FRANCISCO ASOREY, UNA RECUPERACIÓN NECESARIA
28/10/2025

Francisco Asorey, una recuperación necesaria es una exposición que profundiza, desde una óptica contemporánea, en el complejo mundo creativo del que probablemente sea el escultor más destacado de Galicia y uno de los renovadores de la escultura española del siglo XX. La elección de Francisco Asorey como artista homenajeado por la Real Academia Galega de Belas Artes en el Día das Artes 2024 propicia llevar a cabo este proyecto dentro de la programación del Museo Centro Gaiás (Santiago de Compostela), dando continuidad a una línea de trabajo esencial de la Cidade da Cultura de Galicia para reivindicar figuras imprescindibles en la historia del arte contemporáneo gallego. Comisariada por Miguel Fernández-Cid y coordinada por Carmen Asorey -nieta del artista y figura clave en la reivindicación de su vida y obra-, la exposición reúne una selección de las obras más importantes del escultor. Desde sus primeras piezas, donde ya se vislumbran sus primeras elecciones estéticas, hasta las esculturas en madera en las que desarrolla una iconografía de claras raíces populares y un tratamiento singular de la policromía, pasando también por su obra monumental, presente en toda la geografía gallega. En total, se presentan en esta muestra medio centenar de esculturas y una decena de escayolas, junto con dibujos, audiovisuales, documentos de época y herramientas de trabajo, además de cerámicas que ayudaron a popularizar algunas de sus obras más emblemáticas, para contextualizar y dar a conocer de la manera más completa la relevancia artística e histórica de Francisco Asorey. La muestra cuenta con obras procedentes de numerosos museos, centros culturales y religiosos, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo de Pontevedra, el Museo Provincial de Lugo, el Museo de Belas Artes da Coruña o la Universidade de Santiago de Compostela, así como colecciones privadas de Gernika, Barcelona y Madrid, entre otras. El recorrido expositivo se organiza en bloques temáticos que permiten comprender mejor las preocupaciones, intereses estéticos, evolución estilística y proceso creativo de Asorey. Cada espacio actúa como una llamada de atención en su trayectoria: los monumentos civiles, la escultura religiosa, los retratos y el uso del color en la piedra, el desarrollo de una nueva forma de policromía, la obra en madera y la representación de la identidad gallega a través de la figura femenina. |

Entre las piezas de Francisco Asorey, una recuperación necesaria figuran algunos de sus primeros trabajos más notables, como "Lo Jondo" (1914) y "Cabaleiros negros" (1915); la escultura de "San Francisco de Asís", que le valió la primera medalla en la Exposición Nacional de 1926; y esculturas femeninas como "Naiciña" (1921), "Ofrenda a San Ramón" (1923) y "O Tesouro" (1924), en las que sintetiza los valores de la cultura popular gallega y reivindica la resistencia del mundo rural. También destaca el espectacular "Cristo de Moià" (1952), una obra de madurez que parte de los valores románicos para ofrecer una crucifixión inquietante y reflexiva sobre el sufrimiento y la inmortalidad. Tras formarse en Barcelona, Barakaldo y Madrid, Asorey decidió regresar a Galicia y establecerse en Santiago de Compostela. Desde sus talleres en la Rúa Caramoniña y tras Santa Clara, se convirtió en una especie de viajero inmóvil e introspectivo, con la escultura como eje y la mirada abierta al mundo. Asorey representa la simbiosis perfecta entre la tradición cultural gallega y la ambición de un arte universal. Su obra conecta la Galicia rural y marinera con las grandes corrientes artísticas del siglo XX, integrando el realismo social, el simbolismo y la tradición barroca gallega. Se relacionó con intelectuales, escritores y poetas de su tiempo como Ramón Cabanillas, Antón Vilar Ponte, Castelao o Valle-Inclán, muchos de ellos vinculados tanto a las Irmandades da Fala como a la Xeración Nós. Aunque no se interesó por la acción política, su defensa de los valores propios de la cultura gallega y de la educación como herramienta para el progreso del país marcó sus afinidades. Este vínculo se hace visible en la exposición a través de esculturas y escayolas de escritores, así como de libros relacionados con ellos y con el propio artista. Francisco Asorey disfrutó en vida de una enorme popularidad, contando con el apoyo y admiración de la crítica, así como con la fama que le proporcionaron las reproducciones en cerámica, láminas y postales con imágenes de sus monumentos y obras más destacadas, que incluso se utilizaron como reclamos publicitarios, un recurso común en la época también con obras de Diego Velázquez o Francisco de Goya. |

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