En la tarde de ayer lunes, 12 de septiembre, tuvo lugar el acto de presentación y bendición de una de las últimas creaciones del escultor e imaginero sevillano, una talla de la Virgen del Carmen realizada para el templo parroquial de San Juan Pablo II en el distrito de Montequinto (Dos Hermanas, Sevilla).

Se trata de una escultura de tamaño natural realizada en terracota y telas encoladas, todo ello policromado al óleo siguiendo las técnicas tradicionales de la imaginería barroca española. Esta práctica escultórica fue muy empleada en el siglo XVIII en Sevilla, con el escultor Cristóbal Ramos como principal artífice. En cuanto a la composición, presenta un contraposto clásico, reposando el peso del cuerpo sobre su pierna izquierda mientras adelanta la derecha. La mano derecha sujeta delicadamente el vientre, prominente debido a la gestación del hijo de Dios, al tiempo que la izquierda, en gesto de ofrecimiento, porta el escapulario del Carmen.

La cabeza muestra una suave inclinación y un leve giro hacia su izquierda, con el rostro de mirada serena y un gesto de introspección y meditación que recuerda las palabras del evangelista San Lucas. Posee una decoración en el hábito carmelita compuesta por una cenefa adornada con rocallas. En el escapulario de la Señora el dibujo se enriquece aún más con la inscripción latina IHS sobre el vientre, lo que simboliza, al igual que el sol, la presencia del redentor en las entrañas de su madre, primer sagrario de Cristo.

Esta figura tiene como precedentes varias obras pictóricas, sobre todo de la escuela quiteña, y principalmente la talla de la Virgen del Carmen de Galaroza (Huelva), fruto de una remodelación dieciochesca de José Montes de Oca sobre una obra de finales del siglo XVI que muestra a la Madre del Carmelo en estado de gestación, lo que unido a la disposición del manto, propia de la Mater Misericordiae como refugio de las almas del purgatorio, hacen de tan interesante ejemplar escultórico un compendio de las más destacadas virtudes marianas.

La efigie mariana de Alberto Pérez Rojas ocupará el espacio del coro de dicho templo parroquial, al lado izquierdo del altar. Sus complementos de orfebrería son del taller sevillano de Jesús Domínguez, y el escapulario que ofrece a los fieles ha sido confeccionado por el bordador astigitano Jesús Rosado.