El Museo Diocesano de San Sebastián ya se encuentra en funcionamiento en la Nave Santa Marta de la Basílica de Santa María del Coro. La colección permanente reúne más de 150 obras de arte -entre escultura, pintura y orfebrería- que son una muestra del rico patrimonio cultural y artístico de la diócesis donostiarra. Son piezas medievales, modernas y contemporáneas, que se encentran repartidas en más de 400 metros cuadrados.

Además, el Museo tiene varios espacios destinados a las exposiciones temporales. Ayer precisamente se inauguró una exposición titulada Murillo y la escuela sevillana con la que la ciudad de San Sebastián se suma a los actos conmemorativos de los 400 años del nacimiento de Bartolomé Esteban Murillo.

Es una muestra breve pero compacta e interesante que exhibe el óleo sobre lienzo La Sagrada Familia o El nacimiento de Cristo, la única obra del pintor sevillano conservada en la provincia de Gipuzkoa, concretamente en la Catedral del Buen Pastor de San Sebastián. Dicha obra primeriza del autor se acompaña de otros seis cuadros pintados por autores del siglo XVII que integran también la escuela pictórica del barroco sevillano.

Por tanto, junto con la obra de Murillo, el público visitante puede admirar un Cristo crucificado de Francisco de Zurbarán, procedente del templo parroquial de Mutriku, así como dos lienzos de Juan de Valdés Leal, La huida a Egipto y El sueño de San José, este último procedente de Bergara.

También se muestran dos Paisajes propiedad del Museo San Telmo de San Sebastián (en las fotografías) pintados por Ignacio de Iriarte, artista nacido en Azcoitia que colaboró activamente en Sevilla con Murillo. Por último, una obra del círculo de Juan Simón Gutiérrez, seguidor del maestro y conocido sobre todo por ser el artífice de las pinturas del retablo mayor de la iglesia de la Asunción de Elgueta.

Murillo y la escuela sevillana se puede visitar hasta el próximo 30 de septiembre, todos los días en horario de 10:00 a 19:30 horas (cerrado en las horas de culto). Las obras de rehabilitación de la Basílica de Santa María del Coro, así como el acondicionamiento de una de sus naves, la Nave Santa Marta, para adecuarla al contenido museístico, han sido realizadas por el estudio de Rafael Moneo bajo la dirección del arquitecto Pedro Elcuaz.