RESTAURACIÓN DE TAPICES DE GOYA

16/07/2006


 

 

Se trata de un conjunto de cartones que el monarca Carlos III encargó a la Real Fábrica de Santa Bárbara, entre los años 1776 y 1780, para la decoración de diferentes estancias de los Reales Sitios de El Pardo.

Esta colección de tapices llegó a la Catedral de Santiago de Compostela por donación de Pedro Acuña y Malvar, canónigo pontevedrés liberal y consejero de Estado ente los años 1792 y 1794, que al morir legó al templo compostelano, junto con otras piezas.

Los doce tapices restaurados de la catedral compostelana constituyen una producción restringida, con alguna variante de los originales, que en su nueva colocación obedecen a un criterio temático: El Columpio, El Carretón y Muchachos Jugando a la Soldadesca, de contenido infantil; La Novillada, El Muchacho del Pájaro, La Fuente, El Majo de la Guitarra y Los Leñadores, de tema costumbrista-campestre, y La Maja y los Embozados (en la fotografía), Los Jugadores de Naipes, La Acerolera y El Resguardo de Tabacos, de carácter costumbrista-picaresco.

En la elaboración de estos tapices se utilizó lana para los colores oscuros y estopa de seda para los tonos claros, pudiéndose apreciar en todos ellos la riqueza cromática de Goya, así como el uso característico de la luz y una temática costumbrista que define al genial creador de Fuendetodos (Zaragoza).

Antes de su restauración, las piezas presentaban un mal estado de conservación, ya que las fibras habían perdido parte de sus propiedades físicas y mecánicas (flexibilidad y resistencia), y al ser obras de gran formato y elevado peso se habían producido daños en las uniones de la urdimbre.

La restauración de los tapices de Francisco de Goya y la remodelación de la Sala V del Museo Catedralicio donde se ubican ha sido posible gracias al convenio de colaboración suscrito por la entidad financiera BBVA y el Cabildo de la Catedral de Santiago de Compostela.

 

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