La última obra entregada por el escultor rondeño, afincado en la capital hispalense, es una pequeña talla (mide 60 cm de altura) de San Fernando, realizada para una colección particular de Sevilla, ciudad de la que el santo ostenta el patronazgo. Ha sido labrada en madera de caoba estofada y policromada al óleo, correspondiendo las piezas de orfebrería al taller de Jesús Domínguez y la peana al tallista Alejandro Sánchez Conde.

La imagen se inspira en la popular efigie de tamaño natural (173 cm) que se conserva en la Catedral sevillana, llevada a cabo en 1671 por Pedro Roldán (con participación de su hija Luisa) para los cultos en el altar mayor del templo metropolitano con motivo de las fiestas de canonización de San Fernando. Se representa de pie, como santo guerrero, llevando en sus manos los atributos del poder y la justicia y ropas ricamente policromadas.