seebüll, abandonó el óleo y se refugió en el grabado y en la acuarela, produciendo clandestinamente una gran cantidad de grabados expresionistas y pequeñas acuarelas a las que llamaría "imágenes no pintadas". El lote que presenta Isbilya es un ejemplo de los trabajos de acuarela de Nolde. La obra, sin título, muestra un sencillo retrato de perfil sobre un fondo indeterminado. En un medio que es notoriamente difícil de controlar, Nolde establece hábilmente la figura con sutiles golpes de color y un característico uso de la aguada. La composición expresionista es una obra completa en sí misma y no un estudio para una obra mayor, es también un recordatorio del interés de Nolde en Van Gogh y Kandinsky, compañero que también trabajó la acuarela.

 

 

Nicola Fumo

La relación política entre el reino de Nápoles y la corona española favoreció el flujo constante de obras de arte napolitanas hacia la península. Nápoles y sus artistas se convirtieron en un símbolo de refinamiento y estatus social que, en el caso de la escultura, se vio además favorecido por el prestigio con el que contaban en España las tallas en madera policromada, sustancialmente mayor que en Italia. Tal vez por ello se conserva un mayor número de obras de Fumo en España, donde gozó de enorme fama. Nacido en la provincia de Salerno, Nicola Fumo fue miembro de una familia de escultores, considerándose discípulo de Cósimo Fanzago. Trabajó para la catedral de Lecce en la "Asunción" del altar mayor, fechada en 1689. Ese mismo año firmó una serie de esculturas en madera para la iglesia de San Giovanni Battista delle Monache de Nápoles. En ellas se resume el estilo ligero y de amplio efecto barroco característico del artista. La talla de Santa Rosa de Lima presentada por Isbilya se ajusta al "formato terzino" correspondiente a tres palmos napolitanos, formato empleado por los escultores en la realización de obras de culto privado, que además resultaban fáciles de transportar desde el puerto de Nápoles. Era, además, un formato de bajo coste que contó con bastante éxito, no solo entre la nobleza y el clero, sino también entre los devotos y adinerados comerciantes ávidos de mostrar su posición. En esta ocasión elige la figura de una religiosa cuya devoción floreció en España e Italia tras su canonización en 1671. La santa sostiene grácilmente al Niño. Ambos intercambian una tierna mirada mientras extienden sus brazos y sus manos hacia el cielo, en un gesto etéreo sutilmente intensificado por el movimiento de los paños. La complicidad entre los dos evoca la escena de los Desposorios M ísticos, momento en el que la santa peruana, en éxtasis, recibe la petición del Niño Jesús de convertirse en su esposa. En sus composiciones, Fumo solía inspirarse en la obra de los pintores italianos, siendo Luca Giordano su mayor referente. En este sentido cabe mencionar la "Santa Rosa con el Niño", obra de Giordano conservada en la Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid). Encontramos otros precedentes en la Galleria Nazionale d'Arte Antica del Palazzo Corsini (Roma), realizado por Carlo Maratta, así como en la obra de Tiepolo para Santa María del Rosario de Venecia, donde Santa Rosa aparece acompañada por Santa Inés y Santa Catalina, también dominicas. Esta imagen de Isbilya debe ser puesta en relación con otras tres obras de Fumo: la "Santa Teresa" del convento sevillano de Santa Ana, firmada y fechada en 1724; con la "Inmaculada" de la Capilla del Sacramento de la Iglesia de San Lorenzo, también en Sevilla; o la "Inmaculada" del Museo conventual de las Descalzas de Antequera.

 

 

Ludovico Carracci

Se atribuye al pintor y grabador italiano Ludovico Carracci (Bolonia, 1555-1619) esta interesante representación al óleo sobre lienzo (93 x 96 cm) de la "Magdalena Penitente", recogida por expertos como Emiliani en su libro sobre el arte de la Emilia Romagna de los siglos XV al XVIII, y presente en una exposición sobre el referido tema que se celebró hace seis años en la Galleria di San Marino.

 

 

Luis Salvador Carmona

Se atribuye al escultor Luis Salvador Carmona (Nava del Rey, Valladolid, 1708 - Madrid, 1767) este grupo escultórico en madera tallada y policromada que representa a la "Virgen con el Niño, Santo Domingo y San Francisco de Asís". Mide 92 x 75 x 37 cm y muestra una fuerte base pictórica.

