NUEVAS OBRAS DE DAVID SEGARRA

Con información y fotografías del autor (07/02/2022)


 

Galería de Fotos

 

Se trata de las esculturas de San Judas Tadeo y de Santa Ángela de la Cruz, con destino a las hornacinas laterales del altar de San Antonio de la Parroquia de la Purísima Concepción, de Brenes (Sevilla), donde fueron presentadas y bendecidas el pasado sábado día 5 de febrero del presente año 2022.

Sendas imágenes son de tamaño académico, talladas por el escultor e imaginero hispalense en madera de cedro policromada, midiendo 95 cm de longitud. Vienen a cumplir un antiguo deseo de la comunidad de fieles del templo parroquial de Brenes, donde existía un gran anhelo por poder rezarles, debido a la gran devoción existente por ambos santos en esta localidad sevillana.

Básicamente, estamos ante dos recreaciones escultóricas de tan peculiares devociones sevillanas que se ajustan a los ideales de la imaginería del siglo XVII, pero desde el punto de vista de un imaginero profesional del siglo XXI. Los estudios escultóricos realizados siguen la modalidad de la talla completa que se desarrolló especialmente en los Siglos de Oro de la imaginería andaluza, recurriendo posturalmente a figuras en pie apoyadas sobre peanas ochavadas y realizadas a tamaño académico.

La naturalidad de los rostros y la gesticulación de las manos, unidas en el caso de Santa Ángela de la Cruz proporcionan una gran expresividad emocional de carácter intimista. A ello se une el estudio de los rostros, haciéndose hincapié en el retrato de la religiosa sevillana recurriendo a la escasa documentación existente y tratado a medio camino entre la fidelidad y el idealismo tan necesario en una obra devocional. Con rostro tocado por el hábito monjil de las Hermanas de la Compañía de la Cruz que oculta el cuello, mirada de ojos grandes, nariz suavemente construida, cejas sutilmente constreñidas y boca que dibuja una dulce expresión, siempre mostrando un dramatismo bello y atemperado, propio de la escuela andaluza y más concretamente de la imaginería sevillana del siglo XX.

Se puede considerar una obra donde la dulzura es la protagonista en sendas imágenes, en la que se incluyen recursos naturalistas, como las pestañas de pelo natural, pero, sobre todo, en la que se aplica un bello tratamiento del naturalismo sutilmente poetizado en forma de unción sagrada.

Tras el tratamiento de cabezas y manos, y del estudio compositivo de las poses, se puede decir que en el trabajo de los paños es donde radica la mayor labor, principalmente en la escultura de San Judas Tadeo, al que se le ha procurado imprimir de un gran sentido escultórico, creando un juego de sutiles volúmenes que adquieren un marcado sentido pictórico en forma de pliegues y recogidos, muy efectista ante la incidencia de la luz.

Al tratamiento naturalista de las indumentarias se suman las cualidades de la minuciosa policromía. Mientras que los ropajes muestran colores planos habituales en las iconografías representadas, las encarnaduras muestran gran variedad de matices, destacando los diferentes tonos de la piel de un santo a otro y los efectos de párpados y mejillas. Igualmente, los rostros se convierten en soporte sobre el que se realizan labores pictóricas muy refinadas, hecho apreciable en el trabajo pictórico del iris de los ojos o de la delineación del pelilleado de las cejas y pestañas inferiores, con finas pinceladas para cada pelo. Las bases esculpidas recrean lo que bien pudiera ser el pavimento de losas de barro cocido de un convento, dotando a las figuras de un contexto ubicacional.

Finalmente, con estas piezas David Segarra cumple un antiguo anhelo por reproducir desde su óptica personal a dos de los modelos iconográficos del santoral más representados a lo largo y ancho de toda Andalucía.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de las obras a través del icono que encabeza la noticia.

 

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