LAS VANGUARDIAS HISTÓRICAS 1941-1945

29/07/2018


 

 
 

Estamos construyendo

Valentina Kulagina
1929
Huecograbado y tipografía sobre papel
© Valentina Kulagina, VEGAP, Barcelona, 2017

 

La Obra Social "la Caixa" en colaboración con el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), ofrece con la exposición Las vanguardias históricas 1914-1945. Construyendo nuevos mundos una relectura de las primeras décadas del siglo XX a través de una cuidada selección de obras de la colección del IVAM, una de las mejores sobre las vanguardias de toda Europa, junto a una selección procedente de la Colección Alfaro Hofmann.

Esta propuesta expositiva reúne a algunas de las primeras figuras de la escena creativa de las primeras décadas del siglo XX: Marcel Duchamp, Man Ray, Joan Miró, Joaquín Torres-García, George Grosz, Francis Picabia, Paul Klee, Alexander Rodchenko, Valentina Kulagina, El Lissitzky, László MoholyNagy, Julio González, Jean Arp, Constantin Brancusi, Alexander Calder, Arshile Gorky y Josep Renau, entre otros.

A partir de un total de 373 piezas de esta etapa en distintas técnicas (pintura, collage, fotografía y escultura), estructuradas de forma temática y no cronológica en diez secciones, la exposición Las vanguardias históricas 1914-1945. Construyendo nuevos mundos pretende exponer la base del desarrollo de la modernidad.

Esta revisión de la colección del IVAM incluye un amplio número de obras centradas en visiones poéticas y oníricas, estrechamente relacionadas con los movimientos dadaístas y surrealistas. Por otro lado, un gran grupo de obras abarcan un conjunto de prácticas artísticas de orden analítico materializado en formas abstractas, situando como clara referencia a Marcel Duchamp. Estas dos líneas van acompañadas de un significativo número de creaciones vinculadas al arte de la propaganda, la crítica social y el compromiso político que tuvo en el fotomontaje un instrumento de intervención plástica de primer orden.

La muestra se completa con la proyección de diez films con títulos como Un perro andaluz (1929), de Luis Buñuel; El ballet mecánico (1924), de Fernand Léger; Tiempos modernos (1926), de Charles Chaplin, o El Acorazado Potemkin, de Sergei Eisenstein. Este núcleo central se enriquece con 32 piezas -objetos como un frigorífico, una estufa o una cafetera- procedentes de la Colección Alfaro Hofmann, única a nivel mundial en el campo del diseño industrial, que subraya el valor del objeto como símbolo de progreso, libertad y desarrollo.

Las vanguardias históricas 1914-1945. Construyendo nuevos mundos se podrá ver hasta el 4 de noviembre de 2018 en CaixaForum Sevilla (Centro Comercial Torre Sevilla, abierto todos los días de 10:00 a 20:00 horas).

 

 
 

El regalo

Man Ray
1921
Gelatina de plata sobre papel
© Man Ray Trust, VEGAP, Barcelona, 2017

 

Las diversas corrientes de las vanguardias artísticas partían de la suposición de que las viejas maneras de mirar el mundo eran inadecuadas. En este curso de las nuevas artes visuales, dos autores destacaron por su compromiso con la libertad creativa. Marcel Duchamp consiguió, con su actitud irreverente, cambiar el curso del arte. Se enfrentó al concepto del buen gusto que venía imperando en el mundo civilizado y dejó un conjunto de obras dispares aparentemente, aunque unidas todas ellas por la presencia del azar. La obra de Man Ray, por su parte, supuso un revulsivo para la evolución de las técnicas fotográficas en su doble vertiente experimentadora y subjetivista, al defender las capacidades expresivas y evocadoras de este medio.

En los años 10 y 20 hubo un intercambio de ideas e inquietudes entre autores de diferentes procedencias, posibilitado en parte por los avances en transportes y comunicaciones y como reacción al nacionalismo que había conducido a la Primera Guerra Mundial. El resultado de aquellos procesos, que incluyeron alianzas transnacionales, no podía ser homogéneo y surgió toda una variedad de innovaciones en la creación artística, entre ellas la fotografía, el cine, el diseño y la tipografía, modulados con acentos autóctonos y personales.

El espíritu de la Bauhaus alemana (1919-1933) intentaba cambiar la vida cotidiana y la arquitectura doméstica mediante un modelo de racionalización y una forma de consumo democratizado, en que actividades diarias se sometieran a la planificación, al control y al principio de mayor eficiencia. Su papel en la construcción de una nueva sociedad cristalizó en el estudio de nuevos materiales y el recurso a formas y colores primarios.

Los avances tecnológicos alteraron los comportamientos humanos, liberados ahora de limitaciones espaciales. Este ambiente agitado se trasladó a los nuevos lenguajes plásticos, que encontraron en la posibilidad del viaje una nueva fuente de inspiración. Las influencias se multiplican y el resultado es una simbiosis entre factores autóctonos e internacionales, en la que referentes exóticos compartían protagonismo con máquinas y artilugios modernos. Esta agitación permanente se percibe en los trabajos de artistas que sugieren un movimiento infinito y desdibujan las fronteras entre el arte y la ciencia.

Con los acontecimientos de la Revolución de Octubre de 1917 asistimos a la transformación de los artistas en cabecillas del cambio social. La tensión entre los imperativos idealistas y materialistas atraviesa la abstracción moderna, que se plantea como el refinamiento definitivo del arte.

 

 
 

Transporte

Gustav Klucis
1929
Huecograbado y tipografía sobre papel
© IVAM, Institut Valencià d'Art Modern, Generalitat

 

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