 

 

Ernst Ludwig Kirchner

Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938), dibujante, grabador, pintor y escultor, fue uno de los modernistas alemanes más influyentes. Como fundador y líder del grupo de artistas El Puente, Kirchner y sus colegas buscaron unir el pasado y el presente y crear un nuevo modo de expresión que rejuvenecería el arte alemán liberándolo del estilo académico de su tiempo, el grupo fue pionero en lo que se conoció como Expresionismo. En 1913, el trabajo de Kirchner se exhibió en Nueva York. Tras alistarse y volver de la Primera Guerra Mundial, se estableció en Suiza. Su primera exposición individual en un museo de Estados Unidos fue en el Instituto de Artes de Detroit en 1937. Ese mismo año, los nazis confiscaron más de 600 trabajos e incluyeron su obra en la exposición de "arte degenerado". Rechazando las prácticas académicas, Kirchner dibujaba en rápidos intervalos de 15 minutos. Su objetivo era capturar lo que llamó el "éxtasis de la primera vista", las emociones inmediatas evocadas por la experiencia. Estos bocetos inmediatos, como el "Retrato de caballero" que nos ocupa, revelaron lo que estaba observando, así como el temperamento del artista. Pensó en sus bocetos como un lenguaje visual más evocador que las palabras, refiriéndose a ellos como "jeroglíficos". Los bocetos nunca fueron estudios "per se", sino más bien pasos iniciales para perfeccionar la forma expresiva donde el énfasis emocional frecuentemente anula las proporciones realistas. Podemos datar la obra a principios del siglo XX, realizada poco después de la fundación de El Puente en Dresde y revela la influencia de Van Gogh en los artistas del grupo durante su formación. Toda la superficie del dibujo está cubierta por campos de color gradual. Posteriormente, Kirchner comenzó a forjar un estilo más personal caracterizado por colores brillantes y formas simplificadas con líneas continuas y contornos fuertes. Se halla firmado en el ángulo inferior derecho -"E.L. Kirchner"- y muestra bocetos a lápiz al dorso.

 

 

Lorenzo Collaut Valera

Relieve en yeso (hacia 1910-1913) firmado en el ángulo inferior derecho que constituye un boceto del escultor para el relieve "Pan y toros" del monumento "Saineteros madrileños", inaugurado el 25 de junio de 1913 en Madrid en la glorieta de San Vicente con la presencia de la infanta Isabel de Borbón. Treinta años más tarde, el monumento pasó a la dehesa de la Arganzuela, de donde se trasladó a su actual ubicación junto a la calle de Luchana. Entre las obras del autor destaca su escultura de la "Inmaculada Concepción", situada en la plaza del Triunfo en Sevilla (1917), la estatua a "Gustavo Adolfo Bécquer" situada en el sevillano Parque de María Luisa, o la "Cripta de los Marqueses", de la primera década del siglo XX, en homenaje a los marqueses de Linares. Suyos son también el "Don Quijote y Sancho" de la Plaza de España en Madrid.

 

 

Gregorio Sanz

Óleo sobre lienzo (70 x 55 cm), firmado y fechado "Gregorius Sanz Fecit/1798", que representa el "Escarnio de Cristo". Según el historiador José Carlos Agüera Ros, el pintor Gregorio Sanz (Murcia, 1763-1843) fue el más paradigmático representante del estilo barroco que dominó la pintura religiosa en la ciudad de Murcia durante las décadas del tránsito entre los siglos XVIII y XIX.

 

 
 

 

Retablos

En la fotografía superior vemos un retablo renacentista de la segunda mitad del siglo XVI, posiblemente tallado en Valladolid, de tres calles separadas mediante la superposición de columnas dóricas sobre semipilastras. Las calles laterales presentan un entablamento de tipo "clásico", con metopas policromadas con motivos florales pintados en dorado, mientras que la calle central, más alta, presenta un arco de medio punto. La decoración se centra en el ático profusamente tallado y que se compone de un frontón partido con la figura de Dios Salvador del Mundo al centro. Dicho frontón se haya sustentado por dos estilizadas ménsulas con rostro y pechos de mujer y aletones laterales en forma de voluta también con dos rostros varoniles. Dos ángeles sustentando un jarrón resaltan en el paño que queda entre la calle principal y el tímpano. Finalmente, en el banco del retablo, cuatro ménsulas de rocallas dividen los espacios con decoración polícroma pintada en los espacio entre ellas. En los correspondientes a las calles laterales aparecen cartelas con las inscripciones "S. Sebastián" y "S. Ageo"; mientras que en la calle central vemos inscrito "S. Mateo".

