RESTAURACIÓN DE DÉDALO BIENES CULTURALES

Carlos Núñez Guerrero (31/03/2015)


 

 

Aunque para todos es la Fuente de la Puerta de Jerez, en la Sevilla de nuestros abuelos fue más conocida como la Fuente de los Meones, un sobrenombre popular que ocultó por completo su verdadero título, la Fuente de Sevilla. Desde que fuese encargada por el Ayuntamiento en 1928, dentro del marco de las Obras Conexas para la Exposición Iberoamericana, la Fuente se ha convertido en uno de los Monumentos Públicos más emblemáticos de la capital hispalense, debido sobre todo al céntrico enclave donde se ubica.

La obra que hoy contemplamos es fruto de un devenir histórico que nunca fue favorable a las intenciones de su autor, el escultor Manuel Delgado Brackenbury (1882-1941), pues su proyecto original que, basado en la madrileña Fuente de Cibeles, proponía una alegoría triunfante de Sevilla, pronto se vio mermado por factores económicos y temporales. La Sevilla exultante dio lugar a una Sevilla interiorista, representada por una melancólica dama que parece rememorar su pasado histórico mientras se abre camino a un nuevo tiempo al paso lento y seguro de las tortugas que la conducen.

Brackenbury recurrió al retrato de niños de la época para representar a la juventud como el futuro de la ciudad, chiquillos que juegan en el "caracol" central sobre el que se asienta la alegoría de Sevilla y otros niños que, sobre el mar de la fuente, sostenían caracolas de las que manaba agua. Ellos eran los populares "meones", tan famosos que hasta El Pali los inmortalizó en unas sevillanas.

La Campaña de Conservación y Restauración de Monumentos Públicos, proyecto emprendido por la Gerencia de Urbanismo de Sevilla desde hace años, se ha distinguido por la incorporación de metodologías innovadoras en el ámbito de la conservación de bienes culturales. Así, la valoración de estos hitos urbanos trasciende más allá de su materialidad para ser considerados como partes definitorias de un paisaje o elementos integrantes del escenario de nuestra vida cotidiana. La restauración de la Fuente de Sevilla ha supuesto un nuevo reto que exige afrontar el monumento en toda su dimensión, asumiendo, por tanto, la conservación de su entidad material, histórica y artística y la recuperación de sus valores etnológicos.

Así, la reposición de los "meones" se entiende como la reintegración de una laguna motivada por una doble intención: la restitución de la composición artística original de Brackenbury y la recuperación de una estampa añeja enraizada en la memoria colectiva y recordada aún en aquel apelativo popular que siguen usando nuestros mayores. Estas cuatro figuras infantiles estaban incluidas desde el primer proyecto de Brackenbury y se mantuvieron tras el cambio de criterio en su construcción: "los surtidores que están en el borde del estanque formado por cuatro angelotes sosteniendo caracoles, por donde saldrá agua, han sido modificados de emplazamiento e irán en pedestales labrados al efecto" (AHMS. Asuntos especiales. Expte: 20/09/1929). Así los vio Sevilla desde su inauguración el 22 de abril de 1930 hasta junio de 1939, cuando el alcalde Eduardo Luca de Tena ordenó su retirada inmediata al considerar que "no han logrado armonizar la estética del conjunto con el arte singular que por sí solas suponen y representan" (AHMS. Aguas. 41/1939). Encerraban estas palabras los prejuicios propios de la época en cuanto al protagonismo que tenían estos desnudos infantiles situados en un primer plano, motivo suficiente para que fuesen retirados perdiéndose la pista sobre su paradero.

 

 

La reposición de estas figuras está basada en un completo y exhaustivo estudio histórico, que además de datos técnicos, ha aportado documentación gráfica de primer orden. Esta información contrastada permitió reproducir las figuras con una fidelidad máxima en cuanto a dimensiones, material y características morfológicas. Dédalo Bienes Culturales quiere agradecer la labor de los técnicos de Archivo y Fototeca Municipal, parte importante del equipo pluridisciplinar que ha hecho posible la restauración y recuperación de la Fuente de Sevilla.

Estas imágenes fueron tomadas en la inauguración de la fuente, pues era la acreditación de la certificación y recepción de la obra terminada por el Ayuntamiento de entonces. Gracias a cuatro vistas en Dédalo Bienes Culturales han podido tener varias perspectivas de cada figura (frontales, laterales y traseras). Esta documentación aporta la siguiente información básica para esculpir las nuevos meones de manera fidedigna a los originales: facturas de Brackenbury donde se aportan las medidas de los bloques (120 x 120 x 70 cm) y la procedencia de los mismos, lo que nos permite conocer la tipología: Piedra de Almorquí.

La reintegración de los "meones" es una decisión tomada en cumplimiento de las exigencias de naturaleza artística y estéticas del bien asociadas a parámetros etnológicos. La comparativa de las fotografías y las medidas aportadas por las facturas ha permitido determinar que la altura de los "meones" es de un metro, restando 20 cm para la plataforma base. Estas medidas coinciden con las dimensiones de las figuras infantiles conservadas en el caracol, especialmente con una de ellas, que mantiene la misma postura.

Brackenbury realizó dos posturas para las cuatro figuras, que quedaban alternadas en su posición para no repetirlas en una misma visión. Tan solo particularizó los rasgos faciales y el pelo. Las proporciones y el tratamiento de la piedra han sido análogos a las figuras infantiles del caracol central. La piedra a utilizar será la misma roca de Almorquí. Las esculturas estarán perforadas internamente para disponer un canal que permita el paso del agua sin que moje la piedra. La reproducción de poses y rasgos faciales ha sido fidedigna.

El trabajo de la empresa sevillana Dédalo Bienes Culturales en la Fuente de Sevilla, que concluye estos días con las tareas de hidrofugación y de resanado de grietas en el exterior de la taza, ha combinado dos objetivos claros: la reproducción exacta y la conservación de la belleza que debe tener como obra artística.

 

 

Nota de La Hornacina: Carlos Núñez Guerrero es Director técnico de la restauración de la Fuente de Sevilla.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com