JOAN MIRÓ: ESCULTURAS 1928-1982

19/08/2018


 

 

El trabajo escultórico de Joan Miró (1893-1983), especialmente personal y libre, configura un mundo propio, denominado en ocasiones como "mironiano", que se inicia de 1912 a 1915, en sus años de formación. En 1920 se traslada a París. Su concepto escultórico en cuanto a formas, volúmenes y utilización de materiales diversos, tiene su raíz en las vanguardias, especialmente en el dadaísmo, uso de materiales cotidianos -ready-made- y en el surrealismo, que le induce a sintetizar las formas a la vez que encuentra su dicción en lo onírico.

En 1928, comienza su primera etapa escultórica, con obras tridimensionales. Es un momento de inflexión, búsqueda y ruptura en el que crea obras con formato pictórico de marco tradicional, trabajando intensamente el collage para evolucionar hacia formas más sintéticas.

Tras su exilio en París durante la Segunda Guerra Mundial y, posteriormente, en Normandía, Joan Miró regresa a España en 1942. Son años de aislamiento, soledad y reflexión por todo lo que ha vivido en los que el artista escribe y sueña con tener un estudio en el que poder trabajar. En 1944 retoma la escultura, dando comienzo a lo que podemos denominar su segunda etapa. Es el verdadero nacimiento del Miró escultor.

El traslado de su residencia a Mallorca, la construcción del estudio de Josep Lluís Sert y la adquisición del caserón de Son Boter, que también le sirve de estudio, le permite trabajar en distintos espacios, alcanzando así su madurez artística y su plena libertad de expresión en la escultura. Es en esta época cuando comienza a utilizar el bronce, un material tradicional y académico que se contrapone con el espíritu de su propio trabajo, incansable e innovador, pero que le posibilita el ensamblaje de objetos encontrados.

 

 

Tras un breve periodo de silencio y reflexión, retoma de nuevo la escultura en 1962, dando lugar a una tercera etapa, la más fecunda y personal de su producción, que surge del ensamblaje de materiales y de la transformación de objetos encontrados en la naturaleza y en la que tiene una gran importancia el empleo de nuevos materiales que potencian su imaginación, desarrollando nuevas formas equilibradas y poéticas. Es también un momento en el que se adentra en la escultura monumental y comienza a crear sus esculturas de bronce en color, que inició por recomendación de Giacometti.

Puede parecer que estas obras están formadas por una conjunción inverosímil de objetos, obtenidos al azar, pero nada más lejos de la realidad. Miró intuía y buscaba las formas estableciendo siempre un principio de asociación. El artista despoja a los objetos de su propia identidad para adoptar una nueva y conformar, con otros objetos, una figura individual con carácter propio, otorgándole unidad a través de su visión poética. Se sirve para ello de una imagen fotográfica del ensamblaje de la pieza, o de bocetos previos.

Ya en estos años finales de su producción, cuarta etapa, recibe encargos de gran relevancia para ubicar esculturas en espacios públicos de Barcelona, Madrid, Chicago, Milán o París, lo que era muy de su agrado en su aspiración de que el arte despertara emociones en las personas que lo contemplaban. Cercano ya a los noventa años, el artista continúa trabajando la escultura, a la que dota quizás de una potencia hasta ahora desconocida, pero en la que su intuición y creatividad se hacen más patentes.

Joan Miró: esculturas 1928-1982 es la primera muestra sobre el proceso creativo de Miró a nivel internacional. Reúne más de un centenar de esculturas, objetos originales y yesos, muchos de ellos inéditos, con los que creaba y ensamblaba sus obras, además de dibujos preparatorios, fotografías y vídeos.

Una exposición única e irrepetible, que marca un antes y un después para entender el lenguaje escultórico de Miró y que abarca desde su primera pieza, creada en 1928, hasta la última, fechada en 1982, cuando el artista tenía 90 años. En toda su producción escultórica se enfrenta con la escultura tradicional y busca la interrelación con el espectador, estableciendo con él un diálogo poético y libre que inunde y transforme su sentir.

 

 

Hasta el 2 de septiembre de 2018 en el Centro Botín de Santander (Muelle de Albareda, s/n). Horarios: martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas; lunes, cerrado.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com