NUEVA OBRA DE MIGUEL FUENTES DEL OLMO Y GUILLERMO MARTÍNEZ SALAZAR

17/05/2013


 

 

 

Se trata de una escultura que representa a Cristo Resucitado, realizada para presidir el ábside de la Iglesia Parroquial de Cristo Resucitado del municipio malagueño de Torremolinos. La imagen ha sido labrada por los escultores Miguel Fuentes del Olmo (Catedrático de Escultura) y Guillermo Martínez Salazar (Profesor de Escultura), integrantes ambos de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla.

Este trabajo ha sido realizado como parte del proyecto docente para la ampliación de contenidos en los procedimientos escultóricos y de tratamiento de la policromía. Todos los alumnos de quinto curso de modelado y los de cuarto y quinto curso de Imaginería Polícroma han tenido la oportunidad de seguir el proceso llevado a cabo por los artistas jiennenses Fuentes del Olmo y Martínez Salazar; contemplando los procesos de estructuras para el modelado, procesos de modelado a su tamaño definitivo, procedimientos de vaciado con el empleo de moldes semiflexibles con silicona y resina, positivado en el material definitivo en resina de poliéster termoestabilizada, proceso de policromía con una base de dorado a la sisa, y las encarnaduras al óleo siguiendo los procedimientos tradicionales que esta técnica requiere.

En cuanto a la iconografía representada, concluye con una figura de dos metros de altura en la que Cristo Resucitado, levitando y con la actitud de bendecir con la mano derecha, sostiene una cruz con la mano izquierda, símbolo del triunfo sobre la muerte. El estilo se ha adaptado a dos criterios estéticos confluyentes en un eclecticismo que conjuga el expresionismo, que define la obra del escultor Miguel Fuentes del Olmo, y el naturalismo que define la obra de Guillermo Martínez. Como consecuencia de esta simbiosis, se ha conseguido aunar dichos estilos, que reflejan modos diferentes de entender el arte de la escultura, pero no por ello desmerecen el sentido de religiosidad que la imagen sacra transmite.

 

 

El Resucitado evoca ciertos paralelismos con el modelado más arcaico y primitivo de las imágenes bizantinas. La cabeza, de ojos penetrantes, transmite espiritualidad y conecta directamente con el espectador. El paño de pureza genera una descompensación volumétrica que se compensa con la línea oblicua que describe la cruz; sus formas plásticas son causa de una investigación interpretativa de las formas clásicas, tamizadas por el estilo más cercano al expresionismo abstracto que define la obra de Fuentes del Olmo.

La síntesis formal de la interpretación anatómica ha supuesto una adaptación consensuada en el modelado de Martínez Salazar, con el objetivo de adecuar la forma escultórica en un concepto de unificación de estilos.

Muchas han sido las valoraciones y críticas emitidas por expertos e historiadores acerca de esta obra para la localidad malagueña de Torremolinos, resultando siempre una crítica que valora positivamente el resultado obtenido, destacando la originalidad y transcendencia en la actualidad artística de Andalucía.

 

 

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