MISERICORDIAS DOMINI

22/10/2016


 

 

Se inauguró ayer en la sede del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla (Sierpes, 65) una exposición titulada Misericordias Domini en la que la Hermandad de la Soledad de Alcalá del Río da a conocer una parte del rico patrimonio histórico y artístico que ha atesorado a lo largo de sus casi 500 años de vida. Los motivos de la muestra son la celebración del Año Jubilar de la Misericordia -advocación de su titular cristífero- y el XX Aniversario de la Coronación Canónica de la venerada imagen mariana.

En el municipio sevillano de Alcalá del Río la Semana Santa -declarada de Fiesta de Interés Turístico Nacional en el año 2003- constituye un complejo fenómeno sociológico y espiritual, así como el motivo y origen de toda una filosofía de vida y tradición que impregna el vivir cotidiano de cada día del año. Uno de sus pilares es sin duda la Hermandad de la Soledad, cuyo tesoro que parcialmente se expone en el Mercantil es fruto de las numerosas donaciones recibidas por los devotos a lo largo de las últimas cinco centurias.

 

 

La exposición, comisariada por Antonio García Herrera, está dividida en tres espacios, ocupando el patio o zona central del Mercantil el objeto principal de la muestra: las Misericordias del Señor (Misericordias Domini) proclamadas en el Libro de los Salmos; en este caso, se materializan en las obras de misericordia llevadas a cabo por la hermandad desde el siglo XVI -en el año 1579 se produjo la fusión de las dos cofradías que dieron lugar a la actual- hasta nuestros días. Dichas obras fueron consideradas los frutos de la Coronación Canónica con que fue distinguida la Dolorosa hace veinte años.

Ambas imágenes titulares son del siglo XVI: el Cristo, modelado en pasta de madera, posee cabellera de pelo natural y brazos articulados con el fin de poder efectuar la ceremonia del Descendimiento o desenclavamiento de la cruz para colocarlo en la urna donde efectúa estación de penitencia; respecto a la Virgen, relacionable con otras efigies similares del entorno como la Soledad de Cantillana o la de San Lorenzo de Sevilla, posee ojos de cristal añadidos en una posterior restauración, siendo de gran valor artístico la talla del perfil, labios y mentón.

 

     
     
 

 

En la Sala I (imágenes superiores) se muestra a los visitantes el origen de la hermandad y sus devociones: el Señor de la Misericordia, con los símbolos de la pasión y el ancestral acto del Descendimiento, y Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad Coronada, con la exposición de su ajuar más selecto. También se incluyen apuntes sobre la historia de la corporación, destacando el acontecimiento de la Coronación Canónica, así como las reglas y estatutos que la han regulado durante estos casi cinco siglos.

Destacan de esta sala piezas como el espléndido manifestador en plata repujada de Joaquín Flores (catalogado a finales del siglo XVIII) y numerosas muestras del amplio ajuar que posee la Dolorosa: sayas de autores como Carrasquilla o Rosario Bernardino, coronas fechadas en los siglos XVII y XIX, y la rutilante presea de oro labrada por Manuel Seco Velasco con la que la Virgen fue Coronada Canónicamente en el año 1996. También figura el único fajín donado por el rey emérito Juan Carlos I de Borbón.

 

     
     
 

 

La Sala II (imágenes superiores e inferiores) se dedica a la hermandad en la calle. Se exhiben, entre otras piezas, los palios del Septenario y del Viernes Santo, así como el significado litúrgico de personificaciones e insignias que intervienen en los actos y procesiones de la hermandad en Semana Santa. También figura la urna de orfebrería del Cristo y varias insignias como el simpecado de finales del siglo XIX o el simpecado de Rosario Bernardino (1994) con un pequeño busto central que reproduce la imagen de la Virgen.

El palio del Viernes Santo es uno de los mejores de Andalucía. En su configuración intervinieron artistas como los bordadores Josefa y Ana Antúnez, José y Miguel del Olmo, Concepción Peláez, Patrocinio López y Rosario Bernardino -quien reprodujo el faldón delantero de 1898, cuyo original se muestra en la exposición- y los orfebres Francisco Bautista Lozano, Villarreal y Seco Velasco -autor de la corona en plata dorada con esmaltes y capillas policromadas, una de sus mejores obras-; además de contar con piezas anónimas como la peana del XVIII, el mismo siglo del que procede el palio del Septenario o de los Traslados, único en su género, del que sobresalen los varales y las singulares letras de orfebrería, así como los bordados que fueron restaurados por Bernardino.

 

 
 

 

Fotografías de Juan Antonio García Delgado

 

 
 

 

Del 21 al 28 de octubre de 2016. Horario: diario, de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 horas.

 

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