El retablo de la fotografía inferior es también español, de estilo barroco del siglo XVIII, realizado en madera tallada, dorada y marmolizada. Muestra una hornacina en la calle central que tiene forma de arco de medio punto. El retablo se encuentra decorado por paneles con bajorelieves tallados con motivos florales dorados y vivamente policromado en tonos rojos y marmoleado en azul. En el ático encontramos una gran talla del Espíritu Santo al centro de una nube rodeada de potencias. A lo largo de todo el entablamento aparece la inscripción "se hizo de madera y dorado a costa del Sr. D. Nicolas Laso (...) de 17..?".

 

 

Bernardo Lorente Germán

Bernardo Lorente Germán (Sevilla, 1680-1759), el llamado "pintor de las pintoras", realizó varias interpretaciones sobre la iconografía de la Divina Pastora como la que nos ocupa, firmada en el margen derecho "Bº Lorente German". Todas ellas se basaban en la visión del capuchino fray Isidoro de Sevilla. Bernardo era seguidor del estilo de Murillo, algo que también se manifiesta en este óleo sobre lienzo de 93 x 61 cm.

 

 

Otto Dix

Otto Dix fue la figura más relevante de la "Nueva Objetividad". El mundo cotidiano reflejado en sus obras giró en torno a tres temas principales: la guerra, la sexualidad y los retratos. La guerra dejó una profunda huella en su obra. Una serie de imágenes atroces del dolor, de la crueldad, de las miserias y las infamias, da cuenta de su visión del acontecimiento, con una lucidez despiadada y casi fotográfica. Su serie de grabados titulada "La Guerra" es uno de los más enérgicos alegatos antibelicistas que ha producido el arte del siglo XX. Al igual que Grosz, cultivó con mayor predilección el dibujo, con el que emprendió una cruel, cínica e incisiva condena de la sociedad y del militarismo. Su iconoclasta rechazo de los valores sociales y estéticos dominantes tuvo como resultado el surgimiento de una forma exageradamente descriptiva de pintura realista y antiidealista. El dibujo de la figura que nos ocupa, tocado con el sombrero tradicional austriaco, firmado y fechado en 1920, pertenece al momento de desarrollo de la "Nueva Objetividad" y coincide con la República de Weimar, periodo de la historia de Alemania especialmente conflictivo, que se inicia con la derrota del país en la Primera Guerra Mundial y se cierra con la ascensión del nazismo.

 

 

Lita Cabellut

Lita Cabellut (Sariñena, Huesca, 1961) descubrió su vocación en el Museo del Prado inspirada por las obras de Goya, Velázquez, Ribera y Rembrandt. Su referencia artística principal es Goya, especialmente su época más oscura. Tras años con profesores particulares de dibujo, se trasladó a los Países Bajos con 19 años para cursar estudios en la Gerrit Rietveld Academy en Ámsterdam, donde permaneció entre 1982 y 1984. Durante este tiempo recibió influencias de los grandes maestros holandeses y desarrolló algunas de las técnicas artísticas que acabaron definiendo su estilo mientras trabaja en La Haya, sobre lienzos de gran escala utilizando una variación contemporánea de la técnica del fresco. Con un estilo muy reconocible, juega con matices bastante fríos, intensos, casi psicodélicos y con una paleta que no contiene mucho más que blanco, negro y rojo, construye una peculiar mezcla de retratos fotorrealistas. Su característico craquelado, estratégicamente incorporado, aumenta el impacto visual de cada una de sus obras. Los trazos desgarrados de sus pinceladas recuerdan especialmente a Freud y Bacon, dos de sus pintores favoritos y fuente de inspiración. Cabellut posee una gran capacidad para transformar estéticamente la apariencia humana, su expresionismo pictórico va desde una delicadeza poética a una dureza incuestionable. Esta mezcla entre delicadeza y violencia es su principal seña reconocida. En sus retratos explora la condición humana de manera abierta y profunda, adquiriendo un compromiso social en el que siempre, bajo el uso de colores y pinceladas firmes, va desnudando la naturaleza intima de los personajes representados. Más allá de sus trabajos y técnicas más reconocidas, es una artista multidisciplinar con una producción que incluye grandes formatos al óleo sobre lienzo, dibujos, esculturas de papel, fotografía, poesía, poemas visuales y vídeos. Cabellut vive y trabaja en los Países Bajos y actualmente es considerada uno de los iconos más representativos del arte español contemporáneo.

 